Distorsiones a la democracia en el Reino Unido

Isaac Bigio

El Reino Unido es, como su nombre lo indica, una monarquía y no una república. Gran parte de su estabilidad se debe a que su jefe de Estado y su cámara alta nunca han sido electos por la población. Ciertamente que en este país se eligen a las autoridades locales y regionales, a los representantes al parlamento europeo y también a la cámara de los comunes, en cuyas manos está legislar y dar paso a la gestación o caída de los gobiernos.

A pesar que el parlamento británico tiene más miembros que los de cualquier otra democracia multipartidaria del planeta, aquí nunca nadie ha entrado a éste basándose en un sistema de representación proporcional, mediante el cual todas las fuerzas tienen un nivel de presencia en el parlamentaria similar al que lo tienen en el electorado.

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En la mayoría de las democracias del mundo y en el parlamento europeo existen distintas formas de representación proporcional, pero no en el Reino Unido, donde solamente se entra al parlamento de dos formas. Una es mediante selección de la corona para ser uno de los 880 lores. La otra es ganando o volviendo a ser re-elegido indefinidamente en un determinado distrito electoral.

Como los partidos menores no logran ganar en la gran mayoría de los distritos, éstos terminan siendo repartidos en la mayor parte de los casos entre los dos partidos que se alternan en el gobierno: conservadores y laboristas.

Esto produce numerosas anomalías. Tony Blair llegó a ser en 2000-2010 tres veces seguidas primer ministro laborista consiguiendo mayorías absolutas, aunque en su última elección (2005) su partido apenas sacó el 35% de los votos pero se llevó el 55% del parlamento.  Por el contrario, los liberal-demócratas debutaron como movimiento en las elecciones generales de 1983 donde superaron el 25% de los votos pero solamente recibieron un 5% del parlamento. En las elecciones generales del 2015 el UKIP superó el 12.5% de los votos, pero solo obtuvo 1 de los 650 parlamentarios en juego (0.2%).

Este sistema está diseñado  para que el ganador se quede con todo y que solamente haya dos partidos que se alternan el poder (la derecha conservadora y la izquierda laborista). Los liberal-demócratas, los verdes y los anti-europeos (como UKIP o el nuevo Partido del Brexit de Nigel Farage) pueden obtener buenos resultados en comicios donde hay elementos de representación proporcional (municipales, europeas o para las asambleas o parlamentos regionales), pero usualmente su presencia en el parlamento británico es considerablemente menor a la que tienen dentro del electorado.

De otra parte, este mismo sistema hace que los partidos chicos que se concentran en Escocia, Gales e Irlanda del Norte puedan tener un peso parlamentario muy por encima de su fuerza electoral. El Partido Nacional de Escocia en el 2015 conquistó 56 de las 59 bancas por Escocia con lo cual detentaba un 9% de la cámara de los comunes, el doble del porcentaje que a nivel general éste había sacado. En el actual parlamento un partido tan marginal como el Unionismo Democrático (DUP) ha logrado colocar 10 parlamentarios con lo cual se han transformado en el filo de la balanza, sin cuyo apoyo los conservadores no pueden gobernar.

Un problema que hay ahora en la sociedad británica es que ésta ha dejado de ser una polarizada entre conservadores y laboristas y a que han ido surgiendo nuevas fuerzas. Además de estos dos grandes partidos se encuentra a su derecha el UKIP y el Partido del Brexit (quienes ganaron las elecciones europeas en Reino Unido el 2014 y el 2019, respectivamente) quienes no tienen ningún miembro en la cámara de los comunes o de los lores. En estos comicios europeos también sacaron respetables votaciones los partidos liberal-demócrata, Cambio UK y verde (los dos primeros con 11 parlamentarios y el tercero con solo uno). Pese a que los amarillos y los verdes han llegado a estar en algunas encuestas por encima del 10% de las preferencias para las elecciones europeas, los primeros no llegan ni al 2% del parlamento y los segundos apenas al 0.2% de éste.

Y fuera de esos partidos británicos está el Partido de Gales, la tercera o cuarta fuerza en ese país, el Nacional de Escocia, que gobierna ese país durante 3 mandatos consecutivos, y los verdes escoceses (que funcionan de manera separada a la de los de Inglaterra y Gales pues apoyan la independencia).

Para complicar más el panorama está la anomalía de Irlanda del Norte, provincia que pertenece al Reino Unido pero donde no operan ninguno de los grandes partidos británicos, sino que solamente tienen fuerza 5 movimientos locales. Dentro de los nacionalistas, católicos y republicanos son fuertes el Sinn Féin (anteriormente ligado al IRA) y el Partido Social Demócrata Laboral. Dentro de los unionistas monárquicos y protestantes están los duros y pro-Brexit del partido Unionista Democrático y los moderados y pro-UE del Unionismo del Ulster. Finalmente está la Alianza que busca colocarse en un centro pro-europeo conciliando a esas dos comunidades.

Irlanda del Norte, pese a que tiene menos de 1, 900,000 habitantes (menos del 3% de los 66 millones de habitantes del Reino Unido), juega un rol clave y desproporcional. Debido al acuerdo de paz firmado allí no se puede establecer una frontera terrestre controlada con la Unión Europea lo que ha saboteado todos los planes para ir a una ruptura radical con este bloque pues ello implicaría colocar puestos aduaneros en el borde de las dos Irlandas.

Por otra parte, en el parlamento británico hay 18 asientos para Irlanda del Norte (poco menos del 3% de la cámara de los comunes), pero ahora solamente uno de los cinco partidos importantes de dicha provincia está presente en la actual cámara de los comunes. Hay 10 parlamentarios del unionismo democrático y una unionista independiente, mientras que Sinn Féin tiene 7 parlamentarios electos que se niegan a jurar lealtad a la corona y al Reino Unido, por lo que no ocupan sus curules. De esta manera la única voz de Irlanda del Norte que se hace sentir en este parlamento es el de un partido pro-Brexit que está en minoría en su propia provincia donde el 56% votó por quedarse en la UE.

A pesar que sistemas de representación proporcional ya se dan en asambleas como las de Londres, Gales e Irlanda del Norte, en el parlamento de Escocia y para elegir eurodiputados, y que la mayoría de los partidos pide que en el parlamento del Reino Unido se establezca tal modalidad, cualquier intento de modificar el tradicional sistema de elección uninominal ha sido vetado por los dos grandes partidos que monopolizan siempre la cámara de los comunes: los laboristas y, especialmente, los conservadores.

Isaac Bigio

Isaac Bigio es un analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha estado investigando y enseñando. Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha llevado cursos y seminarios en el Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres. Es una de los analistas que habla castellano o portugués con mayor conocimiento de las guerras en Afganistán, el Medio Oriente o los Balcanes. Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. Es columnista regular de El Comercio (Perú y Ecuador), La Patria (Bolivia), El Panamá América, Noticias (Reino Unido), La Opinión (EEUU) y otros diarios y decanos. Colabora con la BBC, CNI, Canal N, Radio Progreso y diversas emisoras de radio y TV. Sus escritos son difundidos por medios afiliados al ALAI, Adital, al Grupo de Diarios de América y otras redes de prensa. Diversos diarios electrónicos le han creado páginas web entre ellos Notionline, informativos.net, altopilar.com, analítica.com, Gran Valparaíso y El Ojo Crítico Digital.
En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).
Isaac Bigio se encuentra escribiendo un libro sobre la revolución boliviana de 1952.

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