Textura Violeta

Dani Alves y protocolos para ‘esos’ Pepinos

Drina Ergueta

Este domingo se ha ‘desenterrado’ al Pepino, ese personaje paceño alegre y atrevido (a veces demasiado) que caracteriza al carnaval de la ciudad de La Paz, en Bolivia. Lo ha despertado con un beso (¿obligado?) la reina del carnaval de la ciudad de Tarija y con esto se ha dado inicio a las innumerables fiestas carnavaleras que ocuparán prácticamente todo el mes de febrero.

En el imaginario paceño, el Pepino representa la tradición, la alegría del carnaval y una especie de vuelta a la infancia, ya que es muy juguetón y va por las calles haciendo travesuras. Son miles de pepinos que circulan por las calles para divertirse y formar parte de la fiesta, van con su disfraz que les cubre totalmente el rostro y les da anonimato y es esto, precisamente, lo que marca la otra parte del carnaval, que también puede estar representada en el Pepino: el abuso de tipo sexual hacia las mujeres.

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Se conoce el dicho: “Es hijo del Pepino”, para señalar que no se sabe quién es el padre y suavizar que es fruto de una violación, también para culpabilizar a la mujer ya que, seguramente, en estado de ebriedad “permitió” que eso pasara y, por ello, debía callar y aguantar. Pero, hoy, las cosas han cambiado un poco y es posible denunciar, siendo víctima o siendo una tercera persona que ve que pasa o puede ocurrir un abuso o violación.

Es habitual, en todas partes del mundo patriarcal, que en los días de fiesta se produzca un mayor número de las violencias machistas más duras: violencia física, violaciones y feminicidios. Y sabiendo eso, ¿se tienen protocolos de actuación para prever o responder ante este tipo de violencias?

El protocolo ante violencias machistas en los lugares de fiesta ha salido a luz porque su cumplimiento ha permitido que el famoso futbolista Dani Alves esté hoy detenido acusado de haber violado a una mujer en una discoteca. Son los protocolos que la Alcaldía de Barcelona estableció y que este local de baile cumplió a cabalidad ¿Cómo vamos en La Paz y en las otras ciudades de Bolivia? ¿Se les ha ocurrido que sería bueno tener protocolos?

Los protocolos hacen saber cómo actuar, en situaciones de violencia machista, a todas las personas que puedan intervenir: víctimas, posibles testigos, personal de los locales o espacios de fiesta, policías, personal hospitalario, jueces y abogados, etc. Los protocolos ayudan para prevenir las posibles situaciones y reaccionar adecuadamente en caso de que se produzcan, dando además protección y seguridad a la víctima y, también, facilitando que las autoridades hagan su trabajo.

¿Por qué la reina del carnaval tiene que besar al Pepino para despertarlo? ¿Por qué simplemente no lo invita a bailar, por ejemplo? ¿Por qué tiene que haber una reina, que no sea bufa? ¿Por qué siempre se tiene que sexualizar a las mujeres para gusto de los hombres? No son cosas mínimas, es una sumatoria de estas acciones machistas que desencadenan un escenario favorable a acciones de violencia sexual y física de hombres hacia mujeres y, en menor medida, hacia personas con otras opciones sexuales.

Los protocolos establecen medidas de prevención en los lugares de fiesta, como: tener un personal entrenado para actuar de ser necesario, vigilancia especial en zonas oscuras, carteles visibles que señalen que se debe denunciar cualquier acto de abuso, indicar dónde hacerlo, si se observa a alguien sospechoso sacarlo del local antes de que ocurra algo, entre otros. Si se produce un abuso, proteger a la víctima sin revictimizarla, llevarla a un espacio seguro del lugar, acompañarla, resguardar el sitio de la agresión para proteger las pruebas, cuidar las grabaciones de las cámaras si las hay, retener al agresor si es posible, llamar a las autoridades.

Es imprescindible que el posible agresor vea un escenario adverso a cometer una agresión y que, además, se implique a toda la asistencia en ese sentido de resguardo de los derechos sexuales consentidos y de rechazo a las violencias. La alegría del carnaval no puede tornarse en una desgracia.

El Pepino es un personaje maravilloso y también hay que cuidar su imagen.

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