Boris con virus

Isaac Bigio

Boris Johnson se ha convertido en el primer jefe de gobierno del mundo en contraer el Coronavirus.

El Reino Unido figura en el club de los 5 miembros nucleares permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y también de las 5 mayores economías del globo.

Ya antes otros ministros y parlamentarios británicos, así como Carlos, quien ya había desempeñado algunos roles de la corona preparándose para ser pronto el nuevo monarca de 33 países que son parte del reinado de los Windsor.

A pesar de las advertencias de la peligrosidad del COVID-19 inicialmente los alrededor de 800 lores, 650 miembros de la cámara de los comunes y las decenas de ministros y secretarios de Estado del gabinete se siguieron reuniendo en salones, como si la situación fuese la misma de antes.

El Reino Unido llegó a ser el país europeo que menos restricciones ponía, mientras que fue el último en cerrar escuelas, restaurantes y bares. La estrategia que al comienzo guio a Johnson fue la de la “salvaguardia dentro del rebaño”, según la cual se debería permitir que una buena parte de la población contraiga el virus a fin d egenerar autodefensas, algo que puede ser válido para virus menores o menos agresivos y veloces, pero no para uno tan rápido y letal como el actual, el cual carece de vacunas o antídotos.

Y mientras esto ocurre, el mayor aliado de Johnson, el Presidente norteamericano Donald Trump, insiste en abrir las puertas de EEUU para Semana Santa y prefiere prepararse para derrocar y arrestar a otro mandatario de su continente en vez de preparase ante la emergencia que su país ya se ha convertido en el primero en sobrepasar a China como el mayor epicentro global del COVID-19.

Virus a coronas

El primogénito de la reina Elizabeth II, quien es la persona que más tiempo ha esperado en la historia para ser monarca británico, acaba de ser coronado… pero por el virus. El Príncipe Carlos, heredero del trono británico, ha contraído el COVID-19, virus que antes ha infectado al Príncipe Alberto II, el Jefe de Estado de Mónaco.

La actual pandemia ya ha contaminado a dos de las diez dinastías reales europeas demostrando que para el COVID-19 no existe la “sangre azul”. Para este micro-organismo todos los seres humanos son iguales independientemente de su condición de clase, credo, raza, ciudadanía, sexo, orientación sexual y cualquier otra diferencia.

Personalidades

El virus que no respeta a las coronas también ha infectado a Begoña Gómez y Sophie Trudeau las “primeras damas” de España y Canadá; a Masoumch Ebtekar, el vicepresidente de Irán; a Nicola Zingaretti, el líder del Partido Democrático que co-gobierna en Italia; a Cynthia Viteri, la alcaldesa de Guayaquil (el más poblado puerto del Pacífico americano); a Francis Suárez, alcalde de Miami; a Michael Barnier, quien fue el negociador de la Unión Europea ante el Brexit; a Nadine Dorries y Edward Argar, quienes han sido los últimos dos ministros de salud británicos; a al menos 3 legisladores del congreso estadounidense y también del parlamento británico; entre otros políticos. La canciller alemana Ángela Merkel, la persona más poderosa de Europa, se ha recluido en cuarentena.

El COVID-19 ha afectado a personas de la tercera edad como Plácido Domingo, el principal tenor del mundo, y ha conllevado a la muerte a Lorenzo Sanz, ex Presidente del Real Madrid. Sin embargo, la pandemia ha afectado a gente muy joven  como la activista ecológica adolescente Greta Thunberg e incluso ha llevado a la muerte al entrenador español Francisco García, de apenas 21 años de edad.

La pandemia también se esparcido en personalidades con un buen físico tales como los galardonados actores Tom Hanks (ganador del Oscar), Idris Elba (de “Thor” y “Vengadores”), Kristoger Hivju (de “Juego de Tronos”), Olga Kurylenko ( una“chica Bond”), Debi Mazar y a deportistas tales los basquetbolistas Rudy Gobert, Donovan Mitchell y Kevin Durant de la NBA,  los futbolistas Mikel Arteta del Arsenal y Callum Hudson-Odoi del Chelsea, el famoso ciclista colombiano Fernando Gaviria, etc.

Carlos

Carlos es el sucesor oficial de Elizabeth II quien está en el trono desde abril 1952 y quien ya es la monarca que más ha estado en el poder en la historia de las islas británicas, así como la que más tiempo sigue en su puesto en el mundo. Se espera que antes que ella en 2022 pueda cumplir su 95 cumpleaños “Su Majestad” debiera dejar su cargo a su varón mayor.

Carlos y su esposa Camila llegaron el fin de semana al palacio real de Balmoral en Escocia, donde ambos y varios miembros de su personal han sido declarados en cuarentena.

Cuando Carlos se convierta en rey él sucedería a su madre como la persona que regente unos 33 países en todos los 8 continentes del planeta. Esto incluye a los 4 que integran el Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte), a otros 15 que son miembros independientes de las Naciones Unidas (Canadá, Australia y Nueva Zelandia, Estados que dominan la geografía de cada uno de sus respectivos continentes, además de Antigua y Bermuda, Bahamas, Barbados, Belice, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas en el Caribe y las islas Salomón, Tuvalu y Papúa Nueva Guinea en Oceanía), a 14 dependencias ultramarinas (desde las Malvinas y la Antártida británica hasta Gibraltar y varias islas en los océanos Pacifico, Atlántico, Antártico e Indico)y 2 territorios insulares de la corona (las islas del Canal y la de Man). Todos esos lugares suman un área mayor a la de la república más extensa que hay (Rusia) y equivalente a un sexto de la superficie terrestre.

Carlos se viene preparando para ser el nuevo dignatario del país americano más extenso (Canadá) y de la cuarta parte de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Además, él va a encabezar la Mancomunidad Británica de Naciones, la cual abarca a un cuarto de la humanidad y a 53 de los 193 países de las Naciones Unidas.  Por último, Carlos está por reemplazar a su mamá como la Gobernadora de la Iglesia nacional, posición que no la tiene ninguna teocracia islámica.

Mientras que en nuestra sociedad hay muchas discriminaciones por origen de clase, realeza, raza, religión o pasaporte, este virus ha demostrado ser altamente “socialista”, en el sarcástico sentido de que este ser sin vida considera a todos los seres humanos de manera equitativa.

Masificación

Si el coronavirus puede pegar en personas con tanta riqueza, fama, privilegios y poder, mucho más fácil puede infectar a gente con menos acceso a medicinas, agua u servicios. De allí que debe preocupar que esta pandemia pegue en las naciones más pobres o afectadas por guerras.

De allí que urge evitar que el COVID-19 se masifique dentro de las poblaciones con menos ingresos en las grandes potencias, así como en los países más azotadas por el hambre, la miseria y los conflictos armados.

En el caso de las islas británicas e irlandesas resulta vital para los más de 70 millones que las habitan el dar atención especial a los que viven allí en  la pobreza extrema, la indigencia (como los sin techo) y al millón de inmigrantes indocumentados o sin acceso a beneficios. Ante la incapacidad de los irregulares de acogerse al seguro de desempleo o de enfermedad o a los servicios de salud, muchos de ellos están conminados a seguir laborando. Todo esto implica que los indocumentados pueden ser un caldo de cultivo para la pandemia, especialmente porque varios de los trabajos que ellos desempeñan son de limpieza y en las partes más insalubres. La única alternativa hoy consiste en darles una amnistía, algo que Boris Johnson prometió cuando fue alcalde de Londres (2008-16).

A nivel global hay que dar prioridad a parar las terribles guerras y transferencias masivas de poblaciones, así como de las sanciones contra Irán, Cuba, Venezuela y otras repúblicas cuyos Gobiernos no son del agrado de Washington.

El COVID-19, pese a no ser un ser viviente, ha vuelto a demostrar que todos los seres humanos somos iguales y que todos tenemos la misma sangre que es roja y no azul. Si el coronavirus nos trata a todos los hombres y mujeres como iguales es hora que marchemos hacia un mundo donde todos en los hechos nos tratemos como iguales. A medida que se vayan aminorando las desigualdades sociales, la destrucción y contaminación de los ecosistemas y las grandes potencias no se centren en producir armas de destrucción masiva sino en fomentar “armas” de saneamiento y protección social masivas, es que iremos anulando las posibilidades que se masifique esta epidemia o se produzcan otras nuevas.

Si hay algo que  viene demostrando esta pandemia es que debemos avanzar hacia una sociedad mundial con menores desigualdades y con más inversión en la salud, educación y progreso social.

Debemos abrir los ojos: este virus evidencia que nadie tiene corona.

Isaac Bigio

Isaac Bigio es un analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha estado investigando y enseñando. Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha llevado cursos y seminarios en el Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres. Es una de los analistas que habla castellano o portugués con mayor conocimiento de las guerras en Afganistán, el Medio Oriente o los Balcanes. Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. Es columnista regular de El Comercio (Perú y Ecuador), La Patria (Bolivia), El Panamá América, Noticias (Reino Unido), La Opinión (EEUU) y otros diarios y decanos. Colabora con la BBC, CNI, Canal N, Radio Progreso y diversas emisoras de radio y TV. Sus escritos son difundidos por medios afiliados al ALAI, Adital, al Grupo de Diarios de América y otras redes de prensa. Diversos diarios electrónicos le han creado páginas web entre ellos Notionline, informativos.net, altopilar.com, analítica.com, Gran Valparaíso y El Ojo Crítico Digital.
En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).
Isaac Bigio se encuentra escribiendo un libro sobre la revolución boliviana de 1952.

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