Hablemos de deuda pública externa

Miguel Clares

Lamentablemente el país cuenta con medios de comunicación cuyo objetivo parecería el de generar desinformación y pánico innecesario en la población. Y, por si fuera poco, tristemente existen economistas que se hacen llamar “analistas”, sin embargo, cada aseveración que expresan pone en duda su imparcialidad.

La presente semana salió un comunicado por parte de un periódico nacional donde se afirma que más de $us 5.000 millones de las Reservas Internacionales Netas (RIN) fueron destinados a pagar deuda externa, dicho comunicado se desata en un escenario donde la población necesita seguridad e información real, penosamente algunos medios ocasionan lo contrario con sus irresponsables titulares y “noticias” (si es que así se las pueden llamar).

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Analizar el estado de la deuda pública y las RIN tiene que ser de una manera responsable y prudente, debido a los escenarios especulativos que se pueden desembocar y evidentemente las consecuencias adversas que solo perjudicarán a la población boliviana.

Si bien el país contaba con una deuda pública externa de $us4.942 millones en 2005 y ésta se incrementó a $us13.112 millones para octubre de 2022 (según la última información disponible del Banco Central de Bolivia), se debe aclarar también que el Producto Interno Bruto (PIB) creció de $us9.574 millones a más de $us40.000 millones en el mismo período mencionado. ¿Qué quiere decir esto? Que la economía nacional creció a tasas más aceleradas que el endeudamiento público externo, lo que garantiza la solvencia para el pago de la deuda.

Lo anteriormente señalado nos lleva a un análisis importante de deuda pública y se trata de comparar la deuda con el tamaño de la economía, es decir, la deuda dividida entre el PIB. A octubre de 2022, la deuda pública externa alcanzó un 29,9% del PIB; ¿Por qué es sustancial señalar esto? Muchas veces se deja de lado la historia económica de nuestro país –y los medios de comunicación al parecer tampoco tienen memoria– si revisamos el mismo indicador durante 1987 (Gobierno de Víctor Paz Estenssoro) nos encontramos con una tasa del ¡99% del PIB!. ¿Qué significa ello? Que el 99% de nuestros ingresos estaban comprometidos a pagar deuda, de igual manera, si calculamos el promedio de deuda externa en términos del PIB entre 1985 y 2005, hallamos una cifra de 67% del PIB, la cual sigue siendo elevada en comparación al dato actual.

Pero ¿Cómo sabemos si 29,9% del PIB es una buena cifra o no? Si revisamos los umbrales de deuda pública que sugieren Organismos Internacionales podemos apreciar que la Comunidad Andina recomienda un límite de 50% del PIB, por otro lado, el tratado de Maastricht de la Unión Europea indica un 60% del PIB. En consecuencia, Bolivia se encuentra dentro de los márgenes señalados, reflejando no solo sostenibilidad, sino también espacio de endeudamiento.

Ya casi para terminar, es importante señalar los servicios de deuda pública, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indica que estos no deben superar el 3% del PIB para no ser considerados como pagos onerosos, en el caso boliviano la cifra bordea el 1% del PIB (servicios de deuda interna y externa), mostrando una prudente administración de la deuda. En consecuencia, la deuda pública externa es sostenible, se encuentra acorde al nivel de actividad económica y se encuentra dentro de los umbrales internacionales recomendados.

Por último, pero no menos importante, recalcar que el destino de las RIN durante los últimos dos años fue utilizado para el pago de bienes de capital, combustibles e incluso insumos médicos para combatir el Covid-19. Además, el país cuenta con un comercio exterior envidiable ante el resto del mundo –dado el complicado escenario internacional que atravesamos– el cual genera estabilidad dentro de las RIN. En fin, el análisis de las RIN lo dejaremos para otro artículo.

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