Textura Violeta

La hora de la responsabilidad

Drina Ergueta

En Bolivia se vuelve a tensar cada vez más la situación de polarización política que no sólo lleva consigo posturas ideológicas, sino que también deriva en regionalismos, odio, racismo y violencia. De ello son responsables las dirigencias engreídas, intransigentes y masculinas, muy alejadas de la calle donde es “la chusma” la que se enfrenta a golpes y se mata.

Por un lado, está el gobierno y movimientos sociales que le respaldan, que pretende realizar el Censo Nacional de Población y Vivienda en 2024, y por el otro la dirigencia cívica y política del departamento de Santa Cruz, que exige que sea en 2023. El censo es el pretexto, el fondo es político.

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Desde el viernes 21 de noviembre hasta este lunes, en que escribo este texto, vienen dándose negociaciones infructuosas para levantar un paro cívico en Santa Cruz, que se considera la capital económica de Bolivia, y para ello presentan argumentos técnicos. Usan al rector de una universidad, por un lado, que no llega a explicar las dos páginas que presentó de argumentos y, por el otro, no asiste el director del Instituto Nacional de Estadísticas.

¿Para qué asistir a un diálogo político de sordos? No hay que olvidar que lo técnico es político, que allí no hay ciencia alguna sino obediencia a un lineamiento o a otro. La meritocracia famosa es sirviente de la alguno-cracia, de quien esté en el poder o de quien lo quiera tomar. Así que por aquí hay engaño de quienes utilizan esta bandera para convocar a la gente a cabildos de exigencias, a contracabildos, a bloqueos en calles, a desbloqueos, a enfrentamientos, a sitiar ciudades, en una lista de acciones de demostración de fuerza, en donde ya hubo un muerto.

En este conflicto se ha promovido el odio entre regiones, entre cambas de oriente y kollas de occidente, cuando toda esta gente es igual de indígena, igual de morena, se encuentra igualmente en situación de desventaja social. Son quienes van a bloquear o a desbloquear y se enfrentan a palos y piedras en las calles ¿Se han fijado que en las reuniones de negociación entre gobierno y cívicos sólo hay rostros blancos?

Igualmente, en esas reuniones dirigenciales sólo hay hombres, salvo la ministra de Planificación, María Nela Prada, a quien insultan en redes sociales poniendo el acento en su cuerpo y vestimenta. Es una lucha de poder entre hombres, donde las mujeres están en territorio ajeno porque en nada les beneficia, pese a que en las calles también ponen literalmente el cuerpo.

Las mujeres son utilizadas y a la vez apartadas por completo del centro, que es lugar de hombres. La información a recabarse con el censo no tiene una mirada en la que se incluya a las mujeres para establecer aspectos como su situación de discriminación, los roles que ocupan ni el hecho de ser sujetas a múltiples violencias. No se las considera un asunto vital, es más importante saber si en un hogar hay televisión o no.

Ellas están en los conflictos y no están representadas. Las mujeres gritan y gritan, pero su voz es un coro de fondo para el dirigente, hombre, que es entrevistado en televisión.  Se trata de una pugna política entre hombres porque es un sistema de poder masculino, se llama patriarcado. Las dirigencias son masculinas y masculinizadas. Además, son muy machos, en el sentido negativo (y hasta delictivo) que este término debe tener. Allí están los representantes cívicos, las logias de hombres, los grandes terratenientes que manejan los hijos; allá los dirigentes de organizaciones sociales. La hombría en juego. Hombres que acaparan todos los espacios y pisan y persiguen a las mujeres que intentan hacerles sombra.

Hombres irresponsables en pugna por su hombría y peso político a costa del país y de su población. También están quienes miran desde un costado, a la espera de lograr algún rédito. Es hora de la responsabilidad, de saber hacer oposición respetando el voto de quienes han puesto a unos en el gobierno y de saber hacer oficialismo, dando espacio al desacuerdo. Ambos deben transigir e incluir en el proceso a toda la población.

Foto: Imagen de la reunión entre el gobierno y la dirigencia cívica cruceña. ABI

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