Economía boliviana resiliente

Verónica Casablanca

A través del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) diseñado por bolivianos y para los bolivianos, cuya fortaleza radica en la construcción de la realidad socioeconómica del país, además de ser desarrollado y aplicado por profesionales bolivianos, se evidencia la continuidad de diferentes políticas económicas, sociales, comunitarias y productivas, devolviendo la seguridad, confianza y certidumbre a la población.

Este modelo considera dos sectores importantes, el primero que es el estratégico, el cual produce excedentes, donde se encuentran los hidrocarburos, minería, electricidad y recursos ambientales, y el segundo que es el generador de ingresos y empleo, que contempla la industria manufacturera, turismo y vivienda, entre otros.

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El modelo económico boliviano ha permitido tener una economía resiliente, más aún después de que Bolivia sufrió un quiebre constitucional de la democracia, posteriormente padeció la pandemia del Covid-19. Desde noviembre de 2020, se reinstauró el modelo, se implementaron medidas económicas para la reconstrucción y la reactivación de la economía boliviana, sin descuidar la salud de la población boliviana mediante la ejecución del plan estratégico de lucha contra el COVID-19.

En un contexto internacional adverso, Bolivia logró el 2022 los siguientes resultados: crecimiento económico, estabilidad de precios, disminución de la tasa de desempleo, la extrema pobreza y del déficit fiscal. Las exportaciones incrementaron llegando a niveles record con incidencia positiva en el balance comercial, además del aumento de las recaudaciones tributarias, y un sistema financiero sólido, con una presencia imponible de la bolivianización tanto en créditos y depósitos.

Producto de las acertadas políticas económicas y sociales, y la administración responsable con soberanía de las finanzas públicas, la economía boliviana en la gestión 2022, tuvo un buen desempeño, mismo que fue distinguido por distintas instituciones internacionales como el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, The Economist Intelligence Unit, BBC Mundo, Sputnik y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Para la gestión 2023, Bolivia perfila mantener la estabilidad económica, una inflación controlada con énfasis en los proyectos de industrialización con sustitución de importaciones, es un año para consolidar la reconstrucción de la economía con una tasa de crecimiento positivo, con estabilidad de precios y, un modelo que irá sustituyendo las importaciones gradualmente para generar un sector productivo con industrialización, de carácter transformador, inclusivo y sustentable.

El componente de Inversión pública, pilar fundamental de la economía, que asume un rol protagónico del crecimiento económico, continua con la ejecución proyectos de gran envergadura, como ser, las plantas de Carbonato de Litio, de siderurgia del Mutún, las industrias de la química básica y farmacéutica, generación de hidroeléctrica, además de los proyectos productivos y de riego, entre otros.

Por lo tanto, el MESCP permite a nuestro país retornar a la senda del crecimiento económico sostenido, con una de las tasas de inflación más bajas a nivel mundial, un sistema financiero sólido y bolivianizado, priorizando la demanda interna, el incremento del ingreso, la reducción de la pobreza, la disminución del desempleo y de la desigualdad.

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