Lo que ocurre está en otra parte
Lo que ocurre está en otra parte
Raúl Prada Alcoreza
Carretón
Boceto arqueológico de nuestro locus
Lo hemos dicho varias veces, lo que importa es comprender cómo funciona, cómo funciona aquello que se convierte en referente de nuestro análisis. Si atendemos una problemática es indispensable comprender las dinámicas moleculares, su articulación compleja, el entrelanzamiento de los distintos planos de intensidad, la composición del acontecimiento. Desde esa perspectiva podemos iluminar el acontecimiento, entendido como multiplicidad de singularidades, incluso como multiplicidad de procesos singulares integrados. Interesa esta perspectiva que hemos llamado compleja para evitar buscar otros nombres quizás más apropiados, puesto que se confunde la perspectiva compleja con una de las teorías de la complejidad, sin comprender que se trata de una arqueología del saber complejo, que data de lo que el mismo Karl Popper reconoce como el cisma de la física. La emergencia de una nueva percepción, la conformación de un nuevo zócalo epistemológico, momento de ruptura epistemológica, cuando se da el cisma con la irrupción de la física relativista y la física cuántica. Desde entonces se tienen consecuencias en el resto de la conformación de la episteme moderna, antes de la construcción de la nueva episteme.
En primer lugar, se va desordenando la anterior episteme, en este caso, lo que viene a ser la episteme moderna. En segundo lugar, se da comienzo en construcción a la nueva episteme, que, por motivos de comodidad, hemos llamado episteme compleja. Quede claro que cuando hablamos de episteme compleja nos referimos, para decirlo de ese modo, a su momento constitutivo, correspondiente a la emergencia de la física cuántica y la física relativista. Después, de manera más configurada y elaborada, hablamos de uno de los ejes y una de las historias epistemológicas que tiene que ver con la construcción del pensamiento complejo. Estamos hablando de la teoría de sistemas. La teoría de sistemas comienza, primero, desde una perspectiva cibernética, empero, después, se va transformando hasta llegar a ser la teoría autopoética de sistemas, que tiene como referente la vida, la biología, la célula. Entonces, aquí tenemos desplazamientos epistemológicos, que van a impactar también en la sociología alemana, Niklas Luhmann, cuando se incorpora la perspectiva de la teoría de sistemas autopoético a la ciencia de la sociedad. Sin embargo, en la construcción del pensamiento complejo este eje no es el único, hay otros, que también tienen que ver con el impacto de la física relativista y la física cuántica en las otras ciencias y saberes, dando lugar a desplazamientos epistemológicos.
Otro eje de desplazamiento epistemológico corresponde, por así decirlo, a las teorías nómadas. Estamos hablando de la crítica de la epistemología francesa, Michel Foucault, Félix Guattari, Gilles Deleuze, Jacques Derrida. No podemos olvidarnos de cierta anterioridad a esta irrupción nómada y deconstructiva, así como de la diseminación, que tiene que ver con el filósofo de la fenomenología, Edmund Husserl, respecto de quien se puede considerar como continuador consecuente y radical a Merleau-Ponty, que desarrolla la fenomenología de la percepción. Los críticos de la modernidad, mencionados anteriormente, recogen las reflexiones fenomenológicas, se convierten en los herederos de la fenomenología, transformada en las vertientes de las teorías nómadas. Tampoco podemos olvidarnos del epistemólogo Gastón Bachelard, así como del escritor, ensayista y crítico George Bataille, ni del investigador biólogo y filósofo Georges Canguilhem. Se trata aquí de los antecedentes arqueológicos de las teorías nómadas. Hay otras fuentes más de la nueva episteme en construcción, como la hermenéutica contemporanea, la teoría de la narración de Paul Ricoeur.
Moviéndonos de continente, debemos incorporar el pensamiento propio y crítico anicolonial, descolonizador y anticapitalista; por el momento, basta algunas menciones al respecto, el marxismo afro del Caribe o de las Antillas, el marxismo propio de José Carlos Mariategui. En estos casos, el marxismo descolonizador, el pensamiento crítico anticapitalista se transforma desde la perspectiva y la experiencia de las resistencias.
Sin embargo, este boceto de arqueológico de la emergencia de la nueva episteme es solo para volver a situarnos en el locus desde donde enunciamos. Lo que nos interesa es situar en el mapa epistemológico la arqueología de la construcción de la nueva perspectiva epistemológica, es decir, la nueva episteme. Comprendiendo a las distintas composiciones de la misma. Esto para que no se pierda de vista desde donde hablamos.
Como se puede ver esta exposición no trata de la arqueología de la epistemología, sólo hemos mencionado parte de un boceto epistemológico de la nueva episteme, buscando clarificar lo que entendíamos por perspectiva compleja o pensamiento complejo. Sin embargo, ahora creemos que es necesario cambiar el nombre, usado provisionalmente, porque genera confusiones. Se puede optar por otros nombres, que no dejan de ser provisorios, que sean más adecuados para entender que se trata, en primer lugar, de un nuevo zócalo epistemológico, físico y matemático, que tiene que ver con la física relativista y la física cuántica. En segundo lugar, se trata de vislumbrar lo que acontece en la conformación, configuración y construcción de esta nueva episteme, que tiene que ver con las consecuencias de el cisma de la física.
En este buscarle un nombre a la nueva episteme, en este bautizo a esta nueva perspectiva integral epistemológica, es indispensable tener en cuenta lo que los mismos físicos están buscando con la teoría unificada, es decir, unificar ya no solamente los distintos campos de fuerzas, que tienen que ver con la fuerza gravitatoria, con la fuerza electromagnética, con la fuerza fuerte atómica, con la fuerza débil atómica, así como con otras fuerzas, que todavía no están descubiertas. Sobretodo se parte del criterio de que es menester una mirada integral de lo que ocurre, tanto en la dimensión cuántica como en la dimensión, para decirlo de ese modo, de la formación molecular y de la formación molar de la materia. En lo que respecta a las formaciones sociales, se considera menester incorporar los saberes de las llamadas ciencias humanas y sociales. Entonces, se trata de la teoría unificada.
Brian Greene anuncia una teoría unificada de alcance mayor, que va más lejos; se trata de unificar también las otras ciencias y los otros saberes, es decir, unificar sus problemáticas y entender que vivimos en un universo integrado, en sus distintas escalas. En ese sentido, se propone la unificación de todo, aunque el autor se distingue de los que postulan la teoría del todo. Dejemos aquí esto pendiente. Lo que nos interesa es partir precisamente de esta sugerencia, de esta comprensión de que debemos tener una teoría unificada de todo, en sus distintas dimensiones integradas. Entonces, aquí Brian Greene propone incluso la integración de lo que ocurre con la mente, con la conciencia, es decir, se requiere incorporar a nuestro mismo cerebro, cómo funciona nuestro cerebro; no solamente en términos moleculares, biológicamente, cómo funciona la red neuronal, cómo funciona todo esto de manera subjetiva, pasando por el substrato sensitivo. ¿Qué ocurre con el pensamiento? Sino también, simultaneamente, cómo se da de manera cuántica, para que ocurra todo esto. En consecuencia, como verán, estamos ante el sugimiento de la episteme correspondiente a la teoría unificada en la integridad del todo.
A diferencia de la episteme moderna, que supone una división del trabajo, una diferenciación de los campos de las ciencias, de los saberes, en las nueva episteme de la teoría unificada se trata, por el contrario, para decirlo de ese modo, de la integración, de la unificación, de la armonización. En consecuencia, volviendo al nombre de la nueva episteme, otra vez provisoriamente, podemos llamarla episteme de la unificacIón integral.
Análisis del acontecimiento
Ahora, volviendo a nuestro tema de inicio, el relativo al análisis del acontecimiento, tenemos que comprender lo que ocurre de manera inmediata, como hemos dicho antes, en los distintos planos de intensidad, en los distintos espesores de intensidad, articulados, entrelazados, integrados. Vale decir, si se trata del acontecimiento social, requerimos visualizar y comprender los distintos entrelazamientos y entramados de los distintos campos en los que se mueven las relaciones sociales, las prácticas sociales y las estructuras sociales. Además, comprender lo que ocurre subjetivamente, qué pasa con las estructuras de la subjetividad, lo que antes, en la sociología, se llamaba sujetos sociales. En ese sentido, también lo qué pasa en la singularidad subjetiva, lo que es la filosofía llamaba individuo.
Al respecto del análisis del acontecimiento vamos a centrarnos en un acontecimiento singular, dado en los espesores de la coyuntura, en una geografía política concreta, Bolivia. El acontecimiento singular tiene que ver con la crisis múltiple del Estado y del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente.
Contextos históricos
Comencémos con los contextos, que son espacios y tiempos territoriales. Los contextos conforman composiciones singulares sociales, económicas, políticas y culturales propias, del momento o de la coyuntura. Los contextos se distinguen por los desplazamientos y las modificaciones de sus composiciones. Para comenzar es menester distinguir estas diferencias, por más sutiles que sean. Después hay que identificar el entrelazamiento específico de los planos de intensidad, político, económicos, sociales, culturales, subjetivos. Después de todos estos pasos es indispensable interpretar el sentido inmanente del acontecimiento.
Respecto a éste conjunto de recorridos del análisis complejo, es necesario efectuar el análisis de las dinámicas sociales, culturales y territoriales. De lo que se trata es de comprender el funcionamiento social de la problemática en cuestión. Desde esta perspectiva hay que esclarecer el sentido y la diferencia de los desplazamientos de los contextos. A partir de la diferencia de los contextos interpretar los hechos, los eventos, los conflictos de las distintas coyunturas.
Las movilizaciones cruceñas
Un primer contexto, delimitado para este análisis, puede situarse alrededor de la demanda de 11% de regalía hidrocarburífera. Al respecto, hay que tener en cuenta un antes y un después de la revolución nacional de 1952 y, a partir de entonces, las modificaciones estructurales que se dan en el país, teniendo en cuenta, además, las diferencias regionales y microregionales, los impactos de la revolución en la geografía política, en los distintos ámbitos espacio-temporales. En lo que corresponde a Santa Cruz es indispensable tener en cuenta la construcción de la carretera de Cochabamba a Santa Cruz y el ferrocarril de Santa Cruz al sur, con sus ramajes a Brasil y Argentina. Esto es, en parte, resultado de la aplicación del plan Bohan, plan que asume el gobierno del MNR a partir de 1956, como plan de estabilización.
Considerando ambos cambios estructurales en la formación espacio-temporal-territorial-social, sobre todo en la infraestructura correspondiente, teniendo en cuenta la importancia que va adquiriendo la explotación hidrocarburífera en aquel entonces, principalmente la explotación del petróleo por parte de de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, se va a pelear por las regalías. Un número del porcentaje, 11%, comienza a convertirse en consigna de la demanda de regalías departamentales. Alrededor de esta demanda por las regalías de los departamentos productores de petróleo, a partir de un epicentro activo, que es Santa Cruz, se tiene un conjunto de disposiciones y dispositivos, de organizaciones involucradas, tanto en la consecución de la demanda como en oposición a la demanda, que en parte viene del gobierno central. Entonces, tenemos por un lado, organizaciones cívicas como el Comité Cívico, incluyendo a la Juventud Cruceñista, y otras organizaciones sociales vinculadas o no al Comité Cívico. Por otro lado se tiene a partidos políticos, que están implicados en el conflicto político del país, principalmente, obviamente, el partido que gobierna, pero también, en el caso de Santa Cruz, la Falange Socialista Boliviana, que involucra a parte del Comité Cívico y a parte de la Juventus Cruceñista, en un proyecto golpista, que va a ser respondido por el gobierno de manera contundente. Se tiene como trágicos los sucesos dados en Terebinto. Los acontecimientos del desenlace fatal se dan durante el gobierno de Hernán Siles Suazo. Se da lugar a la intervención del ejército, así como se moviliza a las milicias campesinas, principalmente de Ucureña. Esto sucede frente a lo que considera el gobierno como una conspiración y una proyección separatista. El trágico desenlace da como resultado mortal seis fallecidos cruceños.
El desenlace final de la lucha por el 11% es el haber conseguido la realización de la demanda perseguida, contando con la aprobación del Congreso y la promulgación del ejecutivo; lo que es una victoria para la movilización regional en torno a las regalías petroleras. Al respecto, sin embargo, hay que hacer otras anotaciones, porque hay, como podemos decir, ausentes y ausencias notorias. Estas ausencias se muestran, en sus vacíos y silencios, en las fuentes de la hemeroteca, en las fuentes de información, en la referencia notificada de este conflicto y de esta demanda por las regalías. Esas ausencias tienen que ver con los sujetos sociales que no aparecen. Estamos hablando, en primer lugar, de las naciones y pueblos indígenas de tierras bajas, que por aquel entonces no están organizados. Esto sorpende pues ya, durante la colonia, las misiones registraron y reorganizaron en cabildos a los pueblos nativos. En cambio, lo anterior contrasta con lo que ocurre durante la la República; se hace caso omiso a estas formas de organización y de representación indígenas. Se olvidan los registros de las misiones. Por otra parte, en los ausentes y ausencias, no aparecen las organizaciones campesinas del oriente, salvo en lo que respecta a las organizaciones campesinas de occidente.
En otras palabras estamos ante una historia oficial, tanto si esta historia viene contada desde las versiones gubernamentales o desde las versiones regionales, puesto que aquí, en esta narrativa, no se encuentran las naciones y pueblos indígenas y los campesinos, son ausentes. La pregunta al respecto es: ¿Quiénes se apropian del excedente de los hidrocarburos? Hablamos del 89% que corresponde a la administración central del Estado y el 11% que corresponde a las regiones productivas del petróleo, principalmente el departamento de Santa Cruz. La ley va a establecer, de manera puntual, la composición de la distribución. A propósito, nos interesa no solamente esta distribución sino quiénes se apropian de este excedente. Recordando a los ausentes y a las ausencias, estos son quienes no aparecen, sino en la sombra, estos son los que no se apropian del excedente. Ésta es una primera anotación que debemos hacer para completar esta parte del análisis de las movilizaciones en Santa Cruz.
Haciendo una recopilación, tenemos como antecedentes la ley de 1938, el Código del Petróleo, el artículo 104, que debe ser interpretado respecto a la regalías; por último, el logro de la reinvindicación regional del 11%.
El segundo contexto tiene que ver con la emergencia del eje económico agroindustrial de Santa Cruz. A partir de la recepción de las regalías petroleras, de la articulación caminera entre oriente y occidente, además de la vinculación ferroviaria con Brasil y Argentina, se estructura una economía capitalista empresarial, basada en la agricultura, en la pecuria y en la industria, vinculada a estos rubros. Más tarde aparece el cultivo expansivo de la soya y la industria asociada. Se tiene como antecedentes históricos el cultivo y la cosecha de la caña y su industria asociada, principalmente del alcohol. También, no hay que olvidar, el cultivo y la cosecha del algodón. Como se puede ver, estamos ante una historia económica capitalista del oriente, que se impulsa a partir de la revolución de 1952, considerando sus antecedentes y las transformaciones de las condiciones de posibilidad económicas y políticas.
Quizás se tenga que distinguir tres planos de intensidad de este desarrollo económico. Uno, el que tiene que ver con el plano de intensidad económico, propiamente dicho, donde la intervención empresarial destaca. Segundo, el plano de intensidad cívico, que juega un papel importante en la organización social departamental, sobretodo respecto a las demandas regionales. Tercero, el plano de intensidad político, que, si bien, corresponde al ámbito nacional, tiene que ver con el papel que juega Santa Cruz en los distintos contextos políticos.
En lo que respecta al plano de intensidad político, el papel de Santa Cruz es notoriamente polémico. Durante la revolución de 1952-1964 el acercamiento de la Falange Socialista Boliviana al Comité Cívico y a la Juventud Cruceñista ocasiona la represión del Estado y su intervención. Sin embargo, hay que anotar, que el MNR también tuvo influencia y presencia en el Comité Cívico. Así como tuvo su dispositivo represivo y de vigilancia en el famoso Control Político. Después, se puede decir que durante el periodo de las dictaduras militares el empresariado cruceño va a ser hartamente beneficiado, sobre todo a través del crédito. Esta vinculación va marcar un perfil polémico, comprometido políticamente, marcando a las élites cruceñas, aunque, después de las dictaduras jueguen, mas bien, otro rol en la democracia formal.
Durante el periodo neoliberal también el empresariado cruceño va a ser beneficiado con las políticas de privatización, una vez clausuradas las Coorporaciones Departamentales. También esta incidencia marca rasgos en el perfil político de las élites cruceñas.
Cuando se vuelve conflictiva la relación con el proceso político es durante el proceso constituyente. El Comité Cívico se opone al proceso constituyente y se aventura en una oposición activa contra el proceso, incluso tomando instituciones. Este comportamiento también va marcar rasgos polémicos en el perfil de las élites cruceñas. Sin embargo, durante las gestiones del gobierno de Evo Morales se van dar lugar a vinculaciones económicas que benefician al empresariado cruceño. Se dice que es cuando más gana la burguesía oriental. De todas maneras, estas conexiones económicas con el “gobierno progresista” no impiden contradicciones manifiestas, como cuando se desatan las movilizaciones contra el Código Penal, así como cuando se da la convocatoria por el referéndum sobre la reforma constitucional, después por la defensa de los resultados del referéndum. A continuación, durante los conflictos de 2019 en defensa del voto. Podemos decir que, en este último caso, el perfil de Santa Cruz evidencia desplazamientos. Comienza a dejar de manifestar, en el plano de intensidad político, una conducta meramente regional, proyectando un comportamiento de carácter nacional.
Durante el conflicto del censo, que dura un poco más de un mes, Santa Cruz expresa ya su incidencia nacional de manera indiscutible, aunque no tenga todavia plena conciencia de ello. Hablamos de la ciudad más grande del país, demográficamente más grande que la ciudad de La Paz y la ciudad de El Alto juntas. También hablamos del departamento con más habitantes, aunque no lo reflejen todavía las estimaciones, pues con la ausencia de censos científicos desde el 2001, no hubo, propiamente hablando censo en 2012, se subestima las magnitudes demográficas. Santa Cruz suma un crecimiento vegetativo pujante y un crecimiento social dinámico.
En lo que respecta al plano de intensidad económico, el departamento de Santa Cruz, para decirlo de manera usual, es el motor económico departamental de la economía nacional, por lo menos considerando su incidencia y su participación en el Producto Interno Bruto. Volviendo al plano de intensidad político, desde el plano de intensidad económico, su articulación e impacto con el plano de intensidad político, lo que no ocurría antes se nota ahora, el eje político comienza desplazarse al oriente, hacia Santa Cruz. Esto quedó claro en el conflicto del censo.
En el reciente conflicto, que se desata por el apresamiento abrupto del gobernador de Santa Cruz, se observan contradicciones entre los rasgos heredados de un perfil pasado y las características novedosas de un perfil nuevo nacional de Santa Cruz. En términos del peso político, se vuelve a notar la fuerza de convocatoria de Santa Cruz, su capacidad de movilización y el efecto que tiene a nivel nacional. En cambio, aspectos que tienen que ver con el discurso del gobernador, incluso con el discurso en defensa del gobernador por parte del Comité Cívico, vuelven a mostrarnos la persistencia de los rasgos meramente regionales y con un marcado tono conservador, sobre todo por una ideología notoriamente conservadora y patriarcal.
Caracterizaciones de crisis política en la coyuntura convulsionada
El gobierno perdido en la espiral de la violencia
El gobierno, perdido en su laberinto, para salir del torbellino opta por la espiral de la violencia. No encuentra sociego pues es la encarnación misma de la crisis múltiple. Crisis de legitimidad pues nunca cumplieron con la Constitución. Crisis política pues son la expresión abigarrada de la combinación perversa entre el lado oscuro del poder y el lado institucional del poder, empero adulterado. Crisis económica pues despilfarraron el excedente dilapidándolo, evaporando los ingresos del Estado en la época de las vacas gordas, cuando el precio de las materias primas era alto; hicieron desaparecer las reservas internacionales; incrementaron la deuda externa e interna a magnitudes insostenibles. Crisis histórica y política pues destruyeron el país a cambio de una demagogia delirante y una impostura espasmosa, la comedia grotesca de la política de los saltimbanquis.
Estos “revolucionarios de pacotilla” creen que revolución es sustituir a los que antes gobernaron, continuando, de esta manera el círculo vicioso del poder. Grises figuras en tiempos de la decadencia, cuando los valores se esfuman, los horizontes mueren y es asesinado el porvenir. No son más que la expresión posmoderna del barroco perverso del poder prologado artificialmente, son mafias políticas.
Guerra de los cárteles
El ciclo largo del capitalismo vigente no solamente ha llegado a su fase de clausura, cuando el ciclo se cierra, sino, en su agonía, la enfermedad congénita de la fetichización generalizada, de la valoración abstracta, ahora en plena especulación desbocada, muestra sus más putrefactos síntomas de muerte. La pus se esparce en el cuerpo. Tal parece que incluso la genealogía de todos los ciclos largos del capitalismo se clausura; después del cierre del último ciclo no habrá otro.
La fase del ciclo largo del capitalismo, que deriva en la dominación del capitalismo financiero y especulativo, ha desatado el más monstruoso extractivismo y ha expandido aterradoramente las formas perversas de la economía mundo, que tiene que ver con los tráficos, denominados por la jerga administrativa como “ílicitos”, que, en realidad, son extensión de los tráficos “lícitos” de los mercados donde circula proliferantemente el fetiche de la mercancía. A los monopolios de la economía mundo capitalista acompañan complementariamente los cárteles del tráfico “ilícito” y la producción “industrial” de las drogas y estupefacientes y demás vainas. El mismo sistema financiero internacional, con sus dispositivos nacionales, se encarga de blanquear el excedente de la economía mundo paralela, el lado oscuro de la economía.
El lado oscuro del poder, que corresponde a las formas paralelas de dominación, ha tomado, hace tiempo, el lado visible del poder, el lado institucional. El Estado es la máquina de dominación tomada por los cárteles y las mafias. El terrorismo de Estado se ha convertido en el terrorismo descomunal desbocado de los cárteles y mafias, que pugnan por el control territorial.
Las sociedades y pueblos no solo están amenazadas por la combinación perversa de los dispositivos de poder, que desencadenan violencia, sino por la mezcla abigarrada de aparatos de la violencia y terror de los dispositivos de dominación tanto del lado visible del poder como del lado oscuro del poder. Incluso el lado oscuro ya se ha hecho visible. Las organizaciones paramilitares, las conformaciones de avasallamientos territoriales, se han hecho visibles, han salido de las cavernas y de las sombras. Ahora campean a plena luz del día. Lo hacen protegidos por los aparatos de emergencia del Estado, principalmente la policía.
La expresión conservadora de la política, también en decadencia – la decadencia es compartida por “progresistas” y conservadores -, acusa a los gobiernos neopopulistas de “izquierdistas”, hasta de “comunistas”. Su extrema miopía le impide ver de qué se trata y quiénes son a los que acusa. Esta “derecha” devela constantemente sus propios fantasmas y miedos. Su consciencia culpable la obnubila, a tal punto que no puede ver que los llamados “progresistas” no son otra cosa que los mismos “conservadores” disfrazados de “revolucionarios”. Se pusieron la máscara y se invistieron de jacobinos en el carnaval político. Los “gobiernos progresistas” fueron más lejos que los gobiernos neoliberales en extender intensivamente el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Alcanzando dimensiones depravadas.
El terrorismo de Estado, las trasnacionales, los cárteles y las mafias han declarado la guerra a las sociedades y pueblos. No hay, como dice la jerga jurídica, Estado de derecho, es más, no hay Estado, no hay orden, leyes, reglas de ninguna clase, que se respeten.
Se ha llegado al reino desnudo, descarnado y descarado de la violencia. Ante esta catastrófica situación las sociedades y pueblos tienen la responsabilidad de autoconvocarse, movilizarse, autoorganizarse, conformar autodefensas, realizar autogestiones y autogobierno. Si no asumen la responsabilidad de defender la vida, los territorios, los bosques, las cuencas y la democracia, avanzando a la democracia plena, han de ser convertidos en esclavos de las formas de dominación mafiosas.
Las formas del patriarcalismo
Indudablemente las formas del conservadurismo tienen su base en las formas del patriarcalismo. El conservadurismo arranca en las estructuras de poder edifcadas por la dominación masculina. En la modernidad tardía no solamente subsisten y persisten estas formas anacrónicas sino que se reiteran de una manera perversa. Lo hacen supuestas “autoridades originarias” o “autoridades religiosas” a nombre de las tradiciones y de la cultura heredada, incluso de la religión. Esto da pie a fundamentalismos atroces que oprimen a las mujeres y a los hombres.
La invención colonial de cierta indumentaria y cierta inclinación al castigo es parte de la pervivencia de las formas del patriarcalismo, que corresponde a formas anacrónicas de dominar. Se alude al derecho de “autoridades originarias” a ejercer el castigo, es más, en el folclore político se usa a las supuestas “autoridades originarias” para reprimir las protestas. Esto no es otra cosa que conservadurismo anacrónico al servicio de la continuidad colonial.
La descolonización implica la destrucción de las estructuras coloniales de dominación, entre ellas, las más recientes, corresponden a las estructuras modernas del capitalismo. Sin embargo, el mercado capitalista y el mercadeo político usa inapropiadamente los símbolos culturales para prolongar el colonialismo y la explotación capitalista. Estas supuestas “autoridades originarias” no son otra cosa que agentes de la colonialidad y del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente. Además de ser los verdugos locales del círculo vicioso del poder.
Las auténticas autoridades originarias son comunitarias, ligadas a sus instituciones propias y normas y procedimiento propios, además y sobretodo de estar vinculadas al territorio comunitario. Cuando se disocian de la comunidad, de las instituciones, normas y procedimientos propios, sobretodo cuando se rompe con el territorio comunitario, no hay condiciones de posibilidad para autoridades originarias. Se trata de manipulaciones políticas de las formas clientelares de dominación.
Es menester recuperar el radicalismo anticolonial y anticapitalista en el periodo de la decadencia política. Es urgente el activismo contra las formas de manipulación de la forma de gubernamentalidad clientelar, que no son otra cosa que la extensión de la colonialidad y la prolongación de capitalismo dependiente. Hay que desenmascarar a los impostores, a los que usan demagógicamente la cultura para ejercer poder.
Psicología de los funcionarios
Creen que el mundo se reduce a la red jurídica de leyes, códigos , reglas, todas manipulables y susceptibles de interpretación leguleya, según la ocasión. Conforman el sistema de coerción, chantaje y extorsión. Son funcionales al gobierno de turno, particularmente del gobierno neopopulista, pues éste ha expandido la forma clientelar de dominación.
Sobre todo los funcionarios del órgano de poder judicial expresan, de manera desmesurada, esta inclinación compulsiva por las prácticas leguleyas y de corrupción. Si se tiene que buscar un ejemplo de la corrosión institucional, llevada a extremo, es en los ámbitos de la «administraciones de justicia» donde se encuentra el fenómeno de manera patética.
Los funcionarios se han apoderado de los intersticios y mediaciones de la sociedad, sobre todo de aquellos que tienen que ver con el Estado. Obstruyen el libre y espontáneo desenvolvimiento social, obstaculizan y alteran los trámites y transacciones, pervirtiendo las mismas prácticas sociales.
Psicología del llunk’u
Solo miran el ombligo de su Caudillo, creen que el centro del mundo es ese pupo. El mundo, en consecuencia, es el entorno del ombligo contemplado, entorno que gira alrededor de la compulsión del Caudillo. Son eunucos, entregaron sus órganos al déspota. No tienen voluntad propia, solo obedecen órdenes.
Tienen en la cabeza un esquema simplón para resolver sus dilemas. Nosotros, los buenos, ellos los malos. Nosotros tenemos derechos, ellos, los enemigos del Caudillo, no los tienen. Nosotros podemos protestar, ellos no pueden. Nosotros podemos matar, que es en defensa del “proceso”, ellos no pueden, si lo hacen son asesinos, incluso siguen siéndolo si no lo hacen. Los enemigos siempre son culpables, en cambio nosotros, los soldados del Caudillo, siempre tenemos razón, pues el Caudillo nunca se puede equivocar.
Si el Caudillo entrega los recursos naturales a las empresas trasnacionales, como lo han hecho los neoliberales, tiene razón de hacerlo, pues es en beneficio del país, antes no lo era. Si el Caudillo pierde el mar en La Haya lo hace por el bien del país, pues el Caudillo es patriota. Si el Caudillo cae en desgracia es porque el “imperio” y ellos, los enemigos, han conspirado. El Caudillo ha gobernado bien, por el pueblo. Si el pueblo no reconoce es ingrato.
Si ahora el Caudillo no se encuentra gobernando, como corresponde, es porque los traidores lo suplantaron. Por eso exigimos su inmediato retorno al poder. En consecuencia, podemos recurrir a todos los medios y métodos; el fin justifica los métodos. Pues el fin es en beneficio del país, el retorno del Caudillo.
El llunk’u es zalamero con su jefe, pero se convierte en un verdugo cuando hay que defender al Caudillo déspota y a un “proceso de cambio” ya muerto, asesinado por el Caudillo y su entorno palaciego. Para el llunk’u el “proceso” no ha muerto aunque sea visibleblemente un cadáver.
Al llunk’u le parece bien que se avasallen los territorios indígenas, áreas protegidas y parques nacionales; es parte del desarrollo, aunque se quemen bosques y se contaminen cuencas. Al llunk’u le parece bien que se armen grupos paralelos, aunque se diga que forman parte de los Cárteles, pues siempre es en defensa del “proceso”. Lo demás es invento de la “oposición”. En fin, el llunk’u ha resuelto los problemas de un sopetón, usando este esquematizado simplón.
Ahora, que tiene dos líderes, uno gobernando , el otro desterrado en su propia tierra, se encuentra perdido en su laberinto, desolado en sus dilemas irresolubles.
La muerte de la rebelión, de la crítica y de la revolución
La rebelión anticipa a la revolución, es la energía de la revolución. La revolución es permanente mientras la rebelión la sostenga, la impulse y la proyecte. Cuando la revolución se institucionaliza, cuando se hace Estado, se desentiende de la rebelión, la inhibe, la apaga y termina matándola. Cuando ocurre esto muere también la revolución pues su corazón, la rebelión, ha dejado de latir. En vez aparece el monstruo de la impostura, es Estado policial, después el totalitarismo.
Los funcionarios de la monstruosidad estatal del Estado policial buscan legitimarse invistiéndose de “revolucionarios”, a quienes han perseguido y asesinado. Sobre el cadáver de sus víctimas, las vanguardias de la revolución, edifican la tiranía de una burocracia gris, que solo atina a la propaganda para parecerse en algo a lo que fue una revolución.
Al desaparecer la rebelión desaparece la crítica, que es una de las prácticas de la rebelión. Desaparece la reflexión y el pensamiento. La burocracia del Estado policial sustituye estos vacíos con adefecios discursivos, ideología instrumental de la burocracia. La impostura ha llegado lejos. Se aplasta al pueblo a nombre de una revolución que ellos mismos asesinaron.
Se experimenta la dominación artificial del mundo bizarro, donde los asesinos se invisten de “revolucionarios”, empero para continuar con el modo de producción capitalista, dirigido por la burocracia. Lo hacen a su estilo, inaugurando la versión de la escasez del modo de producción capitalista, en contraste con la versión de la abundancia del mismo modo de producción.
En la periferia de la geopolítica de Sistema mundo capitalista el mundo bizarro adquiere connotaciones barrocas. Las burocracias son populistas y convocan al pueblo recurriendo al mito mesiánico del Caudillo. La burguesía rentista gobernante se inviste folcloricamente de símbolos culturales para legitimar su forma clientelar de gobierno. También se hace desaparecer la rebelión y la crítica, se asesina el proceso de liberación en las primeras de cambio. La única alternativa que tiene para mantenerse en el poder es, además de la propaganda y publicidad compulsiva, el recurso a la violencia. Lo hacen a nombre de un proceso de cambio que no se dio, que fue truncado por los propios gobernante y representantes de la “revolución democrática y cultural “.
Asistimos pues, en plena decadencia de la civilización moderna, en plena clausura del sistema mundo capitalista, en plena crisis del Estado, a las manifestaciones más grotescas del círculo vicioso del poder, que busca prolongar su agonía con el artificio del espectáculo mediático y el incremento de la violencia, el terrorismo de Estado.
El derecho a la subversión
Cuando la sociedad se moviliza es síntoma de crisis, de crisis del poder. Aunque la movilización no tenga claros sus objetivos o todavía amarre sus demandas con antiguos discursos, ambiguamente conservadores, de todas maneras se trata de una movilización de interpelación social al poder.
El Estado responde como todo Estado, en defensa del orden, un orden de la dominación particular de la que se trate, con pretensiones progresistas o institucionales. Un gobierno neopopulista reprime de la misma manera que un gobierno neoliberal. Lo hacen utilizando a la policía y el ejército, dispositivos de emergencia del Estado en crisis.
La espiral de la violencia se sucede en ambos casos. Es absurdo distinguir, como lo hacen los eunucos al servicio de la dominación, entre represión de “izquierda” y represión de “derecha”. La represión es la misma, terrorismo de Estado.
El tema es el siguiente: No se puede eludir la contradicción estructural entre Estado y sociedad. El Estado ha suplantado a la sociedad con la pretensión de reprepresentarla y gobernarla. Esta pretensión es, en si misma, una violencia explícita contra la sociedad, disminuida a una condición infantil, para hacerla dependiente. Se conforma una casta política que domina a la sociedad. Este fenómenos ocurre tanto en sus versiones de “izquierda” como en sus versiones de “derecha”.
La democracia plena es el autogobierno del pueblo, sin la impostura de los “representantes” y gobernantes. El pueblo tiene que prescindir de los “representantes” y gobernantes si quiere dejar de ser esclavo político. Cuando esto ocurre, cuando el pueblo se da cuenta de la contradicción con el Estado, a través de conflictos, debe recurrir a su derecho a la subversión, un derecho consagrado en las mismas constituciones inaugúrales.
La opresión política es, de por sí, un oprobio. Se tiene como evidente la opresión conservadora, empero cuando la opresión se inviste con máscara “revolucionaria” es grotesca. Oprime al pueblo a nombre del mismo pueblo. Haciendo paráfrasis a Robespierre diremos: ningún político es indispensable, es más, está demás, solo el pueblo es inmortal.