Médicos y deshegemonización política en Bolivia

Edgar Ramos Andrade

La Navidad 2017 y el Año Nuevo 2018 fueron particulares en Bolivia. Grupos de profesionales reclamando, con inéditas huelgas y marchas contra leyes y decretos, fenómeno parecido a los sucesos de 1977. Y un presidente Morales, casi desentendido da por resuelto ese conflicto e insiste, repetitivo en su candidatura presidencial.

Este fin de semana, el paro médico que rechaza el Código Penal cumple mes y medio, conflicto en el que sobran: insensibilidad e irresponsabilidad, atención irregular en hospitales, poca intención para dialogar de veras. Y en este laberinto, hay de todo: despedidos, descuento salarial, “clausura” de farmacias con usurpación de funciones, marchas, toma policial de la Universidad, veto a catedráticos anti autonomistas, huelgas, gasificación, enfrentamiento policías-médicos, o policías-estudiantes, detenidos, heridos leves y graves… y un muerto.

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Ya para el 20 de diciembre 2017 la Policía había reprimido a médicos y estudiantes por tres días, inclusive desde predios de la Universidad, algo no visto desde las dictaduras político-militares: Barrientos, Banzer, García Meza… Esto no pudo ser explicado por el ministro Carlos Romero ex ejecutivo de la Federación Universitaria Local FUL UMSA.

El 28 de diciembre 2017, en la gasificación a estudiantes y médicos, en Puerto Pailas (Santa Cruz) una granada de gas cayó en la casa de Rosaly Bello Canido, quien escapó pero , se cayó y se golpeó la cabeza. Tuvo derrame cerebral, muerte cerebral y falleció…

Este conflicto tiene varios sectores que reclaman: Profesionales y trabajadores en Salud piden anular el Código Penal; los abogados con sus recursos constitucionales para defenderse; los transportistas rechazan la triple sanción penal: Resarcimiento económico, inhabilitación y cárcel. Y los profesionales están afectados porque ese Código Penal presume culpabilidad anticipada, contraria a la Constitución Política del Estado.

También, los  periodistas y medios fueron metidos en el lío. Los medios (7 canales de TV y 12 radios) negaron difundir un mensaje pago (spot, jingle) que contenía el reclamo médico. O sea, censura inclusive comercial. Reacción: Una asamblea de médicos rechifló y agredió a los periodistas el martes 2 de enero.

Como Estado, no debimos permitir que este conflicto dure más de dos semanas; somos muy débiles.

La “causa sectorial” de este conflicto es que se busca sancionar una “mala praxis” médica, que tiene sus debilidades, como todo acto humano. Pero sanciones como: inhabilitación, reparación económica, y prisión, es exceso dictatorial. La causa de fondo es el cansancio ciudadano ante tres fenómenos: “Aprobar por aprobar” leyes inconsultas (Autonomías, De la Coca, Código Penal…), aplicar sí o sí esas nuevas normas y, reincidir en la intención reeleccionista de un gobierno que sufre por seguir en el poder…Y ese cansancio es rural, y urbano.

¿Cansancio rural? Este sábado 6, en Chacarilla (provincia Villarroel, La Paz) el Presidente Morales entregó un coliseo, junto al alcalde y al diputado Franklin Flores. En ese acto solo habían… unas 40 personas (se vio por Bolivia TV) algo hasta hace poco impensable para el capricho de cierta autoridad nacional.

¿Cansancio urbano? El conflicto médico (cuya base social es clase media) visibiliza la deshegemonización político-social mediante un legítimo reclamo social de grupos sociales no corporativo-sindicales sino de grupos profesionales organizados. Pero esa deshegemonización no aún es legal-institucional; el gobierno todavía controla los aparatos estatales…

¿Conclusiones?: a) Como Estado, no debimos permitir que este conflicto dure más de dos semanas; somos muy débiles; b) La salud no es importante en Bolivia; sí parece importante la postura electoral-gubernamental; c) Nuestros (electoralizados) mandatarios están más nerviosos ¿por qué?

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