Amautas
A 95 años de que José Carlos Mariátegui fundara Amauta, la más influyente revista teórica de la historia peruana, en julio 2021 llegó al Gobierno por primera vez un partido que se reclamaba abiertamente como “mariateguista”.
La actual mandataria Dina Boluarte se reclamaba entonces como “marxista-leninista-mariateguista”, al igual que el resto de Perú Libre donde miltaba también Pedro Castillo.
Sin embargo, la distancia entre el Amauta y sus discípulos ha sido tan grande como la que hay entre Jesús y su “devoto” López Aliaga. Los clásicos del socialismo científico se concentraban en organizar al movimiento obrero buscando que este y sus organizaciones de base tomasen el poder para remplazar al capitalismo e ir construyendo una sociedad sin clases ni Estados. Castillo, Boluarte y PL debutaron aferrándose a la constitución y al modelo neoliberal implantado por la fuji-dictadura y buscando convertirse en el mejor socio de Joe Biden y de sus tropas en la región.
Mariátegui y sus allegados leían y teorizaban mucho, sufrieron persecución y, en medio de grandes dificultades materiales, se sacrificaban para empoderar a los trabajadores, a quienes consideraban el único sujeto capaz de hacer un cambio estructural. PL, en cambio, nunca ha producido ninguna obra teórica o ha querido ser parte del movimiento obrero, desprecia a los sindicatos, ha sido socio y vientre de alquiler de varios anticomunistas (Belmont, Isaac Humala, etc.), y sus cuadros se han concentrado en capturar puestos públicos para enriquecerse. Boluarte, a quien el Dr. Cerrón colocó a dedo como su representante en la dupla presidencial, ha conducido ese arribismo hasta ser títere del fujimorismo.
El último de los 6 camaradas que tuvo Mariátegui en la fundación del Partido Socialista en octubre 1928 en fallecer fue su tesorero José Lerner (“Amauta” en su natal yiddish). Lerner, a quien hace un tercio de siglo enterramos en el Callao, hoy cumple 123 anhos de su nacimiento en Hotin (Ucrania). Como su nieto puedo dar testimonio que él y que todos sus camaradas que él me presentó, jamás abjuraron de sus principios o negociaron con estos. El ejemplo de la generacion del centenario debiera inspirar a la del bicentenario.