41 muertos en un mes de conflictos sociales

Publicado el: febrero 13, 2003 4 min. + -
El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress

Se mantiene el pedido de renuncia del presidente 41 muertos en un mes de conflictos sociales (Bolpress.com).- Un mes de conflictos sociales en Bolivia, tiene un saldo sangriento: 41 personas muertas, más de un centenar de heridos y un clima de incertidumbre en toda la población.

Se mantiene el pedido de renuncia del presidente

41 muertos en un mes de conflictos sociales

(Bolpress.com).- Un mes de conflictos sociales en Bolivia, tiene un saldo sangriento: 41 personas muertas, más de un centenar de heridos y un clima de incertidumbre en toda la población.

Aunque la realización de las movilizaciones ya era previsible desde la misma posesión del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, el gobierno sorteó los problemas en los primeros tres meses de su gestión. Pero la falta de respuestas positivas a los pedidos de diversos sectores sociales generaron las condiciones para un clima de convulsión social que no pudo ser aplacado por el gobierno.

Desde que el 13 de enero se iniciaran los bloqueos de cocaleros, el clima de tensión social creció como si fuera una bola de nieve. El inconformismo de diversos sectores sociales estalló finalmente en medidas de presión que fueron desde marchas de protesta callejeras, caminatas desde localidades cercanas a la sede de gobierno, crucificciones, bloqueo de caminos y amotinamiento, en el caso de los uniformados.

Productores de coca del Chapare y de los Yungas, rentistas y jubilados, campesinos y colonizadores, maestros urbanos y rurales, universitarios, mineros y por último policías fueron los protagonistas de las medidas que en algunos casos lograron arrancarle al Poder Ejecutivo la firma de acuerdos y compromisos tal el caso de los jubilados, que consiguieron mantener sus rentas indexadas al dólar en el ajuste anual.

Sin embargo, hasta ahora muchas exigencias aún no recibieron soluciones, pese a que en Cochabamba la dirigencia del Estado Mayor del Pueblo ?organización conformada por distintos sectores de trabajadores y campesinos? acordó con el gobierno la formación de siete mesas de diálogo para tratar temas de interés nacional y carácter estructural como el rechazo al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, la salida del gas boliviano por un puerto chileno, la revisión del proceso de capitalización y temas sectoriales como lo son los pliegos petitorios de los diferentes gremios. Antes de este acuerdo, los enfrentamientos dejaron un saldo de 17 muertos.

En este clima por demás tenso, el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada lanzó un impuestazo a los salarios de los trabajadores, provocando con esta medida ahondar más la crítica situación social. El impuestazo, nombre que recibió la intención del gobierno, se convirtió en el detonante que provocó un amotinamiento de los policías al que el gobierno intentó enfrentar con una táctica que le dio frutos en el primer bloqueo: ninguna negociación mientras se realicen movilizaciones.

Sin embargo, esta decisión ?atribuida por analistas al ministro de la Presidencia, Carlos Sánchez Berzaín,? resultó ser nefasta, porque el gobierno optó por intentar controlar la situación con militares que se enfrentaron, balas contra balas, con los policías amotinados, convirtiendo la plaza Murillo en un campo de batalla que en la víspera dejó el saldo de 18 muertos.

La turbulenta situación social, obligó al gobierno a negociar, presión de por medio con los policías y, después de una larga negociación ?en la que no participó el ministro Sánchez Berzaín, convertido en el personaje central de las anteriores negociaciones? logró la firma de un acuerdo que logró el retorno de los policías a sus funciones.

Aún así, la jornada de hoy volvió a ser violenta, porque se registraron nuevos enfrentamientos, esta vez entre militares y manifestantes, que hoy dejaron un saldo de ocho muertos un al menos 21 heridos. En esta lista se incluye la muerte de una enfermera que recibió un disparo, según testigos, de militares cuando acudía en una ambulancia a socorrer a las víctimas de los enfrentamientos que se registraron al medio día en el centro de la ciudad de La Paz.

Los enfrentamientos también se repitieron en otras ciudades del país.

Bolivia vive una tensa calma y, aunque la calma retornó al país, persisten los pedidos de renuncia del presidente y vicepresidente, los mismos que aparecieron en enero y que ahora fue coreado por miles de marchistas en las ciudades del país.

Según Evo Morales, segundo en las elecciones de junio del pasado año, la renuncia es considerada como la única salida que pacificará al país.

Atrás