La quema de la wiphala fue el detonante. Policías reprimen, pero fueron rebasados

Miles llegan a La Paz al grito de “ahora sí, guerra civil”

La quema de la wiphala, la bandera cuadrada de siete colores que es símbolo de los aymaras, que organizaron los opositores a Evo Morales provocó el levantamiento de miles de campesinos y otros sectores sociales que organizaron marchas que se dirigieron a la ciudad de El Alto y rebasando a la Policía que en la mañana había reprimido con violencia a manifestantes que rechazan lo que consideran un golpe de Estado.

La wiphala fue quemada en la víspera por seguidores del líder cívico cruceño, Luis Fernando Camacho y el candidato Carlos Mesa, a la par que policías amotinados quitaron el símbolo aymara del palacio de gobierno, y policías de Santa Cruz la cortaron de su uniforme y también la quitaron de todas las instituciones públicas tomadas por los seguidores de quienes dicen defender la democracia.

“La Wiphala no es del Evo Morales ni del MAS, es nuestro símbolo de los aymaras, quechuas y otras naciones indígenas y originarias. Donde esta Rafael Quispe y Nelson Condori y otros vendidos a la derecha reaccionaria, porque no defienden (..). El temblor vendrá desde abajo. Carajo”, escribió el historiador y dirigente campesino Felipe Quispe Huanca.

“Hasta ayer nos miramos si hacer esto o aquello. No sabíamos si apoyar a Evo Morales y lo que había hecho en su gobierno o lo que representaba él, tampoco sabíamos si apoyar la lucha del otro bando dirigida por líderes racistas y masacradores, y que se vanaglorian de democráticos y antirracistas, pero que, en sus actos queman el símbolo flamígero de la lucha anticolonial: la Wiphala, que patean a mujeres de pollera, que escupen su odio discriminador en las calles. Victimismo nada de eso, eso es lo que se ve”, escribió el bloguero aymara Iván Apaza.

“Ha empezado una afrenta de los herederos de la casta republicana que no acepta la diversidad cultural y social; esa injuria empezó hace siglos atrás y que los últimos días se ha develado nuevamente hacía los aymaras, quechuas y otras naciones. Se nos confunde de masistas, de vándalos, de maleantes, de granujas que siembran el caos. Se nos acusa de ser parte de hordas saqueadoras, ¿con qué fundamento? Su único fundamento es deslegitimar con una palabra: ¡masista! ¿Y qué de nuestro rechazo a las acciones que acometen? No dicen nada, ni una palabra”, agregó.

“Ahora sí, guerra civil”

“No aceptamos el golpe cívico-policial, incluido la prensa”, dijeron dirigentes del magisterio rural y convocaron a la resistencia popular.

En la mañana policías reprimieron a manifestantes en el Alto que se oponen al llamado golpe de la derecha. La represión dejó el saldo de al menos cinco heridos

Mientras tanto campesinos aymaras llegaron a El Alto al grito de “ahora sí, guerra civil”, y arrasaron las estaciones de los policías que se amotinaron contra Morales y que reprimían a la población.

La muchedumbre arrasó estaciones policiales y provocaron la retirada de los efectivos que se fueron a agrupar  al distrito policial de la Ciudad Satélite.

La policía también fue rebasada en otros lugares, como la estación policial de la zona Sur de Cochabamba.

“La muchedurmbre es incontenible”, dijo un policía en retirada. Mientras desde la plaza Murillo, tomada por policías, policías y los opositores que se habían instalado allí en los días de asedio al presidente Morales comenzaron a pedir auxilio a la población.

El comandante Departamental de la Policía de La Paz, José Barrenechea, aseguró que los policías fueron rebasados por los hechos de violencia y pidió a las Fuerzas Armadas intervenir. Otros policías se pusieron a rezar de manera pública porque, al amotinarse contra Morales, pasaron a ser considerados como aliados de los golpistas.

La vicepresidenta Jeanine Añez, quien ante la renuncia de las autoridades nacionales es considerada la sucesora presidencial fue sacada por la policía camuflada a un destino desconocido.

Desagravio a la wiphala

En un intento de aplacar los ánimos, efectivos policiales hicieron un acto de desagravio a la wiphala en la plaza Murillo, a la par que abandonaban precipitadamente instalaciones policiales.

Mientras tanto en las redes sociales circulan varios mensajes que reivindican la Whipala, aunque también un mensaje de la posible presidenta Añez que afirma que en su región no quieren ser “el Collasuyo, ni quieren una bandera como la wiphala”.

 

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