-Humberto Vacaflor
Antes de que se prohibiera la exportación de la soya en grano nunca se la había exportado" />

"Gobernar es más complicado que producir pasta" /Humberto Vacaflor

Susana Rivero, el MAS y el poder de la soya

-Humberto Vacaflor

Antes de que se prohibiera la exportación de la soya en grano nunca se la había exportado, sino en forma de torta o aceite de soya, según dicen las estadísticas. Desde que comenzó esta práctica de prohibir las exportaciones, curiosamente, comenzó la exportación, aunque no a cargo de los productores del grano. La prohibición había convertido a los productores en virtuales rehenes de los únicos que podían comprar el grano.

Cuando se autorizaba la exportación, quienes hacían los envíos eran las empresas que habían comprado el grano en las temporadas en que estaba prohibida la exportación.

La periodista Amalia Pando ha denunciado que la diputada Susana Rivero, del partido de gobierno, hizo muy buenos negocios en esta situación, porque compró una de las más importantes aceiteras del país, Gravetal. Dice la periodista que ha surgido una oligarquía oleaginosa y masista, muy resbalosa, que controla el sector. No fueron los únicos beneficiarios de esta arbitraria decisión del Gobierno, que prohibió las exportaciones para “proteger la demanda interna”, aunque sabía que esa demanda podía ser cubierta con solo el 20% de la producción del grano.

Nunca se había dado una situación de escasez de soya en el país. Las granjas de pollos y de cerdos, que usan alimentos de soya, jamás hicieron saber que existiera escasez. Al contrario, en los últimos años se ha dado una sobreoferta de pollos y cerdos, hasta que el mercado se ocupó de nivelar la oferta.

Hay unos burócratas, muchos burócratas, que dicen estar ocupados en controlar el equilibrio de la oferta y la demanda, aunque en realidad los más eficientes son los agentes a cargo de la extorsión, una actividad paralela que surgió, quizá por generación espontánea, cuando comenzó la prohibición de exportaciones. Desde entonces, los soyeros se han endeudado, según denuncian los dirigentes de Anapo. Se calcula que todos ellos deben alrededor de $us 650 millones.

No se sabe cómo resolverá el Gobierno este problema creado por sus propios errores. Pero deberá tener en cuenta que si no lo resuelve estará provocando que la crisis boliviana se parezca mucho a la venezolana, porque podría afectar a la normal provisión de alimentos a la población.

No es cuestión de soplar y hacer botellas. Gobernar es más complicado que producir pasta.

Susana no responde a Amalia

¡Susana, no te hagas la loca!

16/05/2019-09:33

Amalia Pando

La diputada por el MAS, Susana Rivero, se está haciendo la loca. Investiga a opositores y lo hace con cálculo político.¿Por qué no empezamos con otras investigaciones? ¿Por ejemplo por la familia de Susana Rivero? El hermano de Rivero, Sebastián Rivero Guzmán, hasta antes del Gobierno de Morales era un destacado veterinario y ganadero, como la propia Susana. Vienen de una familia de Beni medianamente rica. Con el Gobierno de Morales, Sebastián aparece como empresario soyero en 2008 y se integró como accionista de la empresa Inversoya.

Inversoya compró las acciones de la empresa soyera más grande de Santa Cruz, como Gravetal, y se calcula que su precio era de 60 millones de dólares. Inversoya adquirió el 99% de Gravetal, y el 1% restante fue comprado por dos empresarios masistas. La nueva firma tiene dos socios principales: Juan Valdivia, presidente del Directorio y que fue hasta antes de 2008 un concejal de una provincia cochabambina; y el segundo es el hermano de Susana Rivero; Sebastián Rivero Guzmán.

Rivero aparece con el 33% de las acciones de Inversoya, Juan Valdivia con el 34% y otros con el 33%. ¿Cómo obtiene esta empresa el dinero para comprar Gravetal? Para tener el 33% de Inversoya Rivero Guzmán debería tener entre 15 y 20 millones de dólares. ¿De dónde salió el dinero? ¿No habría que investigar? Lo concreto es que tengo algunos indicios: es del bolsillo del pueblo venezolano.

La compra de Gravetal fue un desfalco para beneficiar a un grupo del MAS. Se sacó la plata de una subsidiaria de PDVSA y con eso se creó la empresa Monómeros, y ésta compró Gravetal. Esta firma entregó sin costo alguno a este pequeño grupo de masistas que inmediatamente se convirtieron en esta burguesía azul.

Pasemos al mejor momento o papel desempeñado por Susana Rivero en la investigación a la empresa china CAMC. El Parlamento creo una comisión de investigación para indagar sobre esta empresa, cuya gerenta comercial era Gabriela Zapata, quien fue amante del presidente Evo Morales. Tuvieron una relación de dos años y ella –sin mérito alguno– se convirtió en la gerenta de la empresa china y encargada de la negociación y firma de los contratos. En total, esta compañía termina con seis contratos por 600 millones de dólares. A excepción de uno, todos fueron firmados de forma directa.

Zapata operaba desde las dependencias del Ministerio de la Presidencia alterando las hormonas del titular de esa cartera. Zapata mostró fotografías con paquetes de dólares sobre la mesa y Susana Rivero, que tenía la obligación de investigar, saca la conclusión de que todo estaba bien. No citó a declarar al presidente Evo Morales, no tomó declaraciones a los ministros involucrados ni a los representantes de la empresa china y la única conclusión fue que no hubo indicios que demuestren un posible tráfico de influencias del presidente Evo Morales. Listo, caso cerrado.

Volvamos a los narcos. El principal se llama Pedro Montenegro Paz. Durante años no fue detenido, investigado o procesado y no hubo un caso de narcotráfico abierto en nuestro país. Todos saben que es un narco desde 2015 y la Policía Federal del Brasil envió todo el expediente vía Cancillería al Poder judicial. En ese país está acusado de traficar de 1,3 toneladas de cocaína. Después de que la Policía en el Brasil lo pescó con esa droga, Montenegro cruzó la frontera y se fue a vivir en Santa cruz. Compró 25 propiedades, se codeó con varias personas ligadas al MAS y se paseó por las dependencias de la Policía que dependen del ministro de Gobierno.

En 2015 la Corte de Justicia emitió una orden para detenerlo, pero la Policía no hizo nada, salvo condecorarlo porque construyó una dependencia deportiva para los uniformados. Además, pagó vacaciones en Cartagena a policías. El Ministro de Gobierno no sabía nada, se hacía el loco.

El comandante de la Policía, el penúltimo –quién sabe por qué– decidió investigar a los policías amigos del narco pedro Montenegro. A consecuencia de las grabaciones que hace circular el comandante de la Policía destituido y afectado es que sabemos todos de las andanzas de Montenegro, su influencia política, sus contactos policiales y su impunidad.

El ministro de Gobierno no puede decir que no sabía porque le llegó una orden de detención de la Corte Suprema de Justicia, no de un juzgado cualquiera. Debían haberlo detenido e investigado para saber qué fechorías hizo en el país, cuáles eran sus contactos, pero no pasó nada. Sólo se sabe que tenía 25 propiedades que fueron intervenidas. Se sabe que daba a los policías departamentos para que vivieran en ellos. Estamos frente a un tiburón del narcotráfico protegido por la Policía. No hay otra forma de explicar por qué no fue detenido, es más, no tiene antecedentes en el país y le dieron papeles de identificación con nombres falsos con los que viajó a Cartagena y otros lugares.

Sólo en nuestro país, ante un escándalo de tal magnitud, el ministro de Gobierno no cae; sólo en nuestro país no se levantan sospechas contra el presidente Evo Morales; sólo en nuestro país se va a echar la culpa a niveles inferiores. Como el caso Zapata se detuvo al chofer. A Gabriela Zapara se la detuvo no por tráfico de influencias o sobreprecios sino por que mintió sobre el hijo de Evo Morales.

Es fantástico cómo se tapan los grandes negociados y escándalos; aunque ya dejamos de escandalizarnos. En pocos días desaparecerá el caso Montenegro porque surgirá un escándalo más grande. Los días pasan de un caso a otro sin profundizarse en ninguno porque es tan grande la avalancha de corrupción y vínculos con el narcotráfico que no nos da tiempo para detenernos en alguno de ellos. Mientras tanto, el ministro de Gobierno y Susana Rivero se hacen los locos.

Brújula Digital  (Tomado del programa Cabildeo de Amalia Pando)

Vacaflor dice que no tiene miedo a un proceso

Brújula Digital |5|6|19 – Dos entidades de periodismo emitieron éste miércoles un comunicado en el que defienden al periodista Huberto Vacaflor, respecto a quien la diputada del MAS Susana Rivero dijo que le seguiría un proceso.

“La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) rechazan el anuncio de la diputada masista Susana Rivero de iniciar un proceso contra el periodista Humberto Vacaflor Ganam, por la publicación de una columna en la cual la legisladora es aludida por su presunta participación en un negocio soyero y aceitero”, afirma el comunicado.

El texto agrega que los “dos gremios de periodistas de más larga vida institucional en el país hacen notar que no admiten que se amenace a Vacaflor ni a otros periodistas con fines intimidatorios y de amedrentamiento y sin que se considere la vigencia de las leyes y de las normas de autorregulación que rigen la labor periodística”.

Las dos entidades aseguras que llama la atención que Rivero, quien trabajó como fotógrafa para periódicos de circulación nacional, ignore que la Ley de Imprenta, que está protegida por la Constitución Política del Estado, expresa en su artículo 28 que aquellos funcionarios públicos que se consideren atacados por la prensa en su calidad de tales deben presentar su queja ante un Jurado de Imprenta y no ante la justicia ordinaria.

Vacaflor publicó el lunes una columna en el diario El Deber sobre la crisis que enfrentan los productores soyeros y en un parágrafo alude a la diputada Rivero, pero citando a la periodista Amalia Pando, que realizó contra la legisladora una denuncia previa.

El párrafo que ocasionó el problema dice: “La periodista Amalia Pando ha denunciado que la diputada Susana Rivero, del partido de gobierno, hizo muy buenos negocios en esta situación, porque compró una de las más importantes aceiteras del país, Gravetal. Dice la periodista que ha surgido una oligarquía oleaginosa y masista, muy resbalosa, que controla el sector”.

En una opinión emitida en su radio Cabildeo, luego transcrita en Brújula Digital, Amalia dio el caso de Inversoya, la empresa que compró las acciones de la soyera más grande de Santa Cruz, Gravetal, y se calcula que su precio era de 60 millones de dólares.

“Inversoya adquirió el 99% de Gravetal, y el 1% restante fue comprado por dos empresarios masistas. La nueva firma tiene dos socios principales: Juan Valdivia, presidente del Directorio y que fue hasta antes de 2008 un concejal de una provincia cochabambina; y el segundo es el hermano de Susana Rivero; Sebastián Rivero Guzmán.

Rivero aparece con el 33% de las acciones de Inversoya, Juan Valdivia con el 34% y otros con el 33%. ¿Cómo obtiene esta empresa el dinero para comprar Gravetal? Para tener el 33% de Inversoya Rivero Guzmán debería tener entre 15 y 20 millones de dólares. ¿De dónde salió el dinero?”.

Vacaflor, entrevistado por Brújula Digital, dijo no temer un proceso de parte de Rivero y más bien pidió investigar por qué se prohíbe la exportación de soya en el país considerando que, a nivel local, nunca ha habido escasez. La prohibición de exportación favorece, en ese sentido, a las aceiteras, que imponen un precio a los productores de soya.

Rivero, mediante un mensaje de Twitter, dijo: “Sólo un cobarde sin transparencia puede escudarse en una colega para intentar justificar calumniosas afirmaciones. Como mujer y servidora pública con una trayectoria intachable, tengo derecho a procesar a @HumbertVacaflor”.

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