Lenguas y autogobierno indígenas del Perú

Isaac Bigio

Perú es una de las repúblicas que tiene mayor variedad de bioclimas y también de familias lingüísticas en todo el planeta. Estas últimas están compuestas por varios idiomas que comparten una raíz y características comunes. En todo el continente europeo solo hay 2 de estas familias (la indo-europea y la ugro-finesa), además de una lengua aislada (el vasco). En el Perú, en cambio, hay alrededor de una veintena de familias idiomáticas, fuera de otras lenguas sin filiación.

Esta riqueza debe ser preservada e incentivada. Sus lenguas deben ser todas oficializadas (como pasa en la vecina Bolivia), se deben crear universidades, canales y medios en estas y en todos los colegios debiera enseñarse obligatoriamente a una de ellas. Todas las naciones andinas y amazónicas deben tener derecho a la autodeterminación y todas las comunidades nativas deben poder ejercer su autogobierno.

Cada 27 de mayo se celebra el día de las lenguas nativas del Perú, pues en esa fecha de 1975 el Gobierno de Juan Velasco oficializó el quechua. Sin embargo, este no es un idioma en sí mismo (como si lo son el castellano, portugués o inglés), sino una familia de estos, la cual, según Etnologue, está conformada por más de 40 lenguas, muchas de las cuales no se entienden entre sí mismas.

A casi medio siglo de este acontecimiento se realizó el último sábado de mayo del 2023 un encuentro en Urus Chulluni, a orillas del Titicaca, el I encuentro quechua, aimara y uro. A este cónclave fui invitado como ponente principal. A pesar de mi gran interés en asistir, en mi agradecimiento eterno a los pueblos del altiplano en los que paseé los mejores años de mi vida y a saber que iba a recibir las llaves de Puno y la orden Condor Mallku del Gobierno Regional, no he podido viajar. Por razones muy ajenas a mi voluntad, tampoco voy a poder asistir a un encuentro que también he sido convidado en junio en Desaguadero (pueblo que conozco tanto). Este escrito resume varias de las cosas que iba a exponer.

Variedad de lenguas

El único peruano que se ha ganado un premio Nobel (Mario Vargas Llosa) nunca ha querido escribir en una lengua nativa. También afirma que los castellanos hicieron bien en unificar a Hispanoamérica con su idioma, ha preferido recibir del rey español Juan Carlos I el rango de marqués y ahora se precia de haber entrado a la academia de lengua francesa (aunque nunca ha hecho una novela en ese idioma). Mientras muchos consideran que Manuel Scorza o José María Arguedas son mejores novelistas que él y que tuvieron el mérito de tratar de entender a los quechuas y andinos, Vargas Llosa nunca ha querido hacer eso, pese a que las 3 ciudades andinas en las que ha vivido (Arequipa, Cochabamba y Lima) tienen un nombre proveniente del “runa simi”.

Llama la atención que la feminista izquierdista francesa Annie Ernaux, quien en 2022 obtuvo el premio Nobel escribiendo todas sus novelas en francés, no es parte de esa academia, pero sí lo es el derechista marqués de Vargas de Llosa. Quien hoy reniega de sus iniciales pronunciamientos en defensa del castrismo, de la revolución cubana y de las guerrillas peruanas de 1965, hoy es parte de una academia que trata de suprimir o marginar a las demás lenguas nativas de Francia (como el vasco, occitano, bretón, alsaciano, corso, catalán, provenzal, etc.).

A diferencia de varios miembros de la derecha dura, la Unión Europea reconoce como oficiales a 24 idiomas (el alemán, el búlgaro, el checo, el croata, el danés, el eslovaco, el esloveno, el español, el estonio, el finés, el francés, el griego, el húngaro, el inglés, el irlandés, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el rumano y el sueco), obligando a que todos sus documentos sean traducidos a estos y a que haya intérpretes de todos ellos en cada una de las reuniones de su parlamento o de varias de sus otras instancias. Fuera de estos, buena parte de sus 27 países miembros tienen sus propios idiomas que tienen status oficial en sus respectivas regiones.

Los racistas de Vox quieren suprimir (incluso violentamente) a todas las autonomías del reino de España. Sus tesis influyen a todos los partidos que conforman la mayoría derechista del Congreso peruano y que han participado en la última cumbre del Foro de Madrid de Vox en Lima (Renovación Popular, Fuerza Popular, Avanza País, Acción Popular y Alianza Para el Progreso).

Las Naciones Unidas hoy reconoce la importancia de preservar las casi 7 mil lenguas que se siguen empleando en el planeta y evitar que la mayor parte de estas se deje de hablar. Muchos conocimientos de culturas, animales, plantas, accidentes geográficos y medicinas se pueden perder si estas desaparecen.

Una veintena de familias de idiomas

Para muchos turistas, las islas echas mano por los urus es algo que les llama la atención, pues en estas, que han sido hechas de totora, se pueden edificar casas, escuelas y cultivos. Estos “pueblos flotantes” fueron hechos no para atraer “gringos” (que no existían hasta hace pocas generaciones atrás), sino como forma de poderse especializar mejor en extraer los recursos fluviales del lago.

La familia lingüística uru-chipaya está conformada por los resabios que aún sobreviven de pueblos antiguamente más extensos que se dedicaban a la pesca o a la caza de aves acuáticas en diversos lagos y lagunas, tanto de la parte peruana como boliviana del altiplano (y en zonas cercanas del norte de Chile). Su identidad idiomática está marcada por ello y se diferencia la de los aledaños pueblos donde el eje era la agricultura y la ganadería.

Hoy esta familia idiomática corre el peligro de extinguirse y de seguir la tragedia del puquina, el cual, según el profesor Rodolfo Cerrón Palomino, fue la lengua originaria de los incas y del Tiahuanaco. Los nombres de muchos ríos, cerros y villas que están entre Moquegua y Puno y el norte de Chile y de Bolivia evidencian cuan extendido estuvo el puquina.

Hoy solo se conocen palabras del puquina (algunas de las cuales se siguen empleando dentro del léxico de los kallawayas), una cultura de fármaco-médicos de Bolivia cuyos conocimientos fueron claves para combatir el paludismo que casi impidió la construcción del único canal interoceánico americano, el de Panamá.

Antes se denominaba al Titicaca como Puquina Cocha (Lago Puquina). Las grandes edificaciones de las culturas Tiahuanacota y Pucará (y muchas del Cuzco inicial), así como varias de las primeras grandes extensiones de cultivos de papa, se debieron haber dado empleando este idioma hoy extinto. Es probable que una de las razones por las cuales no podamos aún descifrar plenamente a los quipus tenga que ver con el hecho de que hoy no exista un diccionario del puquina, el cual siempre se mantuvo como la “lengua secreta” de la nobleza inca.

Contrariamente a lo que se cree, Cuzco no tiene un origen quechua. Según el profesor Cerrón Palomino y varios de los principales lingüistas andinos, su nominación proviene del aimara. Los incas llegaron allí hablando su puquina materno, luego adoptaron el aimara local y, más adelante, cuando se expandieron hacia el norte, adquirieron el quechua (al cual modificaron), pues era la entidad idiomática más hablada en los nuevos territorios conquistados.

Debido a que es imposible cambiar 3 familias lingüísticas como oficiales en tan pocas generaciones, personalmente considero que ese solo hecho debiera corroborar que el Tahuantinsuyo no duró menos de un siglo, como muchos afirman, sino mucho más.

El quechua y el aimara, a su vez, se originan en el departamento de Lima. El primero en la parte norte, junto a Áncash (zonas donde se sigue hablando las formas más arcaicas del quechua y que tienen sus raíces, probablemente, en las civilizaciones de Caral, Sechin y Chavín) y el segundo en su parte sur, junto a Ica (habiendo sido hablada posiblemente por los nazcas o waris). Un vestigio de esto último es la supervivencia de algunos cientos de hablantes del Jaqary y Kawki, lenguas aimaraicas, en la serranía sudeste de Lima.

Fuera de estas 3 familias andinas, hay otras 17 que siguen superviviendo en la Amazonía peruana (Arawa, Arawak, Bora, Cahuapana, Harakbut, Huitoto, Jíbaro, Kandozi, Muniche, Pano, Peba-yagua, Shimaco, Tacana, Tikuna , Tucano, Tupí-guaraní y Záparo). Sin embargo, hasta antes de la conquista y del genocidio castellano hubo muchísimo más. Los idiomas de las costas, de los Chachapoyas, de los Tallanes, de los Hibitos y Chalanes, de los Mochicas, del Culli (idioma original del sur de Cajamarca y la sierra de La Libertad y Áncash) y de los Chimúes (Quingnam), entre muchísimos más, se perdieron, tal como paso con el puquina. De los Paltas (y otras lenguas de la costa entre los actuales Perú y Ecuador) solo quedan algunos vocablos (como el de esa fruta verde que se le emplea como verdura). Hay un movimiento para revivir el muchik.

El imperio terrestre que, a nivel planetario, ha contenido más cantidad de estas familias ha sido el Tahuantinsuyo, superando en ese rubro a potencias que abarcaron mayor superficie (como las de Persia, Alejandro Magno, Roma, India, China, Gengis Khan, Napoleón Bonaparte, Rusia o Hitler).

Muchos desprecian a los amazónicos como “salvajes”, cuando ellos son los guardianes de la madre naturaleza. Son todos ellos los forjadores del mayor jardín artificial que haya tenido La Tierra. Esta es la Amazonia, la cual tiene un elevado porcentaje de frutos comestibles y amplias capas de tierra fértil sembrada por humanos (terra preta dos indios).

Varias de estas naciones nunca fueron conquistadas por los peninsulares y la única rebelión surgida en el Perú que logró expulsar a los españoles de una parte del país fue la de los ashánincas y otras etnias de la selva central, la misma que fue liderada por Juan Santos Atahualpa “Apu Inka” a mediados del siglo XVIII.

Autogobierno indígena

Es difícil precisar cuántas naciones nativas tenemos. Se habla de 55 idiomas indígenas, pero eso no toma en cuenta de que algunos de los que son considerados como tales (como el quechua) están compuestos por diversas lenguas separadas con sus propios léxicos y gramáticas.

Además, hay muchos pueblos que se reclaman como naciones aparte, pese a compartir un mismo lenguaje con otras etnias cercanas. Tenemos otros grupos que descienden de esclavos africanos o de semi-esclavos asiáticos.

Todos ellos debieran tener derecho a la autodeterminación nacional. Esto no implica que fomentemos que todos ellos se conformen como repúblicas independientes, algo que ni a ellos ni a los peruanos hoy les conviene.

En vez de dividir al Perú, se trata de crear una gran federación de naciones de Latinoamérica y del Caribe, un proyecto que fue compartido por los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín, por los primeros líderes del antiimperialismo peruano hace un siglo (los jóvenes José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre) y por numerosos luchadores sociales.

Lo que el Amauta denominó como Indoamérica debiera estar unida para dar paso a que se puedan reunificar todas las naciones que se han quedado divididas en torno a la separación impuesta por las repúblicas criollas. Tal es el caso de los aimaras escindidos entre Perú, Bolivia y Chile, de los quechuas fragmentados entre esas 3 repúblicas, además de Argentina, Ecuador, Colombia y Brasil, de los Guayu desparramados entre Colombia y Venezuela, de los araucanos y otros pueblos que se ubican entre Argentina y Chile, los mayas dispersos entre 5 naciones mesoamericanas y de numerosas nacionalidades amazónicas.

La nueva constitución boliviana ha resuelto que la antigua república criolla haya sido remplazada por un “Estado plurinacional”, el mismo que reconoce al castellano y a 34 idiomas nativos como oficiales (incluyendo el hoy extinto puquina). Estas son: Araona, Bésiro, Baure, Cavineño, Canichana, Cayubaba, Chíman, Chácob, Ese Ejja, Guarayu, Guarasu’we, Itonama, Maropa, Mojeño-Ignaciano, Mojeño-Trinitario, Machajuyai-Kallawaya, Machineri, Leco, Movima Moré, Mosetén, Pacawara, Puquina, Tapiete, Tacana, Toromona, Uru-Chipaya, Weenhayek, Yuki, Yaminawa, Yuracaré, Sirionó Y Zamuco.

Un ejemplo de autogobierno nativo americano nos lo brindan las coronas británica y danesa, Estas, pese a su origen feudal y no democrático, han sido capaces de hacer una serie de concesiones a sus antiguos pueblos vasallos a un nivel que no se atreven a hacerlo ninguna de las repúblicas del hemisferio.

Groenlandia, la mayor isla del mundo, ha sido rebautizada como Kalaallit Nunaat y es hoy el único de los 60 países o territorios de las Américas donde la única lengua oficial es una originaria. Por decisión de su propio pueblo, el danés ha perdido el status de idioma oficial, el cual lo tiene exclusivamente el inuit (esquimal). Esto, pese a que formalmente dicho país es parte de la monarquía constitucional de Dinamarca.

En Canadá, el mayor dominio del rey británico en el mundo, existen 13 entidades federales, siendo Nunavut una que supera la quinta parte de su superficie. Allí, los inuits, al igual que en el caso de la vecina isla danesa de Kalaallit Nunaat, tienen el derecho de vetar y controlar cualquier exploración de sus suelos, hielos y aguas.

En ambos territorios, cada uno superior a los 2 millones de km 2 (y al de México o Perú), los inuits han logrado la oficialización de su idioma, de su cultura y de sus formas de poder local.

Según la antigua mentalidad colonial, los esquimales son pueblos primitivos que sobreviven en iglúes. Esto es lo contrario a la realidad actual, pues ellos poseen viviendas, naves y vehículos motorizados y han logrado mejorar fuertemente su status social, cultural y material gracias a lograr más autogobierno y participación directa en el mercado global.

La familia inuit está compuesta por 4 idiomas, todos los cuales suman unos 35 000 hablantes nativos. Pese a ese reducido número, la rama groenlandesa de este se ha convertido en la única lengua nativa americana que es la única lengua oficial en su respectivo país. Lo que han logrado los inuits es algo que debiera servir de ejemplo para las decenas de lenguas originarias peruanas.

En Reino Unido, donde este autor reside, el Estado impulsa los idiomas nativos. Pese a que en Inglaterra hay mucho menos hablantes del galés que del castellano y una veintena de otros idiomas extranjeros, por ley uno puede hacer todos sus trámites en esta lengua. La BBC tiene canales de TV en las lenguas celtas oriundas de Gales y Escocia. En la República de Irlanda es obligatoria la enseñanza de la lengua nativa celta y todo funcionario público para poder desempañar su cargo debe pasar por exámenes de esta, pese a que menos del 5% de los irlandeses emplea está como su principal medio de comunicación.

En Lima los colegios más caros y exclusivos ofrecen un segundo idioma. Este es, en todos los casos, uno del próspero hemisferio norte: inglés, francés, alemán, italiano, chino, japonés o hebreo. Hasta donde yo sepa no hay ninguno que le dé esa misma importancia a uno oriundo del país. Quienes tienen residencias o empresas en Surco, Ancón, Pucusana, Comas, Ate, Carabayllo, Chaclacayo, Maranga, Ate, Rímac, Lurigancho, San Juan de Lurigancho, Pachacamac, Chucuito o Lurín deben saber que todos esos nombres, al igual que el de la ciudad y el departamento de Lima, provienen de vocablos nativos. Empero, se considera indigno educar a sus hijos en estas lenguas.

Para lograr mucho dinero, Rafael López Aliaga tiene el monopolio del tren y el hotel del principal atractivo turístico sudamericano (Machu Picchu). Sin embargo, él desprecia a los pueblos e idiomas nativos que erigieron estos monumentos. No quiere saber nada de la milenaria wiphala (a la cual no promueve y un fuji-congresista de su mal llamado “Bloque democrático” ha insultado como un mantel de chifa, humillando a andinos y orientales) y busca que Lima sea un bastión del colonialismo español (donde haya carrozas virreinales y ambulantes obligados a usar vestimenta del vasallaje peninsular).

Cambios sociales

A nivel global hay un despertar de los pueblos nativos, los cuales ahora apuntan a entrar al comercio nacional e internacional con sus propios productos e identidad.

Otro aspecto que les impulsa a seguir adelante es la imperiosa necesidad de defender sus aguas, ríos, lagos, montañas, valles, aires y recursos naturales, de la depredación voraz de multinacionales extraccionistas que destruyen sus tierras, cultivos, zonas verdes y la salud de ellos y de sus hijos.

En Puno distintas comunidades han acordado ejercer ya su autogobierno, dando un ejemplo a seguir en todo el Perú.

Todas las cartas magnas que ha tenido la república criolla capitalista se han redactado ignorando a las lenguas y pueblos nativos. Urge una nueva constituyente plurinacional donde cada una de las decenas de naciones originarias y de raíces africanas y asiáticas, todas las 196 provincias y todas las organizaciones sindicales, barriales, de emprendedores, campesinos, ronderos, reservistas, ollas comunes, etc. tenga representantes electos, mandatados y revocables por estos mismos.

Isaac Bigio

Isaac Bigio es un analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha estado investigando y enseñando. Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha llevado cursos y seminarios en el Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres. Es una de los analistas que habla castellano o portugués con mayor conocimiento de las guerras en Afganistán, el Medio Oriente o los Balcanes. Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. Es columnista regular de El Comercio (Perú y Ecuador), La Patria (Bolivia), El Panamá América, Noticias (Reino Unido), La Opinión (EEUU) y otros diarios y decanos. Colabora con la BBC, CNI, Canal N, Radio Progreso y diversas emisoras de radio y TV. Sus escritos son difundidos por medios afiliados al ALAI, Adital, al Grupo de Diarios de América y otras redes de prensa. Diversos diarios electrónicos le han creado páginas web entre ellos Notionline, informativos.net, altopilar.com, analítica.com, Gran Valparaíso y El Ojo Crítico Digital.
En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).
Isaac Bigio se encuentra escribiendo un libro sobre la revolución boliviana de 1952.

Atrás