El fin del modelo

Jesus Javier Luque López

El fin del modelo es el deseo y el augurio que realizan numerosos analistas y políticos de la derecha radical, quienes entienden o ven al país en los 3600 metros sobre el nivel del mar, lugar donde creen que los efectos económicos internacionales no llegan a esa altura. Hacen fatídicos análisis sin tomar en cuenta ese contexto, con pomposas declaraciones queriendo posicionar en la mente de la gente malas y pésimas expectativas, para generar un descontento. Criticando la baja de las exportaciones de hidrocarburos la cual es una consecuencia de una disminución en la inversión de exploración, siendo esta sustituida por la diversificación en las exportaciones. La falta temporal de liquidez, el déficit fiscal la cual está siendo reducida paulatinamente y por último el costo de las  subvenciones en hidrocarburos y alimentos que dan una estabilidad de precios.

Entonces, démosles riendas a esos deseos carnales de malos augurios y fatídicos deseos, pero para no ser tan sangrientos como lo fue el último golpe de estado, supongamos que asumen el gobierno por la vía democrática, ósea mediante voto, como lo hizo el actual gobierno con más del 55%.

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Una nueva administración, tendrán que responder mínimamente a estas demandas ya posicionadas en la vida diaria de los bolivianos: la salud de la población, a la cual se le ha bajado la tasa de mortalidad de mujeres y niños en la etapa de gestación y dado alimentación en sus primeros años de vida, lo que trajo consigo la construcción de centros médicos y la provisión de medicamentos y el crecimiento del sector salud para su atención. Lo cual tuvo un efecto directo en el crecimiento de la población, con niños que tienen mayores oportunidades para su educación, construyendo más y mejores escuelas y dotando profesores para su enseñanza, bajando la deserción y premiando a los mejores estudiantes.

Teniendo más población instruida y formada académicamente que busca oportunidades, para lo cual es necesario sostener un crecimiento económico,  pese a cualquier contexto y además diversificarla, con soberanía sobre los recursos naturales que dejen ganancias para el desarrollo local, y emplee  a esta población económicamente activa. Mantener una estabilidad de precios de los productos de primera necesidad para los hogares, con la aplicación de una nueva medida que mantenga el poder adquisitivo de los salarios.

La pregunta sería ¿la población dejara que se anulen esas medidas que dan protección y estabilidad?, se aplicarían las medidas ofrecidas a los bolivianos, dejando al neoliberalismo el desarrollo, como se lo está planteando. Ósea se liberaría  la salud y educación, los subsidios y la inversión que protege e incentiva la formación en los primeros años de vida, los precios fluctuarían en función a los precios internacionales afectando directamente el poder adquisitivo de los salarios.

Concluyendo, quien quiera que asuma la administración, tendrá que proponer y  responder esas preguntas. Bolivia ya tuvo la experiencia del neoliberalismo o liberalismo, en los años ochenta con el resultado de miles de obreros relocalizados, quienes se convirtieron en el sector informal y comerciante el cual ahora tanto critican, y en los noventa la mal llamada capitalización.

Y si es el fin del modelo, pero del modelo neoliberal o liberal, arcaico, que trajo desigualdad y pobreza a la mayoría de los bolivianos. La política económica actual, está más vigente y será la base la industrialización y mejorara de la calidad de vida de la población.

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