Derecha se atrinchera en las regiones y coloca sus fichas antes de la ofensiva al Gobierno

(ABI).- Tras la victoria electoral del binomio Luis Arce-David Choquehuanca en las elecciones del pasado mes de octubre, lo sectores conservadores y neoliberales optaron por atrincherarse en sus regiones, hacer pactos entre ellos y blindarse para intensificar su oposición al Gobierno.

Por ejemplo, en Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, principal promotor del esquema golpista de la gestión de Jeanine Áñez, consolidó este miércoles un pacto político con la alcaldesa Angélica Sosa.

Camacho, quien fracasó en su intento de llegar a la presidencia, ahora postula a la Gobernación cruceña y con ese propósito logró canalizar el apoyo de fuerzas de derecha como Comunidad Ciudadana (CC), Movimiento Demócrata, Santa Cruz Para Todos (SPT), Nuevo Poder Ciudadano (NPC), Autonomía Para Bolivia (APB), Pan-Bol y Partido Demócrata Cristiano (PDC) que optaron por no presentar sus candidatos a la gobernación como una forma de respaldarlo.

Algo similar ocurre en Pando. La exsenadora de Unidad Demócrata (UD), Cármen Eva Gonzáles es la candidata para la gobernación por Comunidad Ciudadana, que es la agrupación de Carlos D. Mesa, otro fallido aspirante a presidente del país.

Cármen Eva Gonzáles es conocida por sus fuertes vínculos con EEUU y por manejar bien el “lawfare”, es decir el uso abusivo de los procedimientos legales, manteniendo una apariencia de legalidad, con el fin de provocar daño a un oponente.

Gonzáles es una de las firmes defensoras de Leopoldo Fernández, sentenciado a 15 años por la Masacre del Porvenir, ocurrida el 11 de septiembre de 2008 cuando murieron baleadas 15 personas.

En el departamento de Beni, salió a la luz pública Jeanine Áñez, otro de los alfiles de la derecha, quien pretende llegar a un espacio de poder, esta vez por la vía democrática, en la gobernación departamental.

Áñez presidió un gobierno de facto que duró algo más de 11 meses y que estuvo signado por la corrupción, la ineficiencia en la administración del Estado, la clausura del año escolar, el cierre del Ministerio de Culturas y por las masacres de Sacaba y Senkata, donde murieron 36 personas en defensa de la democracia.

En Tarija, Adrían Oliva, otro de los componentes del esquema conservador, también postula a ser nuevamente Gobernador.

En Cochabamba, Manfred Reyes Villa, exmilitar impulsor de la independencia de Santa Cruz y del fracasado proyecto de fragmentar el país, ahora intenta llegar a la Alcaldìa.

En La Paz, la derecha está dividida por apetitos políticos. Por un lado, el partido de Carlos D. Mesa respalda a Waldo Albarracín como postulante a la alcaldía mientras que Luis Revilla, quien apoyó antes al exrector de la UMSA, ahora se dio la vuelta y tiene otro postulante: un burócrata edil.

En respuesta a la traición de Revilla, el propio Albarracín no dudó en afirmar que “lo que ha hecho Luis Revilla es jugar sucio, no tengo otra frase, ha jugado sucio”, dijo a Cadena A.

Estos movimientos políticos del sector conservador y neoliberal pretenden lograr espacios de poder político para luego rearticularse en una ofensiva al Gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca, el cual llegó con el apoyo del 55,11% de la población boliviana que se expresó en las urnas.

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