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La economía boliviana avanza

Miguel Clares

Como analistas económicos, tenemos la importante tarea de expresar opiniones fundamentadas, evitando generar desinformación. Lamentablemente, algunos colegas analistas se convierten en cómplices de medios de comunicación tendenciosos que propagan el pánico y la especulación. En este sentido, es necesario aclarar ciertos aspectos que reflejan la realidad económica, política y social por la que atraviesa nuestro país.

Comencemos por abordar una reciente conferencia de prensa llevada a cabo por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP), en la cual se presentaron indicadores sumamente interesantes. Se destacó un aumento en las ventas de pasajes aéreos, servicios de restaurantes y hotelería entre abril de 2022 y 2023, con tasas de crecimiento del 14% para pasajes aéreos y del 17% tanto para servicios de restaurantes como hotelería.

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Estos indicadores reflejan, una vez más, la consolidación de la reconstrucción económica y el proceso de reactivación en el que nuestro país se encuentra inmerso. Estos resultados son producto de un incremento en el consumo por parte de la población, en respuesta a un aumento en los niveles de ingresos y la ausencia de una significativa pérdida de poder adquisitivo, algo que lamentablemente ocurre con nuestros países vecinos.

En este contexto, las medidas implementadas por el gobierno nacional, tanto en el ámbito de la demanda como de la oferta, están generando un mayor dinamismo en la economía de los hogares y fortaleciendo la capacidad productiva de las empresas. Estos logros, sin duda, se reflejan en diversas cifras macroeconómicas.

Por otro lado, los economistas solemos considerar al sistema financiero como un “termómetro” de la situación económica de un país y de la confianza que la población tiene en la economía en general. En este sentido, entre marzo de 2022 y 2023, el ahorro y la cartera de créditos han experimentado un crecimiento del 2% y 8%, respectivamente. ¿Qué nos indica esto? Un entorno de certidumbre económica en el cual la población confía en el sistema financiero y, a su vez, este último confía en la mejora de la actividad económica al otorgar préstamos.

En cuanto al comercio exterior, Bolivia ha logrado alcanzar un superávit comercial en el mes de abril, con un monto de $us71 millones. Este resultado se debe al buen dinamismo de las exportaciones, las cuales registraron una cifra de $us988 millones durante dicho mes, destacándose el sector de la industria manufacturera como prueba irrefutable de que nuestro país se encamina hacia la industrialización y la diversificación de la matriz productiva.

La administración de las finanzas públicas no se encuentra ajena a este sólido desempeño macroeconómico. La asignación eficiente de recursos para la inversión pública permite dinamizar aún más la actividad económica, además de generar nuevas fuentes de empleo. Pese a los esfuerzos por parte del Estado para impulsar la inversión pública y contar con un esquema de subvenciones para algunos alimentos y combustibles, Bolivia registró un superávit fiscal global de 0,3% del PIB y un superávit fiscal corriente de 1,6% del PIB al mes de abril de 2023.

Como ciudadanos bolivianos, debemos evitar ser influenciados por opiniones y noticias tendenciosas que claramente buscan desestabilizar políticamente y socialmente al país. Estas acciones malintencionadas son organizadas por grupos pequeños que solo se preocupan por sus intereses personales, sin considerar el bienestar de toda la población boliviana. Nuestra responsabilidad radica en proteger, mediante argumentos e información responsable, la estabilidad económica del país, que indudablemente está avanzando hacia adelante.

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