¿Desconoce Página Siete la norma electoral?

La opinión pública nacional debe saber que, según las dos encuestas electorales realizadas hasta la fecha, el grupo de indecisos rondaría entre apenas un 15 y 17% de la intención de votos total, una vez descontado el porcentaje histórico de votos blancos y nulos (6%), razón por la cual la afirmación de que existe un alto porcentaje de indecisos sería otra forma de hacer creer al electorado que nada estaría definido en las elecciones de octubre de este año, cuando, otra vez, la realidad sería diferente.Parecería que el periódico paceño estuviera creando falsas expectativas en el electorado, brindando información errónea para simular una sensación de tranquilidad entre quienes estamos comprometidos con la defensa de la democracia y el Estado de Derecho en el país, cuando en realidad habría todos los motivos para pensar que en este momento nos encontramos en medio de una vorágine de tempestades.

Una reciente nota de Página Siete incluyendo declaraciones de Víctor Borda, Presidente de la Cámara de Diputados, respecto a los resultados de las últimas encuestas electorales (CiesMori y Los Tiempos/Página Siete) arroja algunas dudas sobre la calidad de dicha información periodística. Veamos por qué.

En principio, el matutino paceño dice:

“Aunque Borda manifestó que con esos resultados la victoria de Morales en primera vuelta estaría garantizada, los resultados muestran que se forzaría a una segunda vuelta.”

Luego acomete diciendo:

“La Ley de Régimen Electoral establece que se  proclamarán  Presidente  y Vicepresidente, en primera vuelta, a quienes obtengan más del 50% de los votos válidos; o logren un mínimo del 40% de los votos válidos, con una diferencia de al menos 10% en relación a la segunda candidatura más votada.”

Finalmente, concluye indicando:

“No obstante, los resultados de la encuesta dan cuenta de que hay  un alto porcentaje  de electores indecisos (24%).”

¿Cuál es el problema?

Al parecer, Página Siete no se habría percatado de que, por un lado, el diputado Borda se hallaría en lo correcto al afirmar que con los resultados de las dos últimas encuestas nacionales, el triunfo del MAS estaría asegurado y, por otro, los electores indecisos alcanzarían a mucho menos del 24%  del porcentaje total de intencionalidad de votos. ¿Por qué?

Como he explicado en un anterior artículo, cuando se hace un análisis de la encuesta de CiesMori en términos de votos válidos que es, precisamente, lo que determina la Constitución Política del Estado (CPE) en su artículo 166, parágrafo I, y una vez redistribuidos los porcentajes de intencionalidad de votos de los indecisos y los blancos y nulos en función de las ponderaciones de las diferentes fuerzas políticas en la encuesta y descontando el porcentaje promedio de votos blancos y nulos en las dos últimas elecciones del total de votos, el resultado final de la encuesta arrojaría 47% de intencionalidad de votos para el MAS y 33% para CC, con lo que el partido de gobierno ganaría en primera vuelta.

Curiosamente, la realización del mismo ejercicio en el caso de la encuesta de Los Tiempos/Página Siete permitiría arribar a una conclusión similar, aunque con resultados mucho más estrechos. Efectivamente, el recálculo de los porcentajes de intencionalidad de voto, considerando votos válidos (votos emitidos menos votos blancos y nulos) sin redistribuir el porcentaje de indecisos ni descontar de aquél el porcentaje promedio histórico de votos blancos y nulos, arrojaría 41% para el MAS y 31% para CC, mientras que los resultados finales en términos de votos válidos teniendo en cuenta una redistribución del porcentaje de indecisos en función de las ponderaciones de las diferentes tiendas políticas, una vez descontado el porcentaje promedio histórico de votos blancos y nulos, serían 46% para el MAS y 36% para CC, con lo que, de todos modos, otra vez, se ratificarían las aseveraciones de una serie de autoridades del gobierno de turno empeñadas en mostrar una imagen de imbatibilidad del binomio ilegal e ilegítimo ante el arrinconamiento de la oposición.

En este contexto, preocupa la desprolijidad del análisis de los resultados de las mencionadas encuestas electorales debido a la aparente falta de comprensión de la norma electoral por parte de Página Siete. En efecto, la síntesis correcta del texto constitucional arriba mencionado contrasta con la interpretación equivocada del mismo al momento de cuestionar la afirmación del presidente de la Cámara Baja de la Asamblea Legislativa. Esto me parece muy grave porque parecería que el periódico paceño de circulación nacional, para muchos, un referente de la prensa imparcial, estuviera creando falsas expectativas en el electorado, brindando información errónea para simular una sensación de tranquilidad entre quienes estamos comprometidos con la defensa de la democracia y el Estado de Derecho en el país, cuando en realidad habría todos los motivos para pensar que en este momento nos encontramos en medio de una vorágine de tempestades.

Asimismo, la opinión pública nacional debe saber que, según las dos encuestas electorales realizadas hasta la fecha, el grupo de indecisos rondaría entre apenas un 15 y 17% de la intención de votos total, una vez descontado el porcentaje histórico de votos blancos y nulos (6%), razón por la cual la afirmación de que existe un alto porcentaje de indecisos sería otra forma de hacer creer al electorado que nada estaría definido en las elecciones de octubre de este año, cuando, otra vez, la realidad sería diferente.

Como los anteriores argumentos podrían tener implicaciones importantes en la estrategia de campaña de la principal fuerza política de oposición, así como sobre la definición del voto de los indecisos, correspondería una aclaración de Página Siete para despejar cualquier susceptibilidad de la población en torno a una evaluación correcta de los recientes resultados de las encuestas electorales.

 

*  Economista

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