[1], publicó su libro “Manifiesto contra la usura y la esclavitud del interés del dinero”; donde denominó “mammonismo”[2] al sistema financiero. Nosotros usaremos “Capitalismo Financiero” o indistintamen" />

Manifiesto contra la Usura y la esclavitud del interés del dinero

Jhonny Lazo Zubieta

En 1918 Gottfried Feder[1], publicó su libro “Manifiesto contra la usura y la esclavitud del interés del dinero”; donde denominó “mammonismo”[2] al sistema financiero. Nosotros usaremos “Capitalismo Financiero” o indistintamente Banca Nacional y/o Extranjera, en contra posición al “Capitalismo Productivo” Industrial y Agrícola. Porque la primera es improductiva y usurera, que explota por igual al capitalista productivo, al obrero, al campesino y al de la clase media.

Entonces para Feder el Capitalismo Financiero, es la mortal enfermedad que todo alcanza e invade, “de la cual padece nuestro actual mundo civilizado”. Es como una epidemia devastadora “… como un veneno corrosivo, que ha hecho presa de todos los pueblos de la tierra. Por Capital Financiero ha de entenderse: por una parte, el poder mundial del dinero, la potencia financiera supraestatal reinante por sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos”[3] y, por otra parte, una práctica del espíritu que ha atrapado a todas las clases sociales: la codicia de especulación insaciable, una proyecto de vida orientada exclusivamente a la acumulación de los bienes materiales – sin que cree ningún tipo de bienes – que carcome y continuará carcomiendo todos los preceptos éticos. “Esta cosmovisión llevada al paroxismo esta corporizada en la  plutocracia internacional”, en el Capitalismo Financiero.

El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress

Feder nos dice que la principal fuente de energía del Capitalismo Financiero es la que se origina, “… sin esfuerzo y sin creación de bienes, del  interés. De la idea del préstamo a interés, totalmente inmoral”. De esta inmoralidad ha nacido la plutocracia financiera. La  disposición anímica y moral manifestada de la codicia “… por el interés y la usura de cualquier índole ha tenido como  consecuencia una impresionante descomposición y corrupción de la burguesía”[4].

La teoría del préstamo a interés, siguiendo a Feder, es la más abominable invención del espíritu humano, del gran capital financiero. Estos intereses posibilitan la ociosa vida de zángano de una minoría haragana que maneja la banca nacional e internacional, “…a costa de los pueblos creadores y de su capacidad de  trabajo[5]. Es ella quien crea antagonismos irreconciliables entre clases sociales, entre campo y ciudad; entre hermanos que se garantizan; entre padres e hijos; entre pueblos. Por culpa de estos plutócratas del dinero nacen las guerras civiles.

El Capital Financiero, es el culpable de la Primera y Segunda Guerra Mundial; por más que los textos de escuelas y los medios de comunicación digan lo contrario. Analistas e historiadores de probada capacidad demostraron ampliamente; pero, son silenciados por los medios de comunicación que responden a los mismos señores de dinero.

La primera Gran Guerra comenzó a mediados de 1914. En 1913 en la isla de Jeckyll, el grupo de banqueros más poderosos de los EEUU decidieron crear un Banco Central en EEUU y lo denominaron Reserva Federal (FED) que estaba entonces constituida por doce bancos. Paralelamente, se prohíbe la circulación de monedas de oro. Entonces, “… la Reserva Federal empleó la inflación para ayudar a pagar la participación de los EEUU en la Primera Guerra Mundial. Lo hizo creando y emitiendo dólares a cambio de deuda del estado. En efecto, el balance de la Fed se convirtió en un repositorio de bonos de guerra”[6].

El único remedio, el remedio radical – según Gottfried Feder, Silvio Gesell, Margrit Kennedy,  entre otros – para la curación irreversible de la humanidad  sufriente es: “El quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero” 

Una breve digresión. En    http://www.youtube.com/watch?v=nHt2MJTqUOQ hay un excelente documento y explicación sobre “el dinero es deuda”. Muestra entre otras cosas como los gobiernos pueden salir y optar por un nuevo sistema monetario y no lo hacen. Puede haber varias explicaciones. Sólo enumeremos uno: los gobiernos pagan sus elecciones con dinero que les prestan los bancos. Entonces ya entran a gobernar debiendo a los Bancos  y por supuesto no tocaran los intereses de sus patrocinadores. En el caso del Movimiento al Socialismo para su primera elección recibió un millón de dólares de George Soros el hombre fuerte del imperialismo. Por eso da nauseas escuchar a los jerarcas del MAS hablar contra el capitalismo y reclamarse antiimperialistas.  Y, da más repulsión aún, escuchar declarar al ex Ministro de Economía Arce Catacora cuando señala que: “se bolivianizó la economía dándole al Banco Central un grado de libertad muy alto para ´hacer´ política monetaria”.

La forma en que se crea el dinero y que los estados soberanos tengan que prestarse dinero de los Bancos Privados le llevó a Wright Patmann congresista demócrata en EE.UU (1928-76) a declarar: “Todavía no he encontrado la manera de justificar, de forma lógica y racional, que el Estado deba pedir prestado a los bancos privados el uso de su propio dinero. Creo que llegará el día en que el pueblo exija que esto cambie. Llegará el día que nos echaran la culpa por permitir que este sistema estúpido continuara…”[7] 

En el mismo sentido, debemos preguntarnos y preguntar a los gobiernos:

  1. ¿Por qué los gobiernos eligen pedir prestado el dinero a los bancos privados con interés cuando los mismos gobiernos podrían crear el dinero que necesitan sin pagar intereses cargando de impuestos a sus ciudadanos?
  2. ¿Por qué se crea dinero como deuda y no se crea dinero que circule libremente sin pagar intereses?
  3. ¿Cómo puede funcionar un sistema en un crecimiento perpetuo y acelerado y encima pensar en una economía sostenible?
  4. ¿Qué es lo que hace que nuestro sistema monetario sea tan dependiente del crecimiento perpetuo?

Por ello el quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero, del Capitalismo Financiero, representa la única posible y terminante liberación del empresario productivo, del profesional, del obrero y del campesino. El capitalismo financiero es quien domina y gobierna secretamente detrás de “Todos los Gobiernos”. Spengler Escribe: “Por el dinero la democracia se anula a sí misma, después que el dinero ha anulado el espíritu (…) La economía monetaria hastía hasta producir asco”[8].

Spengler, refiriéndose a la explotación de todas las clases sociales por la plutocracia financiera nacional e internacional, escribe, en El Mundo de las Formas Económicas: “Toda la economía mundial, desde la invención de la máquina de vapor, es creación de un pequeñísimo número de cabezas superiores, sin cuyo trabajo superiormente valioso lo demás no existiría. (…) Cuando un organizador de gran estilo escribe un millón en un papel, el millón existe, pues su personalidad como centro económico garantiza una correspondiente elevación de la energía económica de su esfera. Esto y no otra cosa significan para nosotros la palabra crédito”[9]

Spengler nos obliga a pensar que tanto el empresario, el obrero como el ingeniero son esclavos y no señores de la máquina; sufren los tres la fuerza secreta más diabólica de la usura del interés por parte del banquero prestamista o capitalista financiero; y, para los tres es de vida o muerte el quebrantamiento de la servidumbre del interés. La liberación de la servidumbre del interés “… significa la restauración de la libre personalidad, la salvación del hombre de la esclavización y también de la fascinación mágica en que su alma fue enredada por el mammonismo”.

Entonces, quien quiera de verdad combatir el capitalismo debe quebrar para siempre la servidumbre del interés. El empresario está endeudado hasta la tercera generación al Capitalismo Financiero, porque tiene que pagar los intereses de sus medios de producción. El ingeniero de igual manera, porque desea comprar una casa para sus hijos y quizá un auto usado. El obrero, porque quiere comprar un lote y algún día – tal vez – pueda construir vivienda. De esta manera las tres clases sociales están sometidas al banquero.

¿Por dónde debe comenzar el quebrantamiento de la servidumbre del interés? pregunta Gottfried Feder y responde: Por el capital prestamista.  ¿Por qué?

Porque el capital financiero-prestamista es tan incomparablemente superior frente a todo gran capital productivo industrial y agrario. Feder propone, “…que las grandes potencias del dinero solo pueden ser combatidas eficientemente mediante el quebrantamiento de la servidumbre del interés del capital prestamista. 20:1 es la relación del capital prestamista con respecto al gran capital industrial”[10]. Haciendo referencia a la descomunal diferencia entre el dinero que debía reunir Alemania para pagar intereses a la banca y el total de utilidades de las sociedades anónimas alemanas muestra:  “Mas de 12.000 millones de intereses para el capital prestamista debe reunir el pueblo alemán anualmente bajo forma de impuestos directos e indirectos, de alquileres y alza del costo de la vida, mientras que hasta en los años de mejor posición del país en la guerra, la suma total de todos los dividendos repartidos por las sociedades anónimas alemanas importo solamente 1.000 millones”[11]. Supera la imaginación humana la absoluta superioridad del capital prestamista frente al capital productivo, por la continua, desmedida y cómoda influencia de bienes en concepto de interés y de sobre interés.

¿Qué beneficios trae aparejado el quebrantamiento de la servidumbre del interés para la humanidad productora? Pregunta Feder ¿Qué ganancias reales trae aparejado el quebrantamiento de la servidumbre del interés para el pueblo boliviano? Nos preguntamos nosotros:

“El quebrantamiento de la servidumbre del interés nos da la posibilidad de abolir todos los impuestos directos o indirectos. Oídlo, hombres creadores de valores de todos los países, de todos los estados y continentes: todos los recursos estatales que provienen de fuentes directas e indirectas van a parar íntegramente a los bolsillos del gran capital prestamista. Las rentas de todas las empresas estatales que producen utilidades, como el correo, el telégrafo, el ferrocarril, las minas, los bosques, etc., alcanzan completamente para poder costear todos los necesarios objetivos estatales en las áreas de educación, cultura, justicia, administración pública, previsión social, etc.”[12]

Más abajo dirá: De modo que no habrá verdadero socialismo ni se obtendrá genuino beneficio alguno para la humanidad mientras los bienes de las empresas económico-comunitarias sigan subyugados a servidumbre frente al Sistema Financiero y monetario.  Más adelante propone Feder, una intensa campaña de esclarecimiento: poner en evidencia al pueblo que la única función que el dinero debe cumplir es ser un bono por trabajo efectuado o una medida de cambio para adquirir bienes y servicios que toda economía necesita del dinero como medio de intercambio. Con ello quedaba concluida la función del dinero; pues para ello fue creado; y, de manera alguna le debe ser ungida al dinero, “… mediante el interés, un poder sobrenatural de crecer por sí mismo a costa del trabajo productivo”.

¿Porque todo esto, que es tan natural y lógico, aparenta tener mucha dificultad para el conocimiento? Porque en nuestra ofuscación, respecto a la creación del dinero, no nos dimos cuenta que la idea del interés y el sobre interés es un auto-engaño, que la certidumbre del préstamo a interés, al margen del cual, creíamos que no había salvación. Hemos sigo envueltos, con toda una doctrina económica, que justifica al Sistema Financiero Internacional. Además, se nos dice que la cuestión financiera, sólo puede ser resuelta por hombres especializados en economía.

Sigue Feder: Cómo fuimos deliberadamente engañados por los todopoderosos poderes del dinero y mantenidos en el oscurantismo que, con excepción de unos pocos, el interés presumiblemente tan hermoso y tan apreciado por los inadvertidos es usado llanamente por los impuestos. “Toda nuestra legislación impositiva es y seguirá siendo, mientras no logremos la liberación de la servidumbre del interés, solo una obligación tributaria frente al gran capital y no, como a veces nos lo imaginamos, un sacrificio voluntario para la realización de los servicios comunitarios.”[13] Por todo ello, la liberación de la servidumbre del interés del dinero es el salvoconducto clave para la revolución universal, para la liberación del trabajo fértil de los hombres de la opresión del Sistema Financiero.

Sobre el tema del oscurantismo en que nos encontramos; y, para darnos cuenta del funcionamiento del dinero y el interés, Magrit Kennedy, en su libro Dinero sin inflación ni tasas de interés (Como crear un medio de intercambio que sirva a todo el mundo y proteja la tierra) señala cuatro conceptos erróneos que son los obstáculos más frecuentes que imposibilitan comprender por qué deberíamos cambiar el sistema monetario actual y qué mecanismos son indispensables para reemplazarlo. Veamos:

  1. Existe un único tipo de crecimiento

Todos tenemos la idea que existe un solo tipo de crecimiento: el que percibimos en la naturaleza y experimentamos  también en nosotros mismos. Sin embargo, veremos que existen tres tipos de crecimiento de origen genérico diferente:

Curva natural.-  Constituye en forma simplificada el tipo de crecimiento observado en la naturaleza, al cual pertenece nuestro cuerpo, las plantas y los animales. Crecemos con relativa rapidez hasta la pre-adolescencia. En la adolescencia el ritmo se desacelera y cerca de “…los 21 años el crecimiento físico se detiene. Empero, este fenómeno no nos impide seguir creciendo “cualitativa”, ya que no “’cuantitativamente´”[14].

Curva lineal.- “figura la pauta de crecimiento lineal o mecánico, que establece, por ejemplo, que más máquinas producen más bienes, más carbón produce más energía. La curva llega al tope cuando se detienen las máquinas o se deja de agregar carbón”[15].

Curva exponencial.-  El crecimiento al principio es lento. Luego se acelera en forma incesante y llega últimamente a una fase de crecimiento casi vertical.

Dijimos que el crecimiento al principio es lenta; luego se acelera el crecimiento. Posteriormente ya entra en una fase de crecimiento que es imposible detenerla. Este crecimiento empinado tiene su base “… en el interés y el interés compuesto, el dinero se duplica a intervalos regulares, o sea, que se multiplica siguiendo la pauta de crecimiento exponencial. Esto explica por qué en la actualidad tenemos problemas con nuestro sistema monetario. De hecho, los intereses actúan como un cáncer sobre nuestra estructura social”[16].

Magrit Kennedy nos dirá que la “…solución a los problemas ocasionados por el crecimiento exponencial actual consiste en crear un sistema monetario que corresponda a la curva de crecimiento natural. Esto significa reemplazar los intereses por otro mecanismo que permita mantener el dinero en circulación[17]. Este tema es tratado con mayor detenimiento en el capítulo 2 del libro de Magrit Kennedy.

  1. Sólo se pagan intereses en caso de solicitar un préstamo en dinero

Otra razón por la cual nos es difícil captar el verdadero impacto del mecanismo de los intereses sobre nuestro sistema monetario es que funciona de manera encubierta. A esto se debe el segundo concepto erróneo, según el cual suponemos que sólo pagamos intereses cuando requerimos un préstamo en dinero; y, que para evitar el pago de intereses lo único que debemos hacer es no solicitarlo.

La falsedad de esta suposición se demuestra, toda vez que los intereses se  incluyen en todo precio que pagamos. El monto exacto varía conforme a la relación entre el costo de capital y el del trabajo de los bienes y servicios que adquirimos. Algunos ejemplos nos indican claramente la diferencia.

La parte del capital en el sector de recolección de residuos asciende al 12%, porque la porción correspondiente a los costos de capital es relativamente baja y la que corresponde a los costos laborales particularmente alta. Otra es la situación con respecto a la provisión de agua potable, donde los costos de capital ascienden al 38%, y más aún con respecto a los edificios de alojamiento social donde llegan al 77%. En promedio pagamos alrededor de un 50% por costos de capital sobre todos los precios de nuestros bienes y servicios.

Si pudiésemos, pues, abolir las tasas de interés y reemplazarlas por otro mecanismo capaz de asegurar la circulación monetaria, la mayoría de nosotros podría poseer el doble de riqueza o trabajar la mitad del tiempo que trabajamos, conservando nuestro nivel de vida actual.

  1. Bajo el sistema monetario actual todos son afectados en igual medida por las tasas de interés

El tercer concepto erróneo que concierne a nuestro sistema monetario actual podría formularse de la siguiente manera: como todos tienen que pagar intereses al solicitar un préstamo o adquirir bienes y servicios y como todos obtienen intereses al ahorrar dinero, todos se benefician (o perjudican) por igual con el sistema monetario actual.

Esto tampoco es totalmente cierto. En realidad existe una gran diferencia entre aquéllos que se benefician con el sistema y los que deben pagar. Si comparamos los pagos de intereses con las ganancias que generan, tomando como base 10 grupos diferentes, numéricamente iguales, de la población. Queda demostrado que los ocho primeros sectores de la población pagan más intereses de los que reciben, el noveno obtiene un poco más de lo que paga y el décimo aproximadamente el doble de lo que paga, vale decir, que obtiene los intereses que perdieron los ocho primeros sectores. Esto explica de manera clara y sencilla por qué “los ricos se vuelven cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”.

Porque para el último 10% de la población en término de ingresos por intereses, aparece nuevamente la pauta de crecimiento exponencial. Para el último 1% de la población, la columna correspondiente al ingreso aumenta unas 15 veces. Para el último 0,01% habrá que aumentarla más de 2.000 veces.

En otras palabras, nuestro sistema monetario permite que opere un mecanismo de redistribución oculta que constantemente transfiere dinero de los que tienen menos a los que tienen más del que necesitan. Es una forma de explotación diferente y mucho más sutil de la que combatía Marx. No cabe la menor duda de que tuvo razón al señalar que el origen de la “plusvalía” se halla en la esfera de la producción, que en rigor es la única dentro de la cual se puede producir mayor valor. Hoy en día esto se ve más claramente que en tiempos de Marx. Cantidades cada vez mayores de dinero se concentran en manos de unos pocos individuos y corporaciones.

El mecanismo del interés y del interés compuesto no sólo impulsa el crecimiento económico patológico. Según sugiere Dieter Suhr, sino que actúa en contra de los derechos constitucionales del individuo en la mayoría de los países del mundo. Si la Constitución garantiza a todos los individuos igual acceso a todos los servicios públicos – y el sistema monetario puede considerarse  uno de ellos – es ilegal un sistema en el cual el 10% de la población continuamente recibe más de lo que paga por dicho servicio a expensas del 80% que recibe menos de lo que paga.

Finalmente, es legítimo pensar que un cambio en el sistema monetario sirviera solamente para el 80% de la población que no se beneficia con nada. Es decir, a los que en la actualidad pagan más de lo que corresponde. Sin embargo, Magrit Kennedy demuestra en el tercer capítulo que todos se beneficiarían, aún aquéllos que obtienen ventajas del nocivo sistema monetario imperante.

  1. La inflación es parte integral de la economía libre de mercado

El cuarto concepto erróneo se refiere al papel que cumple la inflación en nuestro sistema económico. La mayoría de la gente ve la inflación como parte integral del sistema monetario, algo casi “natural”, ya que no existe en el mundo ningún país capitalista con una economía libre de mercado sin inflación. Sin embargo en varios indicadores económicos, se pueden observar algunos factores relacionados íntimamente con la inflación. Mientras que los ingresos públicos, el producto nacional bruto, los salarios y los sueldos aumentaron aproximadamente un 400% entre 1968 y 1989, los pagos del Estado en concepto de intereses aumentaron un 1.360%. En Bolivia, se puede mostrar este cuarto concepto erróneo, que entre el 2006 y el 2012, empresas grandes medianas y pequeñas, sean estatales o privadas quebraban y despedían trabajadores; el Sistema bancario creció el 312%.

La tendencia es clara: tarde o temprano las deudas públicas serán superiores a los ingresos públicos en todos los países. Si un niño entre el primer y décimo año de vida triplica su tamaño y sus pies aumentan 11 veces, todo el mundo dirá que está enfermo. El problema reside en que muy poca gente reconoce los signos de enfermedad del sistema monetario, aún menos conoce el remedio a la enfermedad y hasta ahora nadie fue capaz de desarrollar un sistema monetario “sano” que perdurase.

Pocos se dan cuenta que la inflación no es más que otra forma de tributación, que posibilita a los gobiernos paliar los problemas más graves provocados por el incremento de sus deudas. Obviamente, cuanto mayor  es la  brecha entre el ingreso y la deuda, tanto mayor será la inflación necesaria.

El historiador económico John L. King vincula la inflación con los pagos de interés originados en la expansión del crédito (en EE.UU. “credit balloon”). En una carta del 8 de enero de 1988 dirigida a Magrit Kennedy, afirma: “He escrito exhaustivamente sobre el interés como factor principal del alza de  precios; porque está oculto en todo lo que adquirimos, pero aun siendo correcto este concepto no es bien aceptado. Nueve billones de dólares de deuda interna al 10 % de interés equivalen a 900 mil millones, que se pagan con aumentos en los precios, lo  que corresponde exactamente al 4% de incremento en los precios definido por los expertos como inflación. Siempre he considerado el interés y el interés compuesto como una máquina destructora invisible, que actualmente funciona a pleno. Debemos tratar de liberamos urgentemente de tal obsesión financiera insensata.”

La deuda pública y privada de Estados Unidos ha alcanzado un nuevo récord y supera los 60 billones de dólares. De acuerdo a los datos de la Reserva Federal de St Louis, a diciembre de 2013 Estados Unidos acumulaba 59,4 billones de dólares de deuda, incluidos 17 billones de dólares en deuda pública, Con esta cifra, Estados Unidos contribuye a más de la cuarta parte de la carga mundial de la deuda que se estima en 240 billones de dólares. Desde el estallido de la burbuja “puntocom”, a comienzos del milenio, la deuda se ha duplicado. A fines del año 2001 la deuda llegaba a 29 billones de dólares, mientras hoy (2013) se empina por sobre los 60 billones de dólares. Es decir que en solo doce años, la deuda de Estados Unidos se reprodujo a razón de 6.950 millones de dólares diarios, o 5 millones de dólares por minuto[18].

Para los cuatro conceptos erróneos de Magrit Kennedy, sugerimos ver el primer y segundo capítulo de su libro Dinero sin inflación ni tasas de interés (Como crear un medio de intercambio que sirva a todo el mundo y proteja la tierra).

Desarrollo y fundamentación. Las conquistas de la revolución no existen.

Sigamos con nuestro autor principal, Feder. Las conquistas de la revolución no existen afirma el alemán. Estamos en medio de una de las crisis más severas que nuestro pobre pueblo debe superar en su pesarosa historia. Delicadamente enfermo esta nuestro pueblo, gravemente enfermo esta todo el mundo. ¡Desamparados balbucean los pueblos! Un ardiente ansia, un clamor por la salvación pasa a través de las masas. Con risas y bailes, con cinematógrafos y desfiles, se trata de engañar al pueblo para que olvide su lamentable destino.

A la locura debe llevarnos este estado en que la inconsciencia y la estulticia excitan aún más al pueblo. Y adonde conduce esta locura lo vemos en la Rusia bolchevique. La socialización como se llama en Rusia la estatización, ha probado ser un error, proclama Lenin muy tranquilo. La economía está destruida, el poder adquisitivo es nulo, los intelectuales han sido asesinados, los obreros no tienen pan. Cunde la desesperación en todo el pueblo; solo el terror sangriento apuntalado por bandas mercenarias chinas y letonas, son capaces de proteger a los tiranos rojos de la venganza del pueblo desengañado. También nosotros terminaremos en ese camino si continuamos dejando que el gobierno siga en manos de los especuladores internacionales, de los partidos demo liberales, representantes de la burguesía expoliadora[19].

Más adelante, al régimen bolchevique, Feder lo llama, un medio falso de reacción al capitalismo financiero: “Los métodos que el bolcheviquismo intento aplicar son, por cierto, intentos de abstrusas curas forzosas. Son la tentativa de auxiliar a un enfermo que padece de intoxicación interna mediante la amputación con bisturí de la cabeza, brazos y piernas. A esta furia del bolcheviquismo, a esta subversión insensata debemos oponer un pensamiento nuevo y orgánico que unifique vigorosamente a todas las clases productoras, para expulsar la sustancia venenosa que ha enfermado al mundo”[20].

¿Cómo se llamaban todas esas hermosas palabras que se nos susurraba al oído? Escribe Nuestro autor: Paz, concordia, liga de las naciones, parlamentarismo, socialismo, aniquilamiento del capitalismo, liberación del militarismo y como puedan llamarse todas las bellas frases-impactos. Un nuevo pueblo libre habría de renacer, determinando, el mismo, su destino. Nada de eso se hizo realidad, no pudo hacerse realidad, no podrá jamás hacerse realidad. Sentencia Feder.

Hay que analizar con la mayor seriedad todas estas manifestaciones, y todos estos slogans. Debemos examinar a conciencia como un médico inteligente y afectuoso, los síntomas patológicos para descubrir el actual estado del enfermo, no escatimando esfuerzos para comprobar de donde proviene esta grave y crítica enfermedad: Capitalismo Financiero se llama la enfermedad de nuestro tiempo.

El Capitalismo Financiero es una afección económica y moral. Es el imperio siniestro e invencible de las grandes fuerzas internacionales del dinero. Pero es también, como ya dijimos, una disposición del espíritu; es la adoración de estos poderes del dinero por parte de todos aquellos que están infestados por el veneno financiero. El Sistema Financiero, es la exageración desmedida del instinto adquisitivo, en si sano, del ser humano. Es la avidez del dinero tornada locura, que no conoce meta más alta que amontonar dinero sobre dinero, que con una brutalidad sin parangón trata de forzar a todas las energías del mundo a su servicio y conduce a la esclavización económica, a la explotación de la fuerza productora de todos los pueblos de la tierra[21].

El Capital Financiero, considerado como fenómeno mundial es comparable al egoísmo brutal y desconsiderado del individuo. Es el espíritu de la codicia, del despotismo absoluto, el principio del pensamiento orientado exclusivamente a apropiarse con rapacidad de todos los bienes y tesoros del mundo; es, en su esencia más profunda, la religión orientada puramente a lo terrenal. El Capitalismo Financiero es exactamente lo contrario de socialismo. Socialismo, concebido como la más alta idea moral, que todo ser humano tiene deberes para con la comunidad, y también para con toda la humanidad, y no solo eso, sino que es responsable del bienestar actual de su familia y que también tiene obligaciones éticas insoslayables frente al futuro de sus hijos y de su pueblo.

Los grandes poderosos del dinero están, por cierto, como ultima fuerza impulsora detrás del imperialismo anglo-americano que abarca el mundo. Las grandes potencias del dinero efectivamente han financiado la horrible matanza de seres humanos en las dos Guerras Mundiales. Las grandes potencias del dinero ciertamente, como propietarias de todos los grandes periódicos, han envuelto al mundo en una red de mentiras[22].

¿De dónde el Capitalismo Financiero saca su poder irresistible?  Del interés que es la fuente de energía del gran capital.

Es el interés y el sobre interés, la renegociación de la deuda; sin ninguna clase de trabajo, lo que ha hecho crecer a las grandes potencias del dinero. En todas las naciones y por doquier el capitalismo financiero se ha prendido como ventosa. El mecanismo del préstamo y el sobre endeudamiento envuelve y asfixia a todos los estados y a todos los pueblos del mundo. Obligaciones estatales, empréstitos estatales, empréstitos ferroviarios, empréstitos de guerra, hipotecas, cedulas hipotecarias, en suma, títulos de préstamos de diversa índole han envuelto a toda nuestra vida económica de un modo tal que ahora los pueblos del mundo se agitan indefensos en las redes del Capital Financiero[23].

Hasta el siglo XX, el Capital Financiero no había reinado en una forma tan universal. Nunca había puesto a su servicio toda la bajeza, la avidez del poder, la sed de venganza, el ansia de riquezas, de una manera tan astutamente encubierta y sin embargo brutalmente apremiante como ahora. La disyuntiva de la humanidad, hoy, es: la lucha decisiva para determinar si en el futuro ha de fijar los destinos del mundo la cosmovisión del capital financiero o la cosmovisión socialista.

El desarrollo del capital industrial es limitado. Para Feder, y también para nosotros, es diferente el crecimiento de los capitales de la industria. Desarrolladas, generalmente, sobre modestas bases. En un primer momento se evidencia un vigoroso ascenso, hasta alcanzar una cierta saturación del capital. A partir de este nivel, las curvas transcurren más  planas y probablemente decaerán algo; por lo general, cuando nuevos inventos conduzcan a la desvalorización de plantas fabriles, maquinas, etc. El crecimiento limitado del capital industrial, frente al ilimitado crecimiento del capital financiero, nos muestra con nitidez la profunda diferencia esencial entre capital financiero y capital industrial. “No puede ser recalcado suficientemente que el reconocimiento de las leyes matemáticas en que se desenvuelve el ritmo del crecimiento del capital prestamista y del capital industrial nos muestran el claro camino donde debe ser aplicada la palanca para una revolución de nuestra desconcertada economía nacional. Reconocemos claramente que no es el capital sino el capitalismo el flagelo de la humanidad. ¡El ansia de interés insaciable del gran capital prestamista es la maldición de toda la humanidad trabajadora!”[24].

El quebrantamiento, según Feder, significa también la posibilidad de la renuncia a pesados impuestos directos e indirectos, porque las empresas del Estado redituables proporcionan suficientes excedentes como para sufragar todos los gastos sociales y culturales del Estado.

Al margen de lo financiero, el quebrantamiento de la servidumbre del interés permitirá al trabajo creador, en todos los campos, la primacía que le corresponde. El dinero será remitido nuevamente al único rol que le corresponde: ser un sirviente en el portentoso mecanismo de las economías nacionales. “Volverá a ser lo que es: un bono por trabajo efectuado, y así se abre camino a una meta más alta, el abandono de la rabiosa codicia de nuestra época”[25].

Para lograr el quebrantamiento… se debe constituir un frente cerrado con toda la población trabajadora: el campesino, el obrero, la clase media, los pequeños y medianos empresarios; quienes sienten el yugo de los intereses bancarios, la tiranía inmisericorde del dinero. No se descarta formar un frente cerrado con los empresarios grandes, productivos y que dan trabajo a millones de obreras y obreros.  De la misma manera, a todas las profesiones libres; todas sin excepción, que están en mayor o menor medida en las garras del gran capital prestamista. Feder termina su libro con: ¡Tendedme las manos! ¡Trabajadores de todos los países, uníos!

El capitalismo financiero y los intereses sin la mediación de la producción.-

Finalizaremos el artículo, con algunas consideraciones importantes y olvidadas de Marx, en “El Capital”. Marx observa, el interés del capital-monetario “desde el principio, una expresión enteramente irracional”. Por ello Marx ubica al capital a préstamo, como un capital al margen de lógica del capitalismo de producción. “Un capital productor no de mercancías sino de interés, que implica un acontecimiento singular: que toda renta aparezca como interés de un capital[26]. Si consideramos al “interés” ajeno a la lógica del capital de la producción. El interés como capital, ya no sería la antítesis frente al trabajo, sino la contraposición sobre el trabajo y al margen del trabajo. Por ello Marx afirma: “no lo representa en contraposición directa al trabajo, sino, al revés, sin relación con el trabajo…como una determinación externa e indiferente a la relación del capital con el trabajo mismo[27].

Enrique Rillo, nos emplaza a darnos cuenta que en “El Capital”, se escucha un mar de fondo tras la tempestad. A la zaga de la guerra entre capital y trabajo, resuena como resaca después de la tormenta, aquel fondo imprevisto de un capital que no tiene ninguna relación con el trabajo. Se trata de un enunciado, dirá, que pasa imperceptible entre la extraordinaria obra de Marx: “sin la mediación del proceso de producción”: “Por eso a todas las naciones con modo de producción capitalista las asalta periódicamente el vértigo de querer hacer dinero sin la mediación del proceso de producción”[28].

Finalmente Marx es portentosamente contemporáneo cuando escribe sobre el crédito público y la deuda de los estados. Veamos:

“El sistema del crédito público, es decir, de la deuda del Estado, cuyos orígenes descubríamos ya en Génova y en Venecia en la Edad Media, se adueñó de toda Europa durante el período manufacturero. El sistema colonial, con su comercio marítimo y sus guerras comerciales, le sirvió de acicate. Por eso fue Holanda el primer país en que arraigó. La deuda pública, o sea, la enajenación del Estado —absoluto, constitucional o republicano—, imprime su sello a la era capitalista. La única parte de la llamada riqueza nacional que entra real y verdaderamente en posesión colectiva de los pueblos modernos es… la deuda pública. Por eso es perfectamente consecuente esa teoría moderna, según la cual un pueblo es tanto más rico cuanto más se carga de deudas”[29].

Justamente, Óscar Forero, escribe que hoy en día la deuda pública más grande es la de los EEUU. Alcanzó un record histórico: 20,16 billones de dólares. (US$ 20.160.000.000.000) según lo ha confirmado el Departamento del Tesoro. Se estima que para 2047 la deuda supere el 150% del PIB que para ese año rondará los 34,1 billones de dólares, es decir, se espera que los pasivos de EEUU lleguen a 51,5 billones de dólares. En la actualidad el endeudamiento del gobierno Trump representa el 108,56%. (…) Todos los llamados países Industrializados han basado su “desarrollo” en endeudarse de manera gigantesca con financiamiento ilimitado y cómodas cuotas de pago, de allí su “éxito”. Entre los 22 países industrializados se concentra el 81 % de la deuda mundial, de acuerdo a datos de la Consultora Global Mckinsey, por su parte las 171 naciones restantes deben tan sólo el 19% del PIB estadounidense y el 15,9 % del PIB mundial, ambos estimados por el FMI para el año 2017[30]

De esta manera se hace realidad lo que Marx escribió en el texto de nuestro análisis: “El crédito público se convierte en credo del capitalista. Y al surgir las deudas del Estado, el pecado contra el Espíritu Santo, para el que no hay remisión, cede el puesto al perjurio contra la deuda pública”[31].

Así, para Marx, la deuda pública de los Estados, se convierte en una de las palancas más poderosas de la “acumulación originaria”. A la que Marx, se refiere como una varita mágica que origina una virtud “procreadora al dinero improductivo”, para convertirlo en capital sin someterlo a las incertidumbres ni al trabajo que lleva consigo toda la inversión industrial.

Cochabamba, madrugada del 19 de octubre de 2017

NOTAS

[1] Gottfried Feder nació en Wurzburgo el 27 de enero de 1883 y muere en Murnau (Alta Baviera) el 24 de septiembre de 1941. Fue un ingeniero y político alemán… Como ingeniero civil, Feder se hizo activo en asuntos económicos y políticos. Fue el precursor del principio de “romper la esclavitud de los intereses del dinero”…  Feder poseía una fuerte influencia de la escuela de geopolítica de Múnich cuando afirmaba que los granjeros y la agricultura eran de importancia primordial para Alemania. (http://es.metapedia.org/wiki/Gottfried_Feder)

[2] Mammon es una palabra aramea que significa «riqueza», pero tiene una etimología confusa; los eruditos han sugerido conexiones con el verbo «confiar» o un significado de la palabra «confiado», o con la palabra hebrea ‘matmon’, que significa «tesoro». También se utiliza en hebreo con el significado de «dinero» (ממון). La trascripción griega para mammon, es μαμωνάς (mamonás), y puede verse en el Sermón de la montaña (durante el discurso sobre la ostentación) y en la parábola del administrador injusto.

En la Biblia, Mammón se personifica como símbolo de las riquezas en Lucas, y Mateo.[3] En algunas traducciones aparece como Mammón, pero en otras se traduce como «abundancia deshonesta» o equivalentes, dando así a entender que lo que quiso decir Jesús fue que «No podéis servir a Dios y a las riquezas» en el sentido de estar esclavizado al amor al dinero

Durante la Edad Media, Mammón fue personificado comúnmente como el demonio de la avaricia, de la riqueza y de la injusticia]

[3] FEDER Gottfried, Manifiesto contra la usura y la servidumbre del interés del dinero, Ed, Maxim, Múnich, 1932, p. 6

[4] Ibíd. p. 11

[5] Ibíd.

[6] KONING  John Paul, De cómo la Fed ayudó a pagar la Primera Guerra Mundial. En http://www.miseshispano.org/2011/11/de-como-la-fed-ayudo-a-pagar-la-primera-guerra-mundial/

[7] MULLINS Eustace, Los secretos de la Reserva Federal, Ed., Luna Blanca, 2014, p. 324

[8] SPENGLER Oswald, La Decadencia de Occidente, Ed. ESPASA – CALPE, S. A. Madrid, 1966, p. 1265

[9] Ibíd. pp. 1301 – 1302

[10] FEDER Gottfried, Manifiesto contra la usura… Ob. Cit. p. 12

[11] Ibíd.

[12] Ibíd. p. 13

[13] Ibíd. p. 15

[14] KENNEDY Magrit, Dinero sin inflación ni tasas de interés, Ed. Vitae, Buenos Aires, 1998, p. 14

[15] Ibíd.

[16] Ibíd. p. 16

[17] Ibíd. p. 18

[18] MORENO Marco Antonio, https://www.elblogsalmon.com/economia/deuda-de-estados-unidos-llega-a-60-billones-de-dolares-y-se-duplica-en-12-anos.

[19] FEDER Gottfried, Manifiesto contra la usura… Ob. Cit. p. 17

[20] Ibíd.

[21] Ibíd. p. 19

[22] Ibíd. p. 21

[23] Ibíd. p. 23

[24] Ibíd.

[25] FEDER Gottfried, Manifiesto contra la usura… Ob. Cit. p. 22

[26] RILLO Enrique, Karl Marx en la era del capital gaseoso. Barcelona, 2012, p. 188

[27] MARX Karl, El Capital, Libro III, tomo 2.”Interés y ganancia de empresario” Capitulo XXIII. Editorial Akal, p. 65.

[28] MARX Karl, El Capital, Libro II. El proceso de circulación del Capital. Sección Primera. Las metamorfosis del capital y el ciclo de las mismas.

[29] MARX Karl, EL CAPITAL, Capitulo XXIV, La llamada acumulación originaria, p. 143.

[30] FORERO Óscar Javier, Economía y rebelión. Hablemos de la deuda y del sistema financiero internacional. (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231592

[31] MARX Karl, EL CAPITAL, Capitulo XXIV… Ob. Cit.

Atrás