Perú: ¿Partidos revolucionarios o partidos del imperialismo?

Luis Arce Borja

A propósito de una reunión de “partidos revolucionarios” en Lima realizado los días 26, 27 y 28 de agosto de 2016. Lo más saltante de este evento, no fue sin duda sus conclusiones, sino más bien la nefasta trayectoria política de algunas organizaciones participantes.

Estuvieron presentes, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), organización política de Daniel Ortega Saavedra, presidente de Nicaragua quien es odiado por la población de este país. No faltaron a esta cita otras organizaciones como el Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia, el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, la Alianza País de Ecuador, y otros que aparentan ser antimperialistas, pero que en la práctica conviven con los grupos de poder, el imperialismo y la corrupción. En esta reunión de “partidos revolucionarios”, participó el Partido Comunista de Cuba (PCC), que de esta manera se pone a tono con los nuevos y acelerados cambios pro capitalistas en Cuba “socialista”. José Ramón Balaguer, dirigente del PCC calificó,   este evento de “histórica reunión”.

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Los anfitriones, fueron dos partidos fosilizados del Perú. Estas organizaciones mafiosas y sin ninguna base social, nada tienen en común ni con la revolución ni con el socialismo. Desde hace varias décadas conviven marginalmente con la derecha reaccionaria del Perú y el imperialismo. Desde casi medio siglo utilizan el membrete de “socialista”, “comunista” y de la “revolución”, bajo el solo objetivo de servir electoralmente a los grupos de poder de este país.

¿Quiénes estos dos partidos? Se trata de “Patria Roja” (Partido Comunista del Perú), y del antiguo partido comunista del Perú pro soviético (PCP). Ambos son organizaciones fantasmales, en ruina política y desprestigiada frente a la población peruana. Sus dirigentes, son envejecidos personajes (muchos de ellos jubilados hace muchos años) que desde más de 50 años han colaborado y sostenido los peores y más reaccionarios gobiernos de este país. La existencia de estos partidos es gracias a las pequeñas dadivas que reciben de los gobernantes de turno. Algo así como cuando el amo lanza un trozo de hueso a su perro.

Patria Roja y el Partido Comunista Peruano

En 1990, llego al gobierno Alberto Fujimori y su partido “Cambio 90”. Este triunfo electoral significo el éxito político de los grupos de poder locales y del imperialismo. El gobierno de Fujimori fue la victoria de las fuerzas armada del Perú y de la CIA americana. A partir de 1990 por primera vez en este país el narcotráfico internacional controlaba completamente un gobierno y el Estado. Para el pueblo peruano, con el gobierno, se iniciaba una etapa de violenta represión, pobreza, hambre y miseria.

Pero lo que el lector no debe olvidar, es que el triunfo electoral de Alberto Fujimori, fue con el apoyo tanto de “Patria Roja” así como del “Partido Comunista Peruano”. La trayectoria política de estos dos partidos es la misma de todos los grupos que en Perú se conoce como izquierda legal, que desde más de tres décadas han sido soportes electorales de los grupos políticos de la burguesía y de las transnacionales.

Patria Roja, así como el denominado “Partido Comunista Peruano” (PCP) siempre se han presentado como el partido de la “democracia, el cambio y el socialismo”, pero han estado enganchados a los peores gobiernos de este país. Por ejemplo, en 1990, Patria Roja dijo que Fujimori era el “candidato de las masas populares” y convoco a votar por él. Discurso parecido fue el que utilizo el “PCP” para sostener subirse en el carro electoral de Fujimori. Peor aun, cuando ya Fujimori estaba en el gobierno y daba inicio a sus medidas antipopulares, ambos partidos “revolucionarios”, señalaban que no había que considerar a Fujimori como el “enemigo principal”. El verdadero enemigo, decía Patria Roja, es la gran burguesía y el imperialismo”. (Cambio 90: posibilidad y perspectiva. Patria Roja, julio-agosto 1990).

Estos dos “anfitriones revolucionarios”, fueron aliados, no solamente de Fujimori. Con el mismo cinismo apoyaron al gobierno del mafioso Alan García Pérez (APRA), el régimen de derecha de Alejandro Toledo. Sostuvieron también en el 2011 al régimen militar de Ollanta Humala. Y recientemente en el 2016 han sostenido la candidatura electoral presidencial de Pablo Kuczynski actual presidente del Perú.

En mayo de este año, a pocos días de la segunda vuelta electoral presidencial en Perú, Verónica Mendoza, la candidata electoral del “Frente Amplio”, una organización de toda la “izquierda” oficial, incluidos “Patria Roja”, y el “Partido Comunista Peruano”, llamó a votar por Kuczynski, según ellos para “cerrarle el paso a la derecha y al fujimorismo. Verónica Mendoza, dijo públicamente, que había que “dejar de lado diferencias políticas y solicitó a quienes creyeron en su candidatura votar por Pablo Kuczynski para defender la democracia. Bravo dijeron “Patria Roja” y el PCP.

¿Amnesia u olvido? Esta “izquierda”, ha cerrado los ojos que Kuczynski, es un anticomunista y enemigo jurado de cualquier reforma social a favor del pueblo. El presidente actual es un representante de las grandes transnacionales afincadas en Perú. En el 2011, Kuczynski, declaro públicamente su admiración por Alberto Fujimori, y el mismo año sostuvo la campaña electoral de Keiko Fujimori, la hija del mafioso ex presidente.

El presidente peruano y actual aliado de esta “izquierda”, decía en apoyo del fujimorismo en plena campaña presidencial del 2011, “¿Quién acabó con el terrorismo?, ¿quién acabó con la hiperinflación? Yo no olvido y ustedes tampoco […] Tenemos que tener esperanza en un Perú mejor, que en 5 años sea un país más próspero y menos pobre, queremos una economía estable. Y Keiko sí puede”, aseveró aquella ocasión PPK, a lo que el público respondía gritando “Fujimori”, “chino, chino”, “sí se puede”, entre otras aclamaciones. (La Republica 8 de enero 2011)

Como se podrá ver en el siguiente resumen sobre “Patria Roja” y su peregrinaje político no es nada diferente a la trayectoria del llamado “partido comunista peruano”. Aquí un resumen de un artículo publicado en octubre del 2002 (1).

Hasta fines de la década del 80 Patria Roja señalaba en sus documentos partidarios que frente a la crisis sin salida del sistema oficial peruano, había que “preparar las condiciones subjetivas y materiales mínimas suficientes para desencadenar la guerra popular”. Y agregaba al final de sus discursos “el poder nace del fusil”. Curiosamente, en 1980, sin haber ningún indicio de que la crisis del sistema se había superado, Patria Roja cambio de libreto.

Reemplazó la oratoria incendiaria por el discurso “democrático” y clientelista. Se acopló al circo electoral que la dictadura militar en complicidad con las elites políticas del país había programado para camuflar la grave crisis social, política y económica del país. Para estas elecciones Patria Roja organizó su propio frente electoral que denominó Unión de Izquierda Revolucionaria (UNIR), y puso como candidato a la presidencia a Horacio Zevallos Games, un personaje nada relevante que en dichas elecciones sólo consiguió el 3.4% de la totalidad de los votos presidenciales. Pocos años después Zevallos murió, y no precisamente en acto heroico, sino a consecuencia de un alcoholismo crónico que le destrozó el hígado.

Desde 1980 para adelante, Patria Roja aparece no solamente como uno de los más entusiastas partidarios del montaje electoral, sino también sosteniendo la candidatura de caudillos ambiciosos y reaccionarios. Para las elecciones de 1985, Patria Roja se unió a Izquierda Unida (IU) cuyo candidato a presidente fue Alfonso Barrantes Lingán quien hizo “carrera política” cuando se convirtió en uno de los más cercanos colaboradores de Alan García Pérez, que como se sabe fue un mandatario corrompido y criminal.

Barrantes, que se autocalificaba “socialista” y “mariateguista” (en referencia a José Carlos Mariátegui, fundador del Partido Comunista del Perú en 1928), en su discurso electoral llamó al pueblo a respaldar a las criminales fuerzas militares señalando que, “valoramos especialmente la concepción peruana de seguridad elaborada por la propia Fuerza Armada que articula seguridad con desarrollo y bienestar de la población”. (Barrantes, FF.AA. y seguridad nacional, La República noviembre 1984). En el momento que el candidato de Patria Roja, hacía apologismo a favor de los militares, por lo menos 6,000 ciudadanos habían sido asesinados por las fuerzas armadas y 850 personas habían “desaparecido” en los cuarteles del ejército.

Barrantes Lingán, perdió las elecciones y en la segunda vuelta electoral entregó sus votos a favor de Alan García Pérez y convoco a las “masas” a sostener al flamante gobierno del Apra. Patria Roja apoyó la decisión de sostener al Apra. De esta manera, García Pérez, que la historia lo recuerda como uno de los presidentes peruanos más antipopulares y corruptos, ganó las elecciones con el apoyo del conjunto de las organizaciones de Izquierda Unida (IU), incluida “Patria Roja”, y el “partido comunista peruano”. La alianza Barrantes Lingan- Alan García Pérez se prolongó hasta el final catastrófico del régimen aprista, y en repetidas oportunidades el líder de IU se pronunció públicamente para sostener los más abominables crímenes cometidos por el gobierno. Por ejemplo, en junio de 1986, apoyó la matanza de 300 prisioneros de guerra en tres penales del país.

Patria Roja, se sintió reivindicado con el triunfo electoral de Alan García Pérez. Este partido en un comunicado publicado en junio de 1985 (después de las elecciones), y a modo de balance electoral, interpretaba los resultados electorales (el triunfo del Apra) como si se tratara de un hecho relevante a favor del país y el pueblo. No ocultó sus esperanzas en el gobierno de Alan García, señalando que “las elecciones del 14 de abril confirmaban las tendencias básicas en el comportamiento del electorado que, recusando el continuismo acciopopulista, espera cambios en la conducción política y económica, abriendo paso a la realización de transformaciones sustantivas…”(Patria Roja, comunicado de junio de 1985).

Patria Roja y Henry Pease

Para las elecciones generales de 1990, Patria Roja abandonó a Barrantes Lingán y apareció apoyando fanáticamente a Henry Pease, candidato presidencial de ocasión de Izquierda Unida (IU). Pease fue durante más de 20 años la cabeza principal de DESCO una lucrativa ONG que se presentaba como Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo). Esta organización fue creada en 1966, y desde sus inicios mantuvo estrechos lazos económicos y políticos con la socialdemocracia europea y los centros internacionales de financiamiento de la iglesia Católica, como por ejemplo la Organización Católica de Cooperación al Desarrollo (Cebemo) con sede en Holanda o Misereor agencia de la iglesia católica alemana.

Esta ONG estaba bien enganchada a la ayuda económica que llegaba de la transnacional alemana BAYER, cuyos productos químicos eran promocionados en el agro peruano por la ONG de “izquierda” de Pease. Desco durante toda su existencia ha mantenido una estrecha relación con el Estado peruano, y fue uno de los proveedores de funcionarios, asesores, y ministros de los diferentes regímenes del país, incluyendo las dictaduras militares.

Para dicha elecciones Patria Roja estrenó una estridente consigna que señalaba: “! Porque quiero a mi país voto por Henry Pease! ¡Izquierda Unida para una nueva vida!”. (Comunicado público de Patria Roja, marzo 1990). Lo cómico de este giro electoral de Patria Roja, es que 60 días antes de las elecciones había señalado en términos de los más solemnes y graves que “la crisis madura las condiciones objetivas de la revolución. No perdamos de vista que está en curso una situación prerrevolucionaria en rápida maduración”. (XI Pleno del Comité Central, febrero 1990). Pero además, en 1989, meses antes de dichas elecciones generales el mismo Alberto Moreno se encargó de anunciar que su partido “ingresaba a una nueva fase de lucha revolucionaria acelerada por la crisis y por el proceso de polarización social y política”. (Patria Roja, diciembre-enero 89-90).

Henry Pease, después de su derrota electoral, adoptó la misma conducta política que Alfonso Barrantes. Pease convocó a la población a votar por Alberto Fujimori, de quien dijo; “era la alternativa popular de 1990”, y que su victoria con los votos de “las izquierdas y del Apra”, hacían de este éxito electoral “un triunfo popular”. (Henry Pease, diario La República 30 de diciembre de 1990). Por su parte Alberto Moreno, líder de Patria Roja acatando la orden de Henry Pease, convocó a votar por Alberto Fujimori, a quien calificó de “representante de la pequeña burguesía” y de las masas pobres y emergentes. Dijo también que “Cambio 90” (el partido de Fujimori) representaba “una aluvional emergencia populista en el seno de la sociedad”. Señalando además que el triunfo electoral de Fujimori había significado la “derrota de la gran burguesía peruana”. (Patria Roja, julio de 1990).

Patria Roja comprometida hasta el cuello en el triunfo electoral de Fujimori, señaló en términos de balance de las elecciones que “fue correcta la decisión de votar por Cambio 90 en la segunda vuelta electoral a fin de bloquear los planes de la ultraderecha”. (Informe Político, agosto 1990).

Patria Roja, que ya había transitado por el patio trasero de palacio de gobierno en la época del aprista García Pérez, repetía el plato ahora con Fujimori. Para este fin, Patria Roja, tendió un puente de colaboración con el nuevo régimen, pretendiendo para ello pasar el contrabando de que no había ninguna relación entre el gobierno de Fujimori y la burguesía peruana ni con el imperialismo. Llamó a no ver como enemigos a los flamantes administradores del Estado: “Seria un graso error político tipificar a Fujimori y Cambio 90 como el enemigo principal contra el cual habría que descargar todas las baterías. Ello implicaría tender un manto y esconder el verdadero enemigo principal del pueblo peruano: la gran burguesía y el imperialismo”. (Patria Roja, órgano del Comité Central, julio-agosto 1990).

A mediados del año 1999, cuando la dictadura de Fujimori se encontraba tambaleante a consecuencia de sus propias contradicciones internas, Alberto Moreno (líder de Patria Roja), hizo una pregunta a sus raleados seguidores: “¿Qué hacer?”. Su respuesta fue: “En primer lugar….buscar una alianza electoral lo más afín posible”. (Alberto Moreno, 14 de agosto 1999). Así en abril del 2000 en un comunicado del “Movimiento Nueva Izquierda” novísimo inventó electoral de Patria Roja, se llama a las masas a respaldar la candidatura electoral de Alejandro Toledo, y como dice este partido para “abrir paso a una salida democrática, patriótica, descentralista, de desarrollo con justicia social”. (Abril 2000, comunicado firmado por Alberto Moreno).

 

En plena crisis del régimen de Toledo, a quien Patria Roja había sostenido para llegar al poder, Moreno plantea como pomada milagrosa para detener el derrumbe del Estado y la sociedad, un adelanto de elecciones generales. Como dice el propio Moreno, para “cerrarle el paso a la derecha” y evitar una “ingobernabilidad” del Estado. El “subversivo” planteamiento de Patria Roja, recurre al circo electoral como acción protectora del Estado y del sistema actual. Así Moreno declara que su partido “no está interesado en desestabilizar al gobierno y menos tratar de derrocarlo…el adelanto de elecciones propuesto por Patria Roja no tiene ningún afán desestabilizador, sino a una salida realmente democrática que se haría necesaria ante la profundización de la crisis política e ingobernabilidad que se avizora si no se corrige el rumbo seguido por el régimen toledista…es para cerrarle el paso al golpismo y al autoritarismo al que pretenden empujarnos algunos sectores de la derecha”. (Patria Roja, 29 de setiembre 2002). Como se ve, para Moreno el régimen de Toledo era una cosa y la “derecha” peruana es otra cosa. ¡Extraordinario análisis marxista!

Y así para adelante, “Patria Roja”, sigue hablando de la “revolución”, pero sin embargo sigue de saltimbanqui de todos los reaccionarios y farsantes que han pasado por el gobierno peruano. Toledo, Ollanta Humala, y ahora Pablo Kuczynski, han contado con el apoyo de este grupo que ridículamente se llama “marxista-leninista” de la misma forma que el viejo “partido comunista peruano”.

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