El proyecto Willow y el litio boliviano

Jesus Javier Luque López

El Proyecto Willow es una de las reservas más grandes de EE.UU de petróleo y gas, que se encuentra en el norte de ese país (Alaska), la cual es un territorio virgen y área protegida. A mediados de marzo de este año, el presidente Joe Biden autorizo la perforación de pozos en ese lugar a cargo de la compañía petrolera ConocoPhillips. Reserva que se estima que tiene una extracción de 600 millones de barriles de petróleo, con esta decisión el gobierno norteamericano está Incumpliendo los compromisos ambientas adquiridos internacionalmente, así mismo ignora protestas de los activistas ambientales, por los daños que ocasionara esta decisión.

La explotación de esta reserva, coincidentemente se da cuando el conflicto bélico, redujo de forma significativa la exportación de petróleo y gas a Europa, siendo aprovechado este hecho por EE.UU, para convertirse en el mayor proveedor de gas y petróleo a Europa, vendiendo este recurso con un incremento del 40% más con relación al precio con el que proveía Rusia, como dice el dicho popular: a rio revuelto ganancia de pescadores, sin embargo su prioridad comercial, hace que también provea armamento como “ayuda solidaria” a Ucrania garantizado así la prolongación del conflicto con duras consecuencias para la población de esa región, pero con grandes ganancias para el Tío Sam, quien utiliza estas reservas como un comodín para manejar la oferta y la  demanda.

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Como se ve Bolivia se perfila como un nuevo productor de litio en el mercado internacional, donde su precio llego a un máximo en noviembre del 2022 a $ 84.000 la tonelada, pero desde ese momento empezó abajar debido a que el gobierno chino corto las subvenciones a la fabricación de coches eléctricos afectando directamente la demanda de litio para las baterías. A esto se suma la decisión del presidente Boric de chile de nacionalizar la industria del litio de ese país.

Un factor en el mercado de litio es una influencia que tienen los gobiernos para manejar la demanda de este recurso. Bolivia al tener las mayores reservas de litio del mundo ha tomado la decisión de controlar y regular la extracción, producción y explotación de su litio, y debe tomar la posición de  un agente determinante en el mercado internacional, manejando la oferta y demanda, no solo de carbonato de litio sino también en la producción de baterías de litio.

Para tener una posición estratégica en el mercado de litio, se tiene que continuar con la diversificación de la base productiva del país, impulsando la industrialización de los recursos naturales tanto como del sector público como del sector privado “no poniendo todos los huevos en una sola caja”, desarrollando esta fortaleza Bolivia podrá manejar la oferta y demanda y la explotación de litio, ya no vendiéndola solo como materia prima hasta agotarla y depender solo de estos ingresos, sino generando altos niveles de demanda para tener altas ganancias así como lo hace el amigo el norte y sacar reservas para bajar el precio para anular a competidores.

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