El fenómeno Farage

Terremoto político en Reino Unido

Isaac Bigio

Nigel Farage se ha convertido nuevamente en la estrella de las elecciones británicas y quien viene generando un sismo político. Este corredor de seguros que ha fracasado en sus 5 intentos de ser electo a la cámara de los comunes y también en entrar a la cámara de los lores, es hoy el líder del partido más votado en las elecciones británicas para el parlamento europeo.

Farage hasta hace dos meses ni siquiera tenía un partido. Luego en marzo creó uno, el llamado el “Partido del Brexit”, el cual es el único que en estos comicios no ha presentado un manifiesto. Todo lo que hace es mostrar un nuevo símbolo con una variante del azul (el color del conservadurismo) el cual se basa en una flecha que apunta a la derecha, y atacar a la primera ministra tory y al laborismo por haber traicionado a la salida británica de la Unión Europea (Brexit en lenguaje político inglés) y a la mayoría euro-escéptica de su base partidaria y electoral.

Farage es el único político británico que hizo campaña junto a Donald Trump cuando el multimillonario aspiraba a la presidencia norteamericana y es un incondicional de todas sus políticas. Además, él ha planteado antes la privatización del servicio de salud público (lo que más quieren los británicos), flexibilizar la mano de obra, cero inmigración, atacar a los rumanos y búlgaros como propensos al robo, asociarse a quienes promueven el racismo contra los musulmanes y los inmigrantes, y oponerse a diversos controles del medio ambiente.

Hace dos años Farage se había retirado de la vida política y luego del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), el cual él había co-fundado a inicios de los 1990s en torno al profesor Alan Sked, del departamento de historia de la London School of Economics.

En esa época yo estaba en ese departamento y hasta allí mismo nadie les tomaba muy en serio. Sin embargo, el UKIP fue un partido cuya razón de ser se convirtió en participar cada 5 años las elecciones al parlamento europeo para capitalizar el voto de quienes rechazan a esa institución supranacional.

En 1999 Farage llegó al euro-parlamento y 10 años después él empezó a hacer historia. Si el cometa Haley genera todo tipo de temores al pasar por la Tierra cada 75 años, el cometa Farage convulsionaba a la tierra de la reina cada 5 años durante las euro-elecciones.

En 2009 Farage logró que el UKIP quede tercero en las euro-elecciones británicas. Esta era la primera vez que los liberal-demócratas eran desplazados de tal puesto y que dentro de los tres primeros lugares no figuraban los 3 partidos que se han alternado en el poder durante los 3 siglos de la monarquía constitucional británica (tories, liberales o laboristas).

En 2014 el UKIP de Farage sale primero con el 27% de los votos. Con ello forzó al primer ministro tory David Cameron a prometer convocar a un referéndum sobre Europa, el cual se da en el 2016 y es ganado por los partidarios del Brexit liderados por el ex alcalde capitalino conservador Boris Johnson.

Luego de estos resultados el UKIP entra en crisis y Farage se retira tras haber fracasado en transformar a su partido como una fuerza en el parlamento británico.

Sin embargo, él vuelve a la carga aprovechándose de que el Brexit, que debió haberse dado finalmente el 29 de marzo, fue postergado hasta 7 meses después. De la noche a la mañana un partido sin programa se infla como un globo que ha terminado produciendo la mayor caída y crisis que hayan tenido los seguidores del conservadurismo de Winston Churchill y Margaret Thatcher.

BREXIT

Se suponía que el Reino Unido debió haber salido de la Unión Europea (UE) antes de las elecciones al parlamento de ésta a realizarse simultáneamente en sus 28 países componentes en la cuarta semana de mayo. Sin embargo, como la fecha final fue postergada hasta el 31 de octubre se tuvieron que improvisar en dichas islas esos comicios para el 23 de mayo.

Los grandes golpeados han sido los dos mayores partidos británicos (laboristas y conservadores) quienes se alternan en el poder desde hace más de 8 décadas y quienes controlan más del 85% de las 650 bancas del parlamento. Ambos se comprometieron a implementar los resultados del referéndum del 2016 donde el 52% de los británicos votó por salirse de la UE, pero no ponían de acuerdo sobre cómo debía ser la relación futura con este bloque.

La piedra en el zapato es la frontera física que hay con la UE y que es aquella que divide a la isla irlandesa. Según los acuerdos de paz que acabaron con la peor guerra interna que haya tenido la UE en su historia no debería haber ninguna clase de control fronterizo entre la República de Irlanda y la provincia de Irlanda del Norte que conforma el Reino Unido. Si Londres rompía toda clase de unión aduanera o mercado común con el resto del continente ello implicaría re-establecer controles en dicho borde y con ello dar fin a los acuerdos de paz, mientras que brotes de violencias y nuevos atentados ya se han empezado a dar en Irlanda del Norte.

Para evitar ello la primera ministra Theresa May aceptó una fórmula de transacción mediante la cual durante un tiempo no determinado debería mantenerse un mercado común hasta que se encuentre una solución a ese problema o se cree una frontera entre la unión aduanera europea y Gran Bretaña en el mar de Irlanda, lo cual implicaría que Irlanda del Norte tendría un régimen económico distinto al resto del país, algo que rechazaron los 10 parlamentarios unionistas nor-irlandeses que son cruciales para darle mayoría absoluta a May en la cámara de los comunes. Esta concesión también es rechazada por los conservadores duros que no encuentran razón alguna para salirse de la UE sino van a tener libertad para hacer tratados comerciales con otras naciones, y mantenerse en un tipo de mercado común con Europa les inhibe a hacer ello.

May intentó 3 fórmulas de transacción pero todas ellas fueron rechazadas en distintos momentos en el parlamento. Al final tuvo que empezar a dialogar con los laboristas quienes exigen que si se sale de la UE hay que mantener una forma de unión aduanera y mercado común con Europa, cuestión que May no podía aceptar debido al veto de buena parte de su bancada.

Cuando faltaba un día para las euro-elecciones May presentó su propio cuarto plan para buscar una salida negociada en el parlamento, pero ella fue atacada por la inmensa mayoría, incluyendo muchos de sus colegas partidarios que abiertamente llaman a sacarla del gobierno. Mientras los tories duros quieren reemplazarla ahora mismo a ella por uno de los parlamentarios de su sector (como Boris Johnson), Michael Heseltine, un ex vice primer ministro conservador miembro de la cámara de los lores, ha pedido abiertamente que los que quieren quedarse en la UE deben votar por el partido liberal-demócrata.

Siendo saboteada por el ala dura pro-Brexit que en plena campaña electoral pide echarla (y algunos coquetean con Farage) y por el ala pro-UE (algunos de los cuales han conformado la nueva lista Cambio UK y otros se acercan a los liberal-demócratas), los conservadores se encaminan al peor resultado de su historia y a que se reduzcan al menos a la quinta parte de los 13,636,684 votos con los que May fue reelecta hace 23 meses.

Los laboristas, que en las encuestas figuraban como favoritos para las euro-elecciones y aún siguen siendo los más preferidos para cualquier elección general, empezaron a caer en los sondeos llegando a quedar hasta por debajo de los liberal-demócratas, un partido que fue muy castigado por haber co-gobernado con los conservadores en 2010-15 y que en las elecciones locales del 2 de mayo u europeas del 23 de mayo se ha venido recuperando debido a que se presenta como la mejor alternativa para detener el Brexit.

Cometa Farage

Conversando con Claude Moraes, la cabeza de lista laborista en Londres, él me decía que los grandes partidos no le daban la debida importancia a estos comicios. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto tiempo van a durar esos eurodiputados en su cargo.

En un foro electoral que realizamos el 21 de mayo para la comunidad latina todos los que estaban como primero o segundo en las listas partidarias tendían a percibir estas elecciones como si fueran un nuevo referéndum. Los liberal-demócratas, verdes y el nuevo Partido Cambio UK (el primer partido en la historia conformado por disidentes del conservadurismo y del laborismo) no fueron capaces de unirse en una alianza electoral pro-EU y han venido pugnando entre ellos quienes capitalizan el voto pro-europeos de gente que tradicionalmente sufraga por los laboristas o los conservadores. Los que quieren el Brexit ya, sin importar las consecuencias con Irlanda del Norte o para los tratados de economía o seguridad, votan por Farage o por el UKIP.

Los conservadores y laboristas apelan a su electorado tradicional pero no tienen una clara propuesta sobre la UE, por lo que es inevitable su retroceso electoral.

El ascenso de Farage, mientras tanto, va a producir la caída de May, la cual deberá empezar a caer después de mayo. Muy probablemente abra las puertas para que el tory más popular y más pro-Brexit que hay, Johnson, llegue al premierato, pero él no va a contar con una mayoría parlamentaria absoluta para que sea aprobado cualquier plan para salirse de la UE. Esto implicaría que debería convocar a elecciones generales adelantadas, en las cuales el Partido del Brexit lograría quitarle votos y escaños, y el “marxista” Jeremy Corbyn podría conducir a que los laboristas retornen al poder con el programa más izquierdista de cualquier gobierno europeo.

Farage va a ser incapaz de estructurar un partido que pueda presentarse como alternativa de poder. No obstante, él como todo cometa genera una estela. En este caso ésta es la de promover el rechazo a los inmigrantes y el crecimiento de la extrema derecha, lo cual, además, es parte de un fenómeno que se da en toda Europa (Vox en España, la Liga en Italia, el Frente Nacional en Francia, Alternativa en Alemania, el Partido de la Libertad en Austria, el gobierno húngaro de Viktor Orban, etc.).

Paradójicamente, su ascenso puede generar un contraataque de quienes son partidarios de una sociedad plural o tolerante, los quienes podrían al final imponer que se dé un nuevo referéndum para que se decida en qué condiciones el Reino Unido se sale o se queda en la UE.

Es más, muchos partidarios de seguir en la UE han de decir que el porcentaje actual de partidarios del Brexit duro se reduce al electorado del Faragismo, que al menos 3/5 de los votantes no quieren un Brexit duro y que gran parte de los votantes no quisieron sufragar en unos comicios que no parecían tener mayor importancia.

Por un lado, Farage va a haber trabajado para levantar a los liberales y verdes y por otro para agudizar la crisis de los laboristas y conservadores. Estos últimos que no han conocido ninguna ruptura en la postguerra ya han empezado a dividirse, fenómeno que Farage va a acentuar.

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Isaac Bigio

Isaac Bigio es un analista internacional formado en la London School of Economics & Political Sciences. En ésta, considerada la principal universidad internacional especializada en ciencias sociales, él ha obtenido grados y postgrados en Historia y Política Económica, y ha estado investigando y enseñando. Su especialidad son países en conflicto y transición entre distintos sistemas sociales. Ha llevado cursos y seminarios en el Instituto Europeo, la Escuela de estudios Asiáticos y Orientales, la escuela de Estudios Eslávicos y Europeo Orientales así como en otras dependencias de la Universidad de Londres. Es una de los analistas que habla castellano o portugués con mayor conocimiento de las guerras en Afganistán, el Medio Oriente o los Balcanes. Sus artículos han sido publicados en unos 200 medios en 5 continentes. Es columnista regular de El Comercio (Perú y Ecuador), La Patria (Bolivia), El Panamá América, Noticias (Reino Unido), La Opinión (EEUU) y otros diarios y decanos. Colabora con la BBC, CNI, Canal N, Radio Progreso y diversas emisoras de radio y TV. Sus escritos son difundidos por medios afiliados al ALAI, Adital, al Grupo de Diarios de América y otras redes de prensa. Diversos diarios electrónicos le han creado páginas web entre ellos Notionline, informativos.net, altopilar.com, analítica.com, Gran Valparaíso y El Ojo Crítico Digital.
En 1998 obtuvo 2 Premios significativos: el de la Excelencia de Dillons-Waterstone (la mayor librería británica), y el E.H. Carr del Departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales, Aberyswyth (el primer departamento de dicha disciplina en el mundo).
Isaac Bigio se encuentra escribiendo un libro sobre la revolución boliviana de 1952.

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