Bachelet y sus desvaríos contra Venezuela

Eduardo Andrade Boné

En realidad para cualquier persona que se sienta de izquierda y comprenda el desarrollo de los acontecimientos que se viven en Venezuela y la enconada lucha de clases que se vive en el país les llama la atención la conducta de un gobierno que se dice de centroizquierda, pero que se alinea con las políticas desestabilizadoras promovidas por el actual títere de los Estados Unidos y secretario general de la OEA, Luís Almagro, quien es el que encabeza la cruzada desestabilizadora contra la llamada revolución bolivariana.

Ello debido al impase que se ha producido con respecto a la detención del ciudadano venezolano Braulio Jatar Alonso, que como dice el comunicado de la cancillería venezolana, es quien en la Cuarta República sufrió privación de libertad por comisión de delitos graves tipificados en la legislación criminal venezolana, y que se encuentra procesado en la actualidad por su responsabilidad en delitos de extorsión, fraude, legitimación de capitales y contra el orden constitucional y democrático en Venezuela, entre otros, cuestión que por cierto no dan a conocer los medios de prensa chilenos y que son tergiversadas por el gobierno de la Sra. Bachelet.

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En este sentido Chile una vez más, junto a los representante del pinochetismo (UDI-RN) y algunos desquiciados ligados a las redes de corrupción política, en particular de la Democracia Cristiana buscan rasgar vestiduras y dar lecciones de democracia al resto de los países de la región. El gobierno de Chile, ni siquiera ha tenido la delicadeza suficiente para conocer los pormenores de los ilícitos efectivos y reales en los cuales se encuentra involucrado el Sr. Jatar.

El gobierno venezolano a aclarado que el ciudadano Braulio Jatar Alonso, es venezolano, tiene su domicilio en Venezuela, su actividad económica principal la ejerce en Venezuela, y cometió delitos en territorio venezolano. No existe un ápice de interpretación y duda, en el marco del Derecho Internacional Público y Privado, sobre la legislación venezolana aplicable, no sometida a asistencia consular de país extranjero alguno.

En realidad no nos debe sorprende la postura de la seudo democracia chilena, de los medios de prensa chilenos y del gobierno de la Sra. Bachelet, pues la campaña propagandística contra el proceso de cambios que vive Venezuela, siempre ha sido gatillada por el pinochetismo y los neoliberales de la ex Concertación, dicha campaña más parece dirigida al consumo interno, ante los graves problemas de legitimidad y desprestigio en que se encuentra sumida la autodenomina clase política chilena, producto de su involucración en actividades corruptas.

Al respecto el defensor del pueblo de Venezuela, Tarek William Saab, expreso ante la detención ciudadano venezolano Braulio Jatar que «es inmoral que desde Chile sectores pinochetistas pretendan darnos clases de Derechos Humanos», enfatizó el funcionario ante los medios de prensa venezolanos. En esa línea, Saab aseguró que su despacho se mantiene activo defendiendo los derechos de todos los ciudadanos que se encuentren atravesando un proceso judicial sin hacer ninguna distinción. En el caso específico de Jatar, el defensor afirmó «que se pudo desmontar la estrategia mediática que pretendía hacer creer a la opinión pública nacional e internacional» que el profesional, al igual que otros detenidos, no recibía un trato responsable, con garantías judiciales.

También llama la atención que la cancillería chilena y los medios de prensa de este país, no hayan invitado al embajador venezolano en Santiago, para poder conocer la versión de los hechos y que están relacionados con la detención del Sr. Jatar. Más bien el ministerio de relaciones exteriores chileno y la prensa del país, se han dedicado a hacer un escarnio público del gobierno de Nicolás Maduro. Con ello Chile busca además desviar la atención ante la grave crisis política e institucional que aqueja al país del cono sur.

Precisamente Chile es uno de los países con menor autoridad moral, para dar lecciones de democracia en la región, puesto que aún sobrevive con la Constitución fraudulenta y antidemocrática impuesta por la dictadura, y con un modelo económico (neoliberal) impuesto a sangre y fuego por el régimen cívico-militar, y que tanta penurias en sus condiciones de vida, le ha causado a la gran mayoría de los chilenos.

Pero la posición de Chile con respecto a Venezuela, no es nueva. Recordemos que cuando se produjo el intento del golpe militar-empresarial en contra del gobierno del presidente legítimo de Venezuela, Hugo Chávez, el seudo demócrata que la oficiaba de presidente de Chile, el Sr. Ricardo Lagos, obedeciendo órdenes del Departamento de Estado norteamericano, fue prácticamente el único mandatario latinoamericano que se apresuro a reconocer el golpe empresarial contra el mandatario venezolano.

Al respecto el parlamentario comunista, Daniel Núñez, requirió a la Cancillería nacional actuar «con más cautela o con más responsabilidad». «La verdad es que aquí hay mucha desinformación y yo creo que el Gobierno debe ser muy cauteloso, muy cuidadoso de no hacer juicios precipitados, hacer palabras temerarias que después impliquen echar a perder las relaciones con un país como es Venezuela», afirmó. «Yo creo que esta política del canciller (Heraldo Muñoz) de ponerse casi a vociferar y hacer un escarnio público a Venezuela no ayuda. Y yo le pediría que si se van a hacer gestiones, que se hagan en forma reservada y de esa manera puedan tener mejor éxito porque de lo contrario un país extranjero, cualquiera sea, esto es tomado como una agresión», agregó Daniel Núñez.

Luego el diputado agregó que según lo que es de su conocimiento, el proceso contra Jatar se está cumpliendo según el debido proceso y mostró la disposición del PC de colaborar en el diálogo con Venezuela si así se les solicita. «De la información que yo tengo, se cumplen ciertas garantías mínimas. De todas maneras siempre uno está preocupado que eso sea como corresponde. En eso la preocupación es natural que exista, pero de la información que yo tengo, es que está detenido en un lugar público, tiene comunicación con sus familiares, se ha podido comunicar con su abogado, se le han formulado cargos y lo que corresponde es que tenga derecho a la defensa», dijo Núñez.

Todos sabemos que las políticas conspirativas de los Estados Unidos en la región, siempre busca países vasallos para modificar el cuadro geopolítico latinoamericano, y para eso usa a Chile. De allí que no nos debe extrañar el papel intervencionista del país del cono sur, en los asuntos internos de Venezuela. Para ello el gobierno de la Sra. Bachelet en la práctica concreta real, cierra filas con los sectores golpistas, reaccionarios y de la derecha venezolana y de la región, que esta empeñada en utilizar todos los recursos a su alcance para desestabilizar y poner fin a la revolución bolivariana.

No es raro tampoco, que en este sentido la oligarquía nacional venezolana, como la de toda la región se sumen y apliquen de forma sistemática y calcada, todo lo que hizo EE.UU. para poner fin al gobierno de la Unidad Popular, encabezado por la figura inmortal del presidente Salvador Allende, y que hoy los venezolanos conocen muy bien.

En realidad Chile, debiera estar más preocupados de resolver sus problemas limítrofes con Perú, Bolivia y Argentina, antes de inmiscuirse en los problemas internos de otros países, El país del cono sur debiera estar más preocupado de resolver sus propios problemas internos en materia de pensiones salarios, educación salud, delincuencia, corrupción política-empresarial, protección de sus recursos naturales, etc.

Entonces decíamos que Chile, no tiene autoridad moral para dar lecciones de democracia o de defensa de los derechos humanos a cualquier otro país, puesto que el país del cono sur aún supervive con una Constitución antidemocrática emanada de una dictadura. Chile aún no cuenta con un estado de derecho que emane del voto popular. Además Chile aún no cuenta con un parlamento representativo de la voluntad de los electores, pues fue elegido bajo un sistema electoral antidemocrático (binominal), lo que desde ya habla muy mal de la “democracia” chilena. De allí que Chile no debiera “ver la paja en el ojo ajeno, si no es capaz de ver la viga en su propio patio interior”.

Como dice el refrán “para hablar y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”, ya que Chile aún no resuelve los problemas derivados de las violaciones a los derechos humanos, pues en el país aún hay presos políticos de las organizaciones de los pueblos originarios chileno. Cabe recordar que Chile constantemente esta siendo requerido por organismos internacionales de derechos humanos, para que enmiende su situación interna en este plano. En un país además en donde los gobiernos post dictadura y un sector de la autodenominada clase política, se han empeñado en tender un manto de impunidad ante las violaciones a los derechos humanos, cometidas bajo la dictadura cívico-militar.

De allí que cabe destacar que los gobiernos post dictadura y sus medios de prensa, han venido demostrando permanentemente su histeria anti venezolana, además de alinearse con las políticas agresivas de los Estados Unidos con respecto a Venezuela y el uso y abuso que hace el Imperio de un organismo como la OEA que se encuentra profundamente desprestigiado en la región y que solo obedece a los intentos desestabilizadores de la oligarquía venezolana, los grupos económicos y los intereses geopolíticos y hegemónicos de los EE.UU., para la región.

Finalmente cabe destacar que los Estados Unidos busca desesperadamente agotar todos los recursos a su alcance utilizando países vasallos como Chile, España, Brasil, Argentina o Colombia, para desencadenar el quiebre democrático en Venezuela e instaurar un régimen que sea dócil a sus intereses geopolíticos, al costo incluso de un baño de sangre, al igual como hiciera en Chile bajo el gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Allende, cuestión que debieran tener muy en cuenta las fuerzas políticas latinoamericanas y del mundo que se dicen de izquierda.

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