Mesa debe presentar una monumental cantidad de actas electorales

Una vez que el Instituto Tecnológico de Masachusets (MIT, por sus siglas en inglés)ha presentado su estudio sobre el cómputo electoral preliminar de las elecciones en Bolivia el 20 de octubre, se ha hecho más evidente que nunca que la que entonces fuera oposición al gobierno de Evo Morales inventó la narrativa del fraude para emprender sus acciones desestabilizadoras en el marco de su Golpe de Estado.

Obviamente, Mesa y compañía, se han apresurado en soslayar el informe del MIT con el ya consabido argumento de que “esta parcializado”, así como “están parcializados” los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que afirman que en Bolivia se cometieron masacres en Sacaba y Senkata y que existe hoy en día una evidente persecución política. Al respecto sólo cabe preguntarse ¿por qué será que todos se parcializan contra el gobierno golpista de la autoproclamada?

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Pero bueno, lo importante es que Mesa obvia el sentido común, vale decir, que su narrativa del fraude ha omitido presentar, como prueba de su acusación, las actas electorales que sus delegados de mesa en las elecciones del 20 de octubre, detentan. Si hubiera existido un fraude, como afirma Mesa, él tendría en esas actas, las pruebas irrefutables, ya que se trata del material oficial y no se tuviera que recurrir a interpretaciones de un material que no es el oficial.

Pregúntese el lector, ¿para qué sirven las copias de las actas electorales que se entregan a todos los delegados de mesa?, Pues sirven para que los partidos políticos, en la contienda electoral, presenten como prueba si consideran que se ha cometido alguna irregularidad que los afecta. Por lo tanto Mesa y su Comunidad Ciudadana cuentan con ese material. La pregunta es ¿Por qué no presenta ese material?. Pues la única respuesta posible es que ellos saben que no hubo fraude alguno.

Acá cabe una precisión: No se trata de presentar unas cuantas actas “como muestra”. Si existieran algunas actas fraguadas o alteradas, eso cabe dentro de la categorización ALGUNAS IRREGULARIDADES. ¿Qué se debe hacer al respecto?, pues se debe anular esas mesas y repetir la votación. Eso es lo que corresponde según norma. No se incendian los ambientes de los Tribunales Departamentales Electorales, ni se da un golpe de Estado, simplemente -insisto- se anulan esas mesas y se repite la votación en un plazo breve. Esas pequeñas irregularidades han existido siempre, acá en Bolivia y en todas partes, pues las elecciones son un proceso tan grande y complejo que es imposible garantizar la completa transparencia en las más de treinta mil mesas electorales a lo largo y ancho de todo el país. Es también por esta razón, que el informe de la OEA carece de valor en la determinación del presunto “fraude”, puesto que el grueso de su argumentación se refiere al TREP, es decir, al material preliminar no oficial, y sólo una parte menor “como muestra” se refiere a algunas actas presuntamente alteradas.

Por esta razón, para sostener su narrativa de fraude, Mesa debe presentar, no unas cuantas actas electorales fraguadas o alteradas, sino UNA MONUMENTAL CANTIDAD DE ACTAS ELECTORALES FRAGUADAS. El término MONUMENTAL ha sido utilizado por él mismo, repetidas veces, para describir el presunto fraude del que habla. Por eso, los golpistas -Mesa en primer lugar- deben presentar esa monumental cantidad de actas que demuestren que fueron fraguadas o alteradas y que hubieran determinado una distorsión en el cómputo de votos.

Por todo lo argumentado, el hecho de que Carlos Mesa no haya presentado ya a la opinión pública esas actas, se convierte en la principal prueba en torno a que el “fraude” fue simplemente la invención de los golpistas.

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