Otra de intransparencia

¿Por qué YPFB venderá a Paraguay GLP más barato que a Bolivia?

Rolando Carvajal

-A precio de exportación al mercado paraguayo, la garrafa  de 10 kilos de gas licuado sería Bs  19,6  pero se comercializa en Bs  22,5. Petropar pagará 282 dólares la tonelada métrica; para los bolivianos cuesta unos 347 dólares

 

 

Rolando Carvajal

 

La Paz, 26 – Seis días después de anunciar que comercializará en Paraguay 1.000 toneladas métricas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) adicionales, la estatal YPFB no había aclarado por qué en el mercado interno boliviano este hidrocarburo costará 65 dólares más caro que el que compre Paraguay.

La relación  282 $us/TM para PetroPar y  347 en Bolivia, daba como resultado que el precio de la garrafa doméstica de 10 kilos de GLP llegaría en realidad a ser  Bs 19,60, a precio de exportación, aunque regularmente se venda en el país en Bs 22,50, advirtieron diversos especialistas que llamaron la atención sobre puntos brumosos de la reciente operación.

“Tampoco en el tema específico del contrato hay claridad. Lo único seguro es el precio de venta de la tonelada métrica; 282 $/TM,  68 dólares menos que los anteriores contratos y algo más del precio internacional Mont Belvieu”, dijo este fin de semana el analista Francesco Zarati.

Junto con sus colegas Hugo del Granado, Bernardo Prado y Alvaro Ríos coincidió en que una de las razones para adjudicarse la venta de GLP a Paraguay es el temor de que, sin compradores de su producción, entre en parálisis la nueva planta de separadora de líquidos Gran Chaco.

Actualmente, la planta ubicada en Yacuiba, frontera con Argentina y próxima a Paraguay, estaría operando a menos de un tercio de su capacidad.

“Gran Chaco sólo produce 34 cisternas por día para enviar exclusivamente a Paraguay, porque es el único mercado que tiene la planta. Está diseñada para producir 2.247 toneladas por día de GLP y sólo produce 650 toneladas, es decir, está operando a menos del 30% de su capacidad, luego de más de un año de ser inaugurada”, dijo Del Granado, consultado la semana pasada por Página Siete.

Prado agregó que YPFB quiere mantener a cualquier costo el mercado de  Paraguay, pero que en medio de esto  “hay una serie de  dudas que deben ser aclaradas por las autoridades”

Por ejemplo, la idea de construir la planta era romper la dependencia y generar utilidades, pero “¿hasta qué punto se está cumpliendo este objetivo?”.

Ríos refirió que simplemente la petrolera estatal aprovechó el costo de  oportunidad al tomar el mercado paraguayo con un precio “agresivo”.

“Toda toma de mercado es importante, porque  hay que entrar y competir con precios, calidad, confianza y con una serie de parámetros. Bolivia tenía que entrar al mercado de Paraguay, caso contrario la planta de Gran Chaco quedaría parada sin mucha utilidad”.

El precio ofertado por YPFB para ganar la licitación de aprovisionamiento de GLP a Petropar fue un  46 %  por debajo del propuesto por Trafigura, una de las transnacionales del sector y frecuente protagonista de los congresos Gas&Petróleo de la estatal boliviana.

Los 282 dólares por tonelada métrica corresponden a venta en origen (en planta), mientras Trafigura ofertó un precio de 525 puesto en destino, por lo que la diferencia se remitiría a los costos de transporte.

Sin embargo, esos precios no serán los que finalmente se pagarán, observó el diario ABC de Asunción, el 19 de septiembre.

El punto 10.7 del pliego de bases y condiciones refiere que “el precio de la oferta inicial en US$/tonelada métrica (TM) resulta de la cotización referencial igual a 231,956 US$/TM, más o menos el diferencial ofertado (US$/TM), en la carga de propuesta” por lo que atendiendo a que las cotizaciones referenciales se irán actualizando cada semana.

INTERNACIONALIZACION DE YPFB

“El resultado de la licitación representa el inicio de una relación comercial entre YPFB y PETROPAR que permitiría a la población paraguaya contar con acceso a energía con un importante impacto social en condiciones favorables para el Estado Plurinacional de Bolivia”, dijo YPFB al anuncia el resultado, la pasada semana.

La operación “ratifica  la internacionalización de YPFB con importante presencia en países limítrofes como Perú y Paraguay con actividades relacionadas con la comercialización, considerando la gran experiencia y conocimiento que posee en este eslabón de la cadena hidrocarburífera”, señaló antes de ingresar en mutismo sobre el tema.

A comienzos de junio pasado, la Agencia de Noticias YPFB dio cuenta de la firma del convenio de exportación de GLP, en el marco del encuentro bilateral entre los presidente  Evo Morales y  Horacio Cartes

“El presidente Morales apuntó que este acuerdo energético permitirá al pueblo paraguayo acceder a energía más barata, generando además márgenes e importantes utilidades para ambas empresas hidrocarburíferas”, dijo entonces AN-YPFB.

El principal ejecutivo de YPFB anticipó estudios para la instalación de redes de gas domiciliario en varias poblaciones paraguayas, mediante la exportación de Gas Natural Licuado (GNL) que sería regasificado en plantas instaladas en el vecino país.

La principal empresa estatal trabajaría en todo el proceso, desde la instalación de redes hasta el abastecimiento.

Sin embargo, la susceptibilidad en Asunción se concentraba en la insistencia por YPFB y las secuelas de los antecedentes de corrupción que rodearon a la importación de hidrocarburos.

Desde un principio se apuntó a dirigir y entregar este negocio a YPFB por razones que hasta ahora se desconocen —observó ABC— y hasta el propio Ejecutivo paraguayo presentó el año pasado al Congreso un proyecto de ley a través del cual se pretende que la estatal boliviana le venda gas a Petropar por 20 años.

“Esto, a pesar de todos los antecedentes de corrupción que rodearon a este caso, como el intento de comprar garrafas sobrefacturadas, así como el fracaso que ya registró Petropar en el pasado cuando operó en el rubro gas, ocasión en que desapareció el millonario lote de cilindros de gas que habían adquirido el ente”.

GESTION DE LA RENTA

El eventual éxito de la internacionalización de YPFB y de la utilidad de la planta Gran Chaco quedan ofuscados, sostuvo en La Paz Zarati “por las lacras de la gestión energética actual: falta de información transparente y exceso de datos confusos y contradictorios; camuflaje de las dificultades y magnificación de logros, y buenos deseos”.

“De hecho, sospecho que se ofertó un precio exageradamente bajo (casi la mitad del otro proponente) por la desesperación de ganar el contrato. ¿Por qué digo desesperación? Acá salta a la luz lo más feo del proyecto GLP: la planta Gran chaco, que costó 500 millones de dólares, estaría operando al 30% de su capacidad de 2.500 TM/día, debido a una suma de desaciertos que no vale la pena recordar”.

En los últimos meses, a fin de aumentar el flujo de los negocios en Bolivia el gobierno ha insistido su oferta a las transnacionales de más y mejores mercados, incentivos y reservas hidrocarburíferas en el contexto de la  monetización acelerada de los campos sobrexplotados garantizada por la estabilidad política que proclama el gobierno para este y los próximos periodos a la cabeza del presidente Evo Morales.

Los precios de exportación del gas boliviano habían caído a medio año hasta un 44 % respecto de los vigentes el 2015. Y lo que el 2012 se llegó a vender en 11,12 dólares (a Argentina, por millar de BTU/unidad térmica británica) y 9,4 dólares (a Brasil) estaba previsto que baje a 3,1 y 2,9 $Us/BTU, respectivamente.

El presidente Morales confirmó la baja progresiva de la renta petrolera a 2.500 millones de dólares (MM/$us) en la gestión 2016.

El año 2014 la cuota parte de Bolivia en el negocio alcanzó el máximo de 5.489 MM/$us, de acuerdo con el informe presidencial 2006-2016, de enero pasado.

Según la tendencia señalada por Morales, de 16.000 MM/$us al 2020, el promedio de esa renta  no rebasará los 3.200 MM/$us anuales.

En realidad, la sobreexplotación de los campos a consecuencia de la acelerada monetización de las reservas declinantes para financiar los gastos del gobierno, databa desde la gestión 2012 cuando comenzó a observarse los primeros síntomas del despilfarro de la renta petrolera y el paulatino aumento de las ganancias de las transnacionales, tanto por utilidades como por costos recuperables que ascendían a 11.000 solo entre 2006 y 2014)

Por otro lado, el gobierno se había hecho para sí desde la nacionalización del 2007 de la mayor parte de la tajada nacional (en total 33.768 MM/$us entre 2006-2016), a costa de las regiones y otras instituciones, tras sumar al 16 % de participación de YPFB (5.491 MM/$us) otros 2.571 MM/$us por el manejo en el Tesoro nacional (TGN) de porciones asignadas al Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH, como recursos al Fondo Indígena, Fuerzas Armadas, etc.), y a Regalías (6 % para el TGN), así como la recaudación de impuestos up y dow stream (7.180 MM/$us) cobrados por el SIN

En junio pasado, durante la Cátedra Marcelo Quiroga Santa Cruz de la Universidad Mayor de San Andrés, se confirmó que de la renta petrolera sólo el 40 % (unos 13.400 MM$us) correspondía a IDH, según cuadros del analista Raúl Velásquez, de la Fundación Jubileo.

El resto correspondía  un 15 % a Regalías (5.100MM/$us), en tanto que la porción mayor del 45 % estaba administrada por el gobierno, se verificó también, de acuerdo a la distribución de la renta petrolera nacional, con base en cifras oficiales.

En el mismo evento, el analista Juan Carlos Guzmán señaló que “la exportación es cada vez más ineficiente, pues actualmente exportamos cuatro veces más para producir la misma riqueza”.

 

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