Gatilló el conflicto en septiembre
EL TEMIBLE MALLKU DE LA INSURRECCIÓN DEL 2003
La periodista Amalia Pando en una conferencia de prensa le preguntó: “¿Por qué escogió el camino del terrorismo?”. La respuesta de Quispe fue interpeladora para Bolivia: “Porque no quiero que mi hija sea su sirvienta (…)”.
A 500 años de la conquista española, en 1992, fue detenido, torturado y encarcelado por encabezar una guerrilla. En 2000, en La Paz y Oruro, timoneó un “levantamiento de indios”, que hirió de muerte al neoliberalismo. En septiembre y octubre de 2003 fue el engranaje de una insurrección victoriosa.
El protagonista de esas gestas fue Felipe Quispe Huanca, “El Mallku” (El Cóndor).
Nació en Achacachi, La Paz (1942- 2021). En 1990 fundó el Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK). De 1998 a 2006 fue secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).
Entre abril de 2000 y octubre de 2003 dirigió varias revueltas campesinas que coadyuvaron en la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (“Goni”).
PRESO
El primer día que visitó la cárcel, mi hijo Phily me dijo: “¿Papá, qué haces aquí? ¡Vamos ya a la casa, recoge tus cosas…!”, recordó “El Mallku” en el libro Mi captura, para luego explicar que el niño solo tenía tres años, “inocente de las leyes del sistema imperante”.
Esa detención no lo quebró. En las reuniones, con cierta ironía, él decía que “la cárcel, en realidad, era una escuela de revolucionarios”. Ahí se formó como historiador.
Afirmó que nunca quiso ser un hombre importante: “Sentía un dolor profundo por la discriminación social (…) Es por ello que Amalia Pando en una conferencia de prensa me preguntó: ‘¿Por qué escogió el camino del terrorismo?’ Mi respuesta fue simple: ‘Porque no quiero que mi hija sea su sirvienta y ni que mi hijo sea su cargador (…)’”.
Desde otra óptica, el entonces agente de inteligencia de la Policía, Germán Linares, en Historia secreta del terrorismo, sostuvo que la posición de “El Mallku” estaba “cargada de resentimientos”: por sus “antecedentes delictivos se colige que lo que buscaba era ‘agudizar las contradicciones’ y convertir al país en un campo de batalla”.
ENEMIGOS
Con indomable espíritu, Quispe desató una “guerra sin cuartel” contra el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) de Jaime Paz, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de Sánchez de Lozada, la Unión Cívica Solidaridad (UCS) de la familia Fernández, Acción Democrática Nacionalista (ADN) de Hugo Banzer, el Movimiento Bolivia Libre (MBL) de Juan del Granado, la Nueva Fuerza Republicana (NFR) de Manfred Reyes Villa y el Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación (MRTKL) de Víctor Hugo Cárdenas.
En ese marco, en abril de 2000 el líder indígena prendió la mecha de la insurrección. Con la CSUTCB en pie de combate, acompañó con un bloqueo de carreteras la “guerra del agua” en Cochabamba y el “levantamiento policial”.
El temible “Mallku” organizó desde abajo todo un dispositivo de sublevación, que tuvo su cúspide en septiembre y octubre de 2003.
GAS
El 4 de septiembre de 2003, el matutino La Prensa informó que Sánchez de Lozada y el presidente Vicente Fox iban a firmar, el día 8, en México, “un acuerdo preliminar para la compraventa de gas con respaldo de Pacific LNG y Sempra Energy, compañías interesadas en concretar la exportación de gas a California”. El gasoducto pasaría por Chile hacia Estados Unidos.
Además, el gobierno lanzó un reglamento de “Sanciones a motines y huelgas policiales” y creó una Central Obrera Boliviana (COB) paralela a la encabezada por Jaime Solares. Con ello, pretendió alejar “el fantasma de febrero negro”.
El 6, Goni y el Fondo Monetario Internacional (FMI) definieron “eliminar el subsidio del gas licuado”: La garrafa de gas subvencionada de Bs 21 se elevaría a 30.
CERCO
Ante esos anuncios, dos días después varios sectores sociales de La Paz y El Alto protestaron.
El 10 de septiembre, más de dos mil líderes comunitarios se declararon en huelga de hambre en Radio San Gabriel, en El Alto. La CSUTCB, dirigida por “El Mallku”, lideró esa medida. Cinco fueron sus reivindicaciones: “La anulación a la Ley de Seguridad Ciudadana que prohibió los bloqueos; la no exportación de gas por puerto chileno; el rechazo a la incorporación de Bolivia al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA); la construcción de carreteras en el altiplano; y, la liberación del dirigente Edwin Huampo”.
En La Prensa, Quispe anunció cerco a la ciudad de La Paz y una posible “guerra civil”. Al día siguiente, Goni ordenó a las Fuerzas Armadas “imponer orden en el país”. El 12, se desplazaron policías y militares en las carreteras.
BLOQUEO
La primera escaramuza por el gas se desarrolló el 15 de septiembre. Según La Razón, el bloqueo de los colonizadores en el norte de La Paz y el paro cívico en El Alto dieron inicio a la “guerra del gas”. El 18, ocho personas fueron procesadas, debido al destrozo de patrullas.
En esa difícil coyuntura, el FMI y el Banco Mundial (BM) sugirieron la exportación de gas para “aliviar el alto déficit fiscal”. El gobierno postergó la salida del gas por puertos chilenos, informó La Prensa.
De acuerdo a La Razón, el 18, los militares intentaron desbloquear las carreteras. Sin embargo, “El Mallku” reeditó el “Plan pulga”, que consistió en bloquear en la noche lo despejado en el día. Por otro parte, las tres centrales agrarias de Río Abajo, en apoyo, se rehusaron a enviar alimentos a la ciudad.
MASACRE
Tras descartar el estado de sitio, el 20, en rueda de prensa, el vocero de la Presidencia, Mauricio Antezana, señaló que “la caravana de turistas, que venían de Sorata custodiados por policías y militares, había sufrido una ‘emboscada’ que ‘obligó’ a las fuerzas del orden a actuar”. El gobierno anunció “acciones legales” contra los autores. Quispe estaba en la lista negra.
En realidad lo que ocurrió ese día fue que el ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, dirigió un convoy de militares que se abrió paso a sangre y fuego. Según La Prensa, la jornada concluyó con seis muertos y 13 heridos a bala. Hoy, la masacre sigue en la impunidad.
Ante esos hechos, el 22, la COB, el Estado Mayor del Pueblo, los cocaleros y otras organizaciones sociales conformaron, en Cochabamba, una Dirección Nacional Única. “La primera demanda fue la renuncia del Presidente”, informó el dirigente de la COB Jaime Solares.
Así, la CSUTCB dirigida por “El Mallku” gatilló el conflicto que tumbó a Sánchez de Lozada, en octubre.
Felipe Quispe falleció el 19 de enero de 2021.