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Un país con estabilidad de precios

Miguel Clares

Actualmente el mundo se encuentra atravesando un escenario de altos niveles de precios donde los hogares son los principales afectados por la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos. Dicha situación se debe al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el cual generó distorsiones en las cadenas de suministros de varios alimentos y combustibles. Asimismo, dio un espacio de incertidumbre que afectó el valor de varias monedas en los países.

No olvidemos que la economía internacional ya vino atravesando incrementos en los niveles de precios, producto de alzas en los servicios de suministros de energía a finales de 2020, el cual sumado a los efectos mencionados anteriormente generaron aumentos desmedidos en la inflación de varios países –desarrollados y subdesarrollados–.

Pero ¿Qué ocurre en Bolivia?; ¿Por qué la inflación se mantiene baja? Recientemente el Banco Mundial publicó un estudio donde se señala que la economía boliviana se encuentra con la tasa de inflación más baja en Latinoamérica y una de las más bajas en el mundo (con una inflación acumulada de 1,6% al mes de julio de 2022); ¿A qué se debe dicha aseveración por parte del Organismo Internacional? Para poder entender las razones por las cuales Bolivia cuenta con una estabilidad de precios es necesario puntualizar algunos hechos históricos en la economía nacional.

En primer lugar y el acontecimiento más importante que cimentó las bases para la aplicación de nuevas medidas de política económica y social, es la constitución del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP); el cual permitió darle una nueva orientación a la administración de la economía boliviana con un enfoque de justicia social. En ese sentido, se realizaron diferentes acciones desde 2006 que dieron lugar a la estabilidad de precios con crecimiento económico.

Dicho de otra manera, los resultados observados a la fecha son producto de un arduo trabajo realizado desde años atrás –que lamentablemente corrió riesgo por los hechos suscitados entre noviembre de 2019 y 2020– En ese marco, algunas de las medidas que generan el espacio de certidumbre y estabilidad económica que Bolivia goza actualmente y que además no son mencionadas por los diferentes medios de comunicación y analistas económicos, son las siguientes.

El fortalecimiento de la moneda nacional (bolivianización) con un régimen cambiario estable, el cual se posiciona como un hito histórico en la economía boliviana, ya que no solo aísla los efectos volátiles del contexto internacional, sino también le otorga grados de libertad tanto a la política fiscal como monetaria para poder realizar medidas adecuadas en bienestar de todas las bolivianas y bolivianos.

De igual manera, el esquema de subvenciones/subsidios a los alimentos y combustibles cuida la seguridad alimentaria y los bolsillos de la población; esta última aseveración llega a ser tema de discusión para varios colegas analistas, debido a que irracionalmente sugieren que se debería quitar la medida, sin considerar el costo social que implicaría.

Actualmente, el costo por litro de gasolina en Bolivia es de casi 50 centavos de dólar, cuando en otros países de la región supera los 2 dólares; este beneficio no solo alcanza a las familias bolivianas, sino también al sector empresario privado, al reducir sus costos de producción y de transporte –principalmente el sector agropecuario con la subvención al diésel– por ende, al reducirse los costos de producción se garantiza una estabilidad de precios en la canasta familiar de la población.

Por otra parte, la implementación de los cupos de exportación dio lugar al abastecimiento prioritario de la demanda interna, dando como resultado el abasto de productos bovinos, avícolas, derivados del maíz, etc. Al no existir escases en los mercados (como ocurre en otros países) los precios no presentan distorsiones alarmantes.

Se constituyeron fideicomisos para el sector productivo y que de esta manera exista un mayor fortalecimiento en el aparato productivo del país, no solo para provisionar al mercado interno, sino también para exportar con menores costos. El impulso de las denominadas “ferias del precio justo” facilita la interacción entre productores y consumidores para reducir las distorsiones en los canales de comercialización.

Y recientemente, la modificación al gravamen arancelario para la importación de bienes de capital, la cual mitigará las presiones inflacionarias externas. Como se podrá apreciar, son algunas de las medidas que el gobierno nacional impulsa y que no fueron trabajadas de la noche a la mañana, son estas medidas las que generan un ambiente de estabilidad económica en el nivel de precios que permite que la crisis internacional no la carguen las familias –como ocurre en el resto de países–.

En conclusión, el establecimiento de un Estado fuerte que presenta un rol importante en la economía dio lugar a una responsable administración económica que da como resultado un aire de estabilidad que gozan las y los bolivianos. Sin duda, debemos sentirnos orgullosos al contar con una economía envidiable ante el resto del mundo.

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