Nadie gobierna para las mayorías

Alberto Buela

Charlando con un experimentado dirigente sindical me comentó su preocupación por lo que viene observado: el reemplazo del interés sobre las mayorías por el de las minorías. “Acaso no nos enseñaron desde siempre, me dijo, que el que gana gobierna y el que pierde acompaña.”

Y es cierto, hoy asistimos a la paradoja que gobiernos, votados por mayoría, se ocupan más por los intereses de las minorías, que de sus votantes. Ej. Macri se ocupa más por satisfacer el deseo de las abortistas, que son una ínfima minoría, que por los deseos de veinte millones de mujeres argentinas que quieren tener hijos sanos, sabios y buenos. Y para ello tiene que proveerlas de un buen sistema de salud, de educación y de justicia, cosa que no hace.

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El gobierno anterior, el de los KK, se ocupó de los deseos de los homosexuales y lesbianas sancionando el matrimonio gay, en lugar de crear las condiciones de trabajo y vivienda para que millones de jóvenes puedan casarse.

Y el anterior a los KK, nos salteamos los de Duhalde y de la Rúa porque fueron circunstanciales, el de Menem, se ocupó de satisfacer el deseo de la minoría empresaria y financiera en contra de las necesidades de la mayoría del pueblo.

El anterior, el de Alfonsín, se ocupó de satisfacer los intereses de las madres de Plaza de Mayo por sobre los intereses de la inmensa mayoría de las Madres del Dolor, a quienes a diario les mataban y les matan a sus hijos en las calles argentinas.

Con estos ejemplos, hay cientos que el lector puede poner a su gusto e piacere, queremos mostrar como desde la restauración democrática (1983) hasta hoy día los gobiernos, todos elegidos por mayoría de votos, han gobernado para las minorías de uno u otro signo político.

Este cambio evidente para el observador atento tiene que ver, en nuestra opinión, con el reforzamiento cada vez más profundo de lo que Robert Michels (1876-1936) denominó Ley de hierro de la oligarquía; que el sociólogo alemán enunciaba así: la paradoja es que siendo los partidos políticos las principales instituciones de la democracia, ellos al estar constituidos por oligarquías partidarias, no son organizaciones democráticas.

Estos oligarcas de la política responden cada vez más y más a los intereses de las minorías que ellos representan.

Esto viene a explicar el por qué hoy la minoría gay tiene una amplia representación en el ministerio de relaciones exteriores y en la educación. El por qué la minoría hebrea tiene amplia representación en todos los organismos del poder ejecutivo y judicial. El por qué la minoría apátrida ocupa cargos de decisión político-económica.

Es que los agentes políticos se han transformado en un eslabón en la cadena de ejecución de mandos y así ellos responden a los intereses concretos de los grupos de poder o lobbies que los llevaron a integrar las oligarquías de los partidos.

Hoy no existe prácticamente ningún gobierno en Occidente que gobierne para las mayorías. Hoy se gobierna para las minorías. Ej. en Bolivia en favor de las minorías indígenas en lugar de la mayoría del pueblo criollo. En Brasil, como ocurrió con Menem en Argentina, para los empresarios y financistas. En España y Francia para la minoría de inmigrantes musulmanes en lugar de los gallegos y franchutes. Y así podemos seguir con los ejemplos.

Y lo más grave de todo es que al dejarse de gobernar para las mayorías populares, las minorías beneficiadas con este nuevo régimen, en lugar de integrarse a las mayorías, las rechazan. En Bolivia el ciudadano de a pie la pasa mejor haciéndose el indio que presentarse como lo que realmente es: un criollo. En España y Francia los musulmanes viven como duques gracias a las canonjías que reciben del Estado y putean a las mayorías nacionales. Ni hablar que se les enseñe historia patria o religión cristiana.

Es decir, hoy los gobiernos protegen a las minorías y éstas reniegan contra esos mismos gobiernos. La inmigración dejó de ser con integración sino que es entendida como “ocupación” del territorio que la recibe. La minoría abortista o gay no se conforma con recibir derechos sino que pretende que todos aborten y se sodomicen. La minoría indigenista pretende que todos seamos indios como pasó con la constitución boliviana de 2002, que diez años después se tuvo que modificar porque era un desatino.

Nadie gobierna para las mayorías nacionales. Ningún gobierno se dice nacionalista, aunque pareciera que Trump, Putin y Jimpin lo hacen. Pero ellos son tres giles, los vivos somos nosotros.

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