Evo celebra

Sin protección el TIPNIS quedó abierto a la “invasión” cocalera

Mientras dirigentes indígenas indignados por la abolición, este domingo, de la intangibilidad del TIPNIS, que preservaba este parque y territorio amazónico,  declararon este  13 de agosto el “día del engaño y la mentira”, el presidente Evo Morales, al aprobar su ley, fustigó a los ambientalistas y defensores del área, a quienes declaró enemigos del Beni.

“Ahora lo que se hace sentir no es ninguna argumentación, sino el simple ejercicio del poder”, reflexionaba por su cuenta el ex viceministro Rafael Puente, distanciado del ala dura del MAS y crítico del régimen que abrió las puertas a la penetración del Parque por cerca de 30 mil cocaleros prestos a ocupar nuevas tierras.

“Pero como probablemente les da vergüenza reconocer que es así, nos vienen atosigando con argumentaciones que vale la pena deshacer”, agregó Puente, desplegando un amplio espectro de cuestionamientos a la visión desarrollista del gobierno, su paternalismo y cooptación de los indígenas y las supuestas necesidades de vías carreteras.

El jesuita Xavier Albó, también antropólogo y lingüista, recordó los términos ominosos, intelectual y científicamente, de la llamada consulta previa del gobierno planeada y elaborada en 2012 y presentada en 2013 .

“Cuando todo ya estaba oleado y sacramentado se delineó un costoso procedimiento para realizarla, en el que en realidad primero se solía preguntar sobre las necesidades de la comunidad y recién después se les presentaban dos mapas, uno con carretera y otro con todo prácticamente intocable, con lo que casi todos escogían el primero, porque era el único en que podrían desarrollarse”.

Por su parte, este fin de semana, dirigentes indígenas señalaron en Santa Cruz que el “proceso de cambio” en su fase actual equivale a “pisotear la Constitución Política del Estado, pisotear los derechos de los pueblos indígenas, sin medir los impactos ambientales, sin medir los impactos sociales de lo ocasionará esta ley”.

El secretario de juventudes de CIDOB orgánica, Tomás Candia señaló que hay indignación entre las comunidades indígenas del TIPNIS por el abuso del Gobierno de pretender irrumpir en el territorio con el pretexto de llevar salud y educación, cuando no se requería eliminar la intangibilidad para construir hospitales o colegios en la zona.

Candia señaló que desde el Gobierno se pagó a los indígenas 1.500 bolivianos por persona para llenar el coliseo donde el presidente Morales promulgó la Ley 266 en la ciudad de Trinidad, y donde según algunas versiones, no se habría permitido el ingreso de indígenas que rechazan la ley y la carretera que pretende dividir en dos el TIPNIS.

El reporte de la agencia estatal ABI señala que elpresidente Evo Morales apostó el domingo por el desarrollo e integración de Beni, tras la promulgación de la Ley de Protección del Territorio Indígena Parque nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), por lo que pidió que lo dejen trabajar ya que la diferencia con los ambientalistas “coloniales” -dijo- es que “todos tenemos derecho a una vida digna”.}
La Ley de Protección, Desarrollo Integral y Sustentable del TIPNIS permitirá la construcción de obras camineras en la zona, tal como la vía entre Ignacio de Moxos y Villa Tunari, entre otros proyectos.
El jefe de Estado manifestó que quienes se oponen a esa norma y al proyecto carretero “son enemigos de Beni” porque no quieren el desarrollo y la integración y más bien buscan que se viva como hace 200 años.

Lamentó que esa oposición al desarrollo haya impedido contar a la fecha con la carretera por el TIPNIS, pues si no hubieran sido esos grupos “pequeños” como son las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) “del imperio”, la vía ya estaría acabada.

“Si no hubieran sido esos pequeños grupos ya hubieran tenido carretera, ese grupo perjudica y dicen están que están de acuerdo pero dicen si el Evo el indio va hacer va ganar políticamente, entonces no hay que dejarlo”, mencionó.

Arriba, al noroeste, la zona de coca ancestral yungueña de La Asunta, cercana a Palos Blancos, en La Paz. Al sureste, Villa Tunari, con la penetración cocalera hacia el norte, en el borde del TIPNIS, y a ambos márgenes de la carretera Cochabamba-Santa Cruz, sobre el Chapare, donde la coca producida si se destina en su mayor parte al mercado no autorizado de la cocaína.

El TIPNIS y la tentación colonial

-Rafael Puente* / Por fin el Órgano Legislativo salió con la suya y abrogó la ley que decretaba la intangibilidad del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure, una intangibilidad que provenía de su carácter de parque nacional (y para colmo territorio indígena) y que, por tanto, al quedar anulada deja sin protección dicho parque, y sin territorio a esos pueblos indígenas. Así de claro.

Además la polémica es demasiado antigua para que los actuales discursos oficialistas puedan engañar a nadie. Hemos debatido larga e intensamente hace ya seis años, hemos agotado los argumentos y ahora lo que se hace sentir no es ninguna argumentación, sino el simple ejercicio del poder. Pero como probablemente les da vergüenza reconocer que es así, nos vienen atosigando con argumentaciones que vale la pena deshacer. Y básicamente me voy a referir a tres: el eslogan trumaniano del desarrollo, la pobreza en que viven muchas comunidades indígenas del TIPNIS y la vinculación de Cochabamba y el Beni.

Empecemos con el desarrollo, que es el tema dominante de los discursos justificativos. Dizque el fin de la intangibilidad se justifica en aras del desarrollo (así lo ha dicho incluso nuestro Presidente, y por supuesto todos lo que se limitan a repetirlo). ¿Acaso no habíamos quedado -en aquellos tiempos de rica participación constituyente- en que el nuevo Estado Plurinacional descartaba el viejo horizonte desarrollista y asumía el horizonte del Vivir Bien?

¿No era ésa probablemente la más profunda transformación de nuestro viejo Estado colonial? ¿No habíamos detectado el carácter tramposo de la propuesta que nos trajo el presidente norteamericano Truman (hace más de 45 años), cuando nos vino con el cuento de que hay países desarrollados y países subdesarrollados, y que éstos deberían aprender de aquéllos e irse desarrollando? ¿No tenemos todavía claro que para que todos los países del mundo logren el nivel de desarrollo que hoy ostentan los poderosos Estados del norte haría falta por lo menos siete planetas Tierra y que escasamente tenemos uno? Entonces ¿a qué viene ahora el nuevo discurso desarrollista y el definitivo olvido del Vivir Bien? Grave contradicción (con aires de claudicación).

Luego viene el argumento de los pobrecitos pueblos indígenas que viven en el TIPNIS y que serían los principales beneficiados con ese desarrollo. Como tuve ocasión de hacerle notar a nuestro Presidente (hace más de cinco años), esos pueblos que hoy habitan el TIPNIS -muy concretamente los Yuracarés- habitaban antes el Chapare (ahí están poblaciones con nombre yuracaré como Eterazama, Ivirgarzama y Cesarzama), ¿y qué pasó? Que llegó la carretera asfaltada (Cochabamba-Santa Cruz) y con ella entró en dicho territorio una lógica económica que a dichos pueblos les resultaba ajena (y a la que no podían resistir), y se tuvieron que ir, sin que dicha carretera les llevara ni salud ni educación, compañero senador Aguilar, sino todo lo contrario.

Y se fueron al TIPNIS. Si ahora la misma lógica económica entra en el TIPNIS (a beneficio de los compañeros colonizadores o interculturales) ¿a dónde se tendrán que ir Yuracarés y Yuquis y demás habitantes del TIPNIS? ¿No estamos preparando su tragedia definitiva? No nos engañemos, y por supuesto no intentemos engañar a los demás. Ese desarrollo que a algunos tanto entusiasma -como al Viceministro de Transportes, que confunde hectáreas con kilómetros cuadrados- no es para nuestros pueblos originarios de tierras bajas. Así lo confirma la resistencia a la nueva ley por parte de muchas comunidades del propio TIPNIS.

Finalmente, la necesaria vinculación entre Cochabamba y el Beni, que siempre hemos reclamado.

Esa vinculación -con lo que tiene de desarrollo- es en el mejor de los casos un derecho humano.

Pero hace años que hemos convenido, con nuestro presidente Evo, en que los derechos de la Madre Tierra son más importantes que los derechos humanos (¿o ya no?, que nos lo diga Evo en persona).

Y la carretera que se ha planificado por el TIPNIS es una flagrante violación de los derechos de la Madre Tierra. ¿Entonces? ¿Hemos de renunciar a vincularnos con el Beni? No necesariamente, podemos buscar otras vías, concretamente podemos apostar a una vinculación ferroviaria, que se puede planificar sin que afecte a las poblaciones del TIPNIS y a su condición de parque.

¿No estamos a tiempo de respetar el concepto del nuevo Estado Plurinacional, vale decir ya-no-colonial? Ojalá… (Miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba).

 

TIPNIS tangible = más cocaleros

—Xavier Albó* / Después de varios años de relativa tranquilidad, Evo y Álvaro han vuelto a arremeter fuerte para reavivar el tema de la carretera por el TIPNIS eliminando su intangibilidad. ¿Será porque la ven como su mejor oportunidad para cumplir por fin su vieja pero pendiente promesa a los cocaleros, su base central de sustento político?

He reabierto mis cientos de emails y otros materiales digitalizados de los años 2011 a 2013 y llego a esta síntesis telegráfica: “quitar la intangibilidad al TIPNIS = más cocaleros”, dórenlo como quieran. En todo caso, es en el nordeste donde más comunidades se concentran, a días de camino del tramo II proyectado.

El trabajo en que más desarrollé y a la vez sinteticé mi pensamiento, fue en mi larga Introducción al bello libro fotográfico de Alex Contreras, a partir de la VIII Marcha, de la que salió la Ley 180 sobre la intangibilidad de su territorio, algo que el Gobierno siempre quiso imponer en un sentido demasiado rígido para forzar otra alternativa.

Por el camino, otra ley (nº 222), fue velozmente aprobada (sin derogar la 180) tras una anti-marcha que ni siquiera pudo llamarse “la IX”, propiciada por los comunidades del TIPNIS afiliadas a la CIDOB/CPITCO de Cochabamba. En ella se aprobó una consulta “previa”, cuando todo ya estaba oleado y sacramentado, y se delineó un costoso procedimiento para realizarla, en el que en realidad primero se solía preguntar sobre las necesidades de la comunidad y recién después se les presentaban dos mapas, uno con carretera y otro con todo prácticamente intocable, con lo que casi todos escogían el primero, porque era el único en que podrían desarrollarse.

La Iglesia, mediante Caritas y otros de NN UU hizo una “valoración” mucho menos costosa de aquella “consulta”. Pero por su presupuesto limitado no pudo cubrir todo el TIPNIS, aunque sí incluyó las 11 comunidades que hasta el final se habían resistido a ser “consultadas”. Todo acabó de repente, sin que se aplicaran los resultados de aquella costosa “consulta previa” posterior y teledirigida, por una contraorden del Ejecutivo.

Un botón de muestra: la comunidad de Limoncito fue visitada varias veces por la consulta estatal y otra también por la “valoración” de Caritas. Las varias visitas estatales se debían a que los comunarios no los dejaban entrar, hasta que éste les dijo que habría otro trazo del camino, algo que no se menciona en el informe final. Los de Caritas, pudieron entrar desde el principio y les dijeron lo que acabo de explicar.

Este martes 8 la Asamblea Legislativa, con más de 2/3 del MAS allanó el camino para que se cambie la ley. Y colorín colorado ese cuento se habrá acabado… a menos que, como en 2011-13, la cosa se siga enredando por la resistencia popular.

Concluiré con un relato que me ha hecho la semana pasada la nieta del oficial don José Natalio Pacheco Cáceres. Cuenta que en torno a 1900, estaba entrando con tropa por el futuro TIPNIS, pero la tropa se negó a atravesar esa “tierra sagrada”. Tuvieron que hacer un rodeo que les demandó diez días más. 117 años después algo queda todavía de “sagrado” siquiera en esa parte nuclear del territorio… (*jesuita, antropólogo y lingüista)

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