Trump y el nuevo desorden mundial
A partir de la diversidad de declaraciones emitidas vía twitter o en algunos medios de prensa estadounidense, se puede desprender que el mandatario padece de una cierta esquizofrenia digital, que tiene a mucho de sus cercanos colaboradores sumidos en la estupefacción, más viniendo de un presidente que refleja tener una alta mediocridad política y un bagaje cultural estrecho y que suele tener sus consecuencias en la nefasta política exterior de los Estados Unidos, que se caracteriza por un desorden gradual de insospechadas consecuencias para la geopolítica internacional y la paz mundial, que tiene a muchos líderes mundiales en la más absoluta incertidumbre.
Desde el punto de vista de la realidad, para nadie es un misterio que la economía estadounidense vive más de reflujos que flujos y que tiene a la economía mundial en un estado de tensión permanente, puesto que muchas veces las declaraciones del presidente estadounidense, tiene un efecto directo en el sistema financiero mundial y en especial en el manejo que hacen los especuladores de Wall Street, lo que contribuye al propio desorden del sistema capitalista mundial, el cual en su estado terminal, está mutando constantemente.
Lo otro que contribuye aún más a este narcisismo hitleriano que padece Trump, son sus confusas declaraciones en diversas materias, pero en especial a lo que se refiere a la geopolítica a escala global. En este sentido cabe destacar que Estados Unidos se ve enfrentado a un cambio cualitativo en el escenario político internacional, con la aparición de dos referentes significativo en este escenario de intereses diversos, que son China y Rusia, los cuales están rompiendo con las políticas unilaterales y hegemónicas del llamado capitalismo estadounidense. En este plano, cada vez son más los países que siguen con atención e interés lo que viene ocurriendo en materia económica y de cooperación en la llamada Unión Económica Euroasiática encabezada por Rusia y los acuerdos económicos y comerciales que se vienen produciendo en el sudeste asiático encabezado por China, al cual no están ajenos países como la India, Irán, Turquía, además de las economías consideradas emergentes, que buscan afanosamente establecer acuerdos comerciales, con los países de esta región.
En este sentido hay que contar además con las diversas posiciones que tienen los más diferentes personeros políticos de la Unión Europea, que suelen desmarcarse de las poco reflexionadas declaraciones que suele hacer ante los medios de prensa internacional el presidente de los Estados Unidos y que solo contribuyen a tomar distancia de los líderes políticos del viejo continente. Las medidas proteccionistas en materia comercial y las exigencias a la Unión Europea para que contribuyan con un mayor aporte económico hacia la maquinaria de la muerte de la OTAN, es un aspecto que no ha caído bien en los países comunitarios, más aún con los problemas que padece la UE, con una economía más bien estancada y con un crecimiento económico misérrimo.
La conducta y desorden de Trump, se ve refleja en una histeria permanente con respecto a los diversos conflictos que se viven en la geografía mundial, lo que por cierto genera una inestabilidad permanente en el actual teatro de operaciones a escala mundial.
Por ejemplo ante el Plan Integral de Acción Conjunta sobre el programa nuclear de la República Islámica y que fuera firmado por Irán y el Reino Unido, China, Francia, Rusia, EE.UU. y Alemania en julio de 2015. El mandatario estadounidense resolvió reprobar dicho acuerdo, expresando que este tratado es un “desastre”, que fue “mal negociado” y que no resguarda los intereses de su país. Al momento de escribir esta nota, todo parece indicar que Trump busca tirar al tacho de la basura dicho acuerdo, contribuyendo así a un mayor desorden mundial y generar así, más y más conflictos, fuera de todos los que ya están en carpeta, lo que refleja además la agresividad de la política de los “halcones de la casa blanca”, quienes ejercen una fuerte influencia en el presidente Trump.
Al respecto el representante permanente de Austria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jan Kickert, ha dicho que sería un paso “erróneo e injustificable” si la Administración estadounidense de Donald Trump decide salir del pacto nuclear de 2015, suscrito por Teherán y el Grupo 5+1 (EE.UU. el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania). Mientras que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha certificado una y otra vez el cumplimiento por parte de Irán de sus compromisos. Kickert ha expresado que Austria considera que la República Islámica ha cumplido con sus compromisos en relación con el acuerdo, y señala que, si una parte cumple, el resto también debe hacerlo. “EE.UU. violaría tanto el espíritu como la letra del acuerdo nuclear si decide imponer nuevos embargos a Irán”, ha afirmado el diplomático austríaco, expresando su esperanza de que Teherán siga comprometido con el convenio, incluso pese a las presuntas sanciones adicionales de la Casa Blanca. De allí que todas las incoherencias del mandatario estadounidense, es lo que va contribuyendo a la nebulosa del desorden de la actual situación política internacional.
De igual modo sucede con las bravuconería y la retórica», del presidente Trump y el líder de Corea del Norte, ante las amenazas mutuas de comenzar una guerra de insospechadas consecuencia para la paz mundial y que puede dar como resultado la intensificación de este desorden mundial al cual estamos aludiendo, y del cual Trump y los Estados Unidos buscan sacar provecho político, comercial y militar.
Lo cierto es que la elocuencia agresiva y hostil de los Estados Unidos es lo que ocupa en forma reiterada las relaciones con los más diversos países y sobretodo con aquellos que no se alinean con sus políticas intervencionistas y agresivas. Como es el caso de Siria, Corea del Norte, Turquía, Venezuela, Cuba, Nicaragua, China, Irán, Rusia, Irak, etc.
Ahora lo que también marca este desorden histérico que vive Trump, es lo que está relacionado con las instituciones gubernamentales de su país, de la seguridad nacional, la prensa y sus colaboradores más cercanos, con los cuales constantemente surgen diferencia en cómo enfrentar y resolver la coyuntura política, tanto en el plano interno, como externo. De allí las diferencias que surgen con la CIA, el FBI, o con personeros como Rex Tillerson y otros, además de la infinidad de rumores que surgen reiteradamente desde los interiores de la Casa Blanca.
Hoy Trump está enfrentado a una lucha de poder en el establishment norteamericano, entre los negocios de las grandes corporaciones y los halcones genocidas del complejo militar industrial, estos últimos buscan crear las condiciones propicias y coyunturales para desatar una guerra con Corea del Norte e incluso con Irán.
De allí que los problemas que padece Trump en su patio interior tienen muchas aristas, por ejemplo un senador republicano expresaba que las «amenazas imprudentes» del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podrían encaminar a su país «hacia la Tercera Guerra Mundial», ha afirmado el senador de Tennessee, Bob Corker, en una entrevista con el diario ‘The New York Times’ publicada hace unos días atrás. Bob Corker luego agrego que el secretario de Estado, Rex Tillerson; el secretario de Defensa, James Mattis y el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, John Kelly «ayudan a alejar a nuestro país del caos» e intentan garantizar que las políticas de Washington sean «sensatas y coherentes», mientras que «hay otras personas en la Administración que no lo hacen».
De momento, sabemos que Trump mantiene una cierta correlación de fuerzas a su favor dentro de los republicanos, pero de acuerdo a las circunstancias esta podría cambiar en cualquier momento, en donde “los conflictos de intereses” ( negocios) juegan un rol importante, dependiendo hacia donde se inclina la balanza.
Homologando con Trump, Stephen Paddock, el atacante de la masacre de Las Vegas, logró matar a 59 personas y herir a más de 500 desde el piso 32 de un hotel, tenía 64 años de edad. Paddock no tenía afiliación política o religiosa, según su hermano. Tampoco era «un tipo ávido de (usar) un arma de fuego». «Era apenas un tipo normal. Algo se quebró en él. Si este caso lo tuviéramos que relacionar con el mandatario estadounidense, de casi 72 años y por lo imprevisible de su conducta y su propio desorden mental, estaríamos ante la posibilidad de que Trump, en cualquier momento se quiebre, para luego apretar el botón rojo y desencadenar una guerra nuclear actuando de la misma forma como lo hizo Paddock.
El desorden mundial creado por la histeria e esquizofrenia de Trump, ha sido refrendado por el libro que varios profesionales estadounidenses de la salud mental, que hablan de los padecimientos del mandatario, al cual han calificado de narcisista, sociópata, hedonista, impulsivo, inmaduro e incompetente, entre otros epítetos. El libro cuyo título es el “El peligroso caso de Donald Trump”, en donde 27 médicos han analizado la comparecencia pública de la vida del líder norteamericano, al que han calificado del «hombre más peligroso del mundo», producto de lo imprevisible que suele ser, desordenando así el tablero de ajedrez de la geopolítica mundial.
Lance Dodes, analista emérito del Instituto Psicoanalítico de Boston especializado en adicciones, señala en el libro que las acciones de Trump evidencian que tiene «profundos rasgos sociópatas» y que el presidente sufre «una pérdida persistente de la realidad«, lo cual lo mantiene en una confusión permanente.
Finalmente, en declaraciones a la prensa Philip Zimbardo, profesor emérito en la Universidad Stanford (California), ha manifestado que Trump es propenso a convertirse en un tirano. «En [el caso de] Trump, tenemos un diagrama de Venn aterrador que consta de tres círculos: el primero es el hedonismo extremo presente; el segundo, el narcisismo; y el tercero, el comportamiento de intimidación. Estos tres círculos se superponen en el centro para crear una persona impulsiva, inmadura e incompetente que, cuando está en una posición de poder supremo, se desliza fácilmente hacia el papel de tirano«, ha enfatizado. Luego agrega que Trump es el hombre más peligroso del mundo, un poderoso líder de una nación poderosa que puede ordenar disparar misiles contra otra nación debido a la angustia personal que siente él o un miembro de su familia y que a escala global tiene al mundo en un desorden de imprevisibles consecuencias, para el futuro inmediato del conjunto del planeta.