¿Por qué el negociado de Murillo demuestra que hubo golpe?

Carlos Echazú Cortez

Según la versión de los golpistas, ellos no hicieron un golpe. Así como Banzer y García Mesa, en su momento, los golpistas de la banda de noviembre sostienen que lo que hicieron fue una Revolución. “Había un terrible dictador que gobernó durante 14 años, degenerando toda la institucionalidad del Estado, especialmente con gravísimos casos de corrupción . Entonces se propusieron regenerar la cosa pública” . Hasta ahí su discurso, con el que pretenden encubrir su golpe. Por eso no mencionan los temas que no cuadran con su versión, como por ejemplo, las masacres de Sacaba y Senkata o el secuestro del hermano y el incendio de la casa de Víctor Borda, que por ser presidente de la cámara de diputados, se encontraba en la línea de sucesión constitucional.

Regeneración del Estado, era su propósito, según nos dicen.

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Ahora bien, después del destape de uno de los casos de corrupción de Murillo, el que fuera hombre fuerte del régimen de Añez, por parte del FBI, ha quedado claro que los que se encumbraron en el poder en noviembre de 2019, no querían precisamente regenerar la institucionalidad del Estado boliviano. Eso estuvo muy evidente para todos los Bolivianos que, durante todo el año 2020, seguimos las denuncias que hicieron Arias de Gigavision y otros medios alternativos, sobre el tema de la compra con sobreprecio de gases lacrimógenos; sobre los respiradores españoles y chinos, y un largo etcétera que involucraba negocios turbios en varias instituciones públicas, como ENTEL, Ministerios de Desarrollo Rural y Tierras, Minería, Educación y otros. Mientras los denunciantes eran Bolivianos, era fácil, para los golpistas desahuciarlos como parte de la “propaganda masista” para desprestigiar su gobierno. Ahora que el caso ha, sido destapado por el FBI, en la mismísima meca del mundo capitalista, ya no pueden subestimar ni desahuciar la denuncia. Entonces proceden a señalar que eso era cosa de Murillo y que nadie sabía nada de sus enjuagues. “Nadie elige a sus colaboradores para que se corrompan”, dice desde su Tweet la autoproclamada”, pretendiendo esquivar su responsabilidad.

Sin embargo, el hecho es que todos los golpistas sabían muy bien lo que hacía Murillo, incluso llegaron a aprobar, no uno, sino tres decretos que autorizaban la compra de esas municiones para la represión. Por si esto fuera poco, Junior Arias insistentemente y con documentos trató el tema en su canal. Si la pose de regeneradores que mostraban los golpistas hubiera sido sincera, lo mínimo que podían hacer era investigar las denuncias. Aún para velar por la imagen de su gobierno “regenerador” era conveniente para ellos echarle un ojo a este asunto. No hicieron nada, incluso lo encubrieron, por lo que su pretendida Regeneración queda al descubierto como un vil embuste y nada más. Lo cierto es que no podían hacer nada frente a la descarada corrupción de Murillo, porque todos ellos tenían sus negocios, similares a los de Murillo, en sus respectivas áreas de influencia. Piénsese en los parientes que la autoproclamada acomodó en distintos puestos en el gobierno, o en las denuncias de clonación de matrículas de avionetas en la DGAC, solo para mencionar algunos de esos casos, en los que Murillo probablemente no tenía mucho que ver.

Si esto es cierto para todos los golpistas que conformaron el gobierno de facto de Añez, también lo es para los golpistas que no fueron parte de ese gobierno. Es cierto que Mesa, en algún momento y muy tímidamente, se refirió a los casos de corrupción de ese gobierno, una timidez que contrastaba fuertemente con la gravedad de los casos. Piénsese por ejemplo en el negociado de los respiradores. Así también, la timidez de sus referencias contrastan con la furiosa propaganda que desplegaron contra el gobierno de Evo Morales. No había pues, ninguna intensión de regenerar nada.

Si la pretendida Regeneración cae, ¿entonces qué queda?, Pues queda el golpe de Estado al descubierto, como quién dice, el emperador está desnudo.

Carlos Echazú Cortez

Paceño nacido en 1964. Graduado en Ciencias Políticas en la Universidad de Uppsala en Suecia. Se ha desempeñado como docente universitario en varias universidades públicas y privadas del País. Ha dictado cátedra en las materias de Historia de Bolivia y Ciencia Política. Es autor de dos ensayos político-históricos sobre el “Estado y dominio de clase” y “Estado y clases dominantes en Bolivia”. Ha escrito también un manual crítico en métodos de investigación denominado “Crítica al método y método crítico”.

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