Tartagal: crónica de una tragedia anunciada

Publicado el: febrero 12, 2009 11 min. + -

(SERPAL).- "Dicen que llueve mucho en las zonas altas". La frase encerraba la desconfianza de quienes ya padecieron las consecuencias de otras inundaciones. Pasaron las horas y pronto los recelos se transformaron en pánico. La creciente del río provocó desbordes, pero el agua llegó con troncos y diversos elementos arrastrados por la fuerza de la corriente.

Y barro, mucho barro que convirtió calles e interiores de las viviendas en un lodazal. Al menos en las primeras horas, faltó de todo. Desde una mínima coordinación de los servicios de apoyo, hasta las prestaciones urgentes que demandaba la tragedia. Como suele ocurrir en estos casos, la propia población fue la que hizo las primeras redes de auxilio. Así familiares y amigos recibieron a evacuados, en algunos casos familias enteras que lo habían perdido todo. No solo sus humildes viviendas, sino todo lo que había en ellas: enseres, ropa, muebles, realmente todo. Las primeras visitas de funcionarios estuvieron centradas en "gambetear" posibles responsabilidades. El ministro del Interior, Florencio Randazzo declaró que la tragedia del lunes "no podría haberse evitado". Eso lo convirtió en blanco no solo de los pobladores afectados, sino de representantes de la comunidad científica y de ambientalistas. El meteorólogo de las Naciones Unidas Osvaldo Canziani retrucó: "lo que pasa en Salta es producto de la deforestación". Y agregó: "es evidente que las ambiciones y ciertos intereses favorecieron este drama, que sin duda podría haberse evitado". Eduardo Piacentini, del Departamento de Cambio Global del Servicio Meteorológico Nacional, explicó que la tala de bosques indiscriminada y sin reforestación hace que el ambiente se modifique. El especialista añadió que la cantidad de agua caída en Salta "no es suficiente" para que se produzca una tragedia de estas características. Gabriel Seguezzo, director de la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz, en medio de las tareas de rescate en Tartagal afirmó que existieron desmontes en la parte alta de la cuenca del río y que tienen relación con la magnitud que adquirió el desastre. Y el propio gobernador Manuel Urtubey, tras sobrevolar las zonas afectadas admitió que no podía descartarse que el desmonte fuera la principal causa de la tragedia.

Un alud devastador

El aluvión de agua, troncos y barro cruzó la ciudad que quedó sin luz e incomunicada. Dejó un saldo provisional de dos muertos y varios desaparecidos. Un espacio de unos 600 metros en cada una de las márgenes del río Tartagal quedó inundado, afectando entre otros a dos barrios humildes: Villa Saavedra y Santa María. Quedó cortada la ruta 34 que une la ciudad de Salta con Tartagal. Los vecinos afirman que los troncos bajaron de las zonas altas arrastrados por las correntadas y destrozaron casas, puentes y todo lo que encontraron en su camino. Un puente de hierro del ferrocarril de casi cien metros, fué arrancado y en parte arrastrado por las aguas.

Tras la tragedia, los pobladores recorrían los lugares de lo que antes habían sido sus viviendas, tratando de rescatar del barro alguna cosa que pudiera ser útil. Una tarea ingrata, dolorosa e interminable. Por todas partes se observaban trozos de muebles, ropas, electrodomésticos, siempre entremezclados en el lodo con las ramas y troncos. En algunos puntos de esos barrios, la gente se organizaba llevando a los lugares altos y menos embarrados lo que iban recogiendo, con la esperanza de que pudieran ser cosas recuperables una vez lavadas. Con el correr de las horas Defensa Civil, empleados municipales, bomberos y fuerzas de seguridad fueron aportando su tarea, mientras cientos de pobladores eran evacuados a complejos deportivos, hospitales o centros comunitarios. Se anunciaba que el corte de luz era preventivo, porque habían caído postes de alumbrado eléctrico y estaban en contacto con las aguas.

Denuncia Greenpeace

Greenpeace denunció que la zona cercana a Tartagal es una de las más afectadas por los desmontes para la ampliación de la frontera agrícola. Además, padecen los impactos de la explotación maderera sin control, que abre caminos en sus cerros en los que múltiples aserraderos ilegales irrumpen para robar madera y deteriorar sin pausa la estructura del bosque.

"La gran cantidad de desmontes para producir soja que se realizó en los últimos años en la provincia de Salta en la zona cercana a Tartagal es una de las principales causas de estas inundaciones. Las altas precipitaciones, sumado a la pérdida de cobertura vegetal, incluso casi a la vera de los ríos, generaron un verdadero cóctel destructivo", señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace. "Lamentablemente, a pesar de las advertencias de 2006 (cuando tuvo lugar el mismo fenómeno), no hubo respuestas, y en el 2007 hubo un incremento en las autorizaciones de tala otorgadas por el entonces gobernador Romero, quien permitió que más de 400 mil hectáreas fueran desmontadas".

Sin la vegetación propia del lugar, la estructura de las laderas se vuelve cada vez más inestable. Sin retención suficiente, se acelera el escurrimiento superficial. Con poca retención y excesivo escurrimiento, las crecidas no se regulan. Con grandes crecidas, no hay puente ni camino que resista. El ecosistema es dinámico y se repone, pero ante la explotación descontrolada muchas veces no tiene capacidad de cicatrización para mitigar el impacto de copiosas lluvias en tan escaso tiempo.

Visita presidencial

Al momento de cerrar esta crónica, la presidenta Cristina Fernández llegaba a Tartagal, a poco de su regreso al país tras la visita que realizó en España. Sus primeras expresiones no coincidieron con las que había formulado su ministro del interior. Dijo que "las catástrofes naturales muchas veces no se deben sólo a las fuerzas de la naturaleza, sino a la intervención del hombre, que termina provocando situaciones que culminan en catástrofes." Primero había sobrevolado la zona en un helicóptero, y más tarde inició un recorrido en un vehículo y también a pie. A la custodia presidencial le resultó difícil contener a los vecinos que pretendían acercarse a la presidenta para demandar ayuda que lespermitiera reconstruír sus viviendas. Los últimos informes indicaban que la cifra de evacuados podría llegar al millar, y que un tercio de los 60.000 habitantes de Tartagal, habían resultado afectados por el aluvión.

El paso de los dias permitirá medir con más precisión los alcances de la tragedia, pero las imágenes "amarronadas" de la destrucción material y la desolación de muchos vecinos, indican que será difícil reponer lo perdido. El suceso promueve el sentimiento de solidaridad que ya se manifiesta en diversas ayudas de movimientos sociales, de entidades y también de particulares. Pero también invita a la reflexión sobre las causas de la tragedia y de la necesidad de atender las denuncias y las movilizaciones que en diferentes regiones del interior, insisten en poner fin a la irresponsabilidad que suele acompañar a muchas actividades industriales, extractivas o incluso agropecuarias.

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LO QUE LOS MEDIOS NO DICEN. (Escrito por Vecinos autoconvocados)

1.- En el año 2007 la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo sustentable de Salta, con el aval del entonces gobernador Juan Carlos Romero, autorizó el desmonte de 400.000 hectáreas de bosques nativos, ante la inminente sanción de la Ley de Bosques.

2.- El 6/7/2007 el gobierno de Salta autorizó el desmonte de 1.670 has. declaradas reserva de biosfera de Las Yungas por la Unesco, a la firma "Los Dos Ríos S.A." en fincas Abra Grande y Abra Chica, cerca de Orán.

3.- El Intendente de Tartagal, Sergio Leavy, declara que los troncos que hicieron el embudo al rio tenían una altura de 10 mts. y dice "no saber de donde salieron".

4.- El gobernador de Salta, Dr. Urtubey, atribuye el desastre a una causa natural, sin mencionar que las obras en el Río Tartagal iniciadas en el año 2006 no fueron terminadas.

5.- El alud no fue solo de barro sino de troncos secos bajados de los cerros que todos los ciudadanos observaron no habían sido arrancados por la fuerza de las lluvias sino cortados en la desforestación y apilados en la espera de que los aserraderos del lugar ( siendo uno de los mayores propiedad del intendente Leavy ) los retiraran para su usufructo. Problablemente "bajaban" también del desmonte del tamaño de la ciudad de Buenos Aires que está realizando la finca "Las Maravillas" en el departamento de San Martín.

6.- Dos muertos, 12 desaparecidos, 2.000 viviendas arrasadas, 1.000 evacuados, autos "tragados" por el río, cortes de luz, de agua, de teléfono.

7.- La ministra de desarrollo, Alicia Kirchner, el ministro Randazzo, el gobernador Urtubey se encuentran hoy en la zona, pero no estuvieron ayer, ni en el 2006 sus antecesores, como tampoco estarán cuando los troncos vuelvan a los aserraderos y la greda se limpie de las calles y casas de una ciudad en un 40% inundada por la indiferencia, el comercil vil de la naturaleza, la ineptitud, la falta de protección del medio ambiente y el absoluto cinismo de quienes gobiernan ante las cámaras de Televisión, mientras destruyen solapadamente nuestrariqueza biológica.

8.- Mientras tanto, esperamos que la Sra. Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se decida a impulsar la reglamentación de la Ley de Bosques Nº 26331 del 28-11-2007, que duerme el sueño de los justos a la espera de la destrucción total de nuestros recursos naturales.

Fuente: Norte del Bermejo. http://nortedelbermejo.com.ar/

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Tartagal: razones con fundamento / la cárcava

La cárcava es una estructura en el suelo que se forma, antes que nada, por la ausencia de cobertura - pastos, árboles - que protejan al mismo del golpe de las gotas de lluvia. Destruído y lavados así los primeros milímetros del suelo, el agua acumulada va concentrándose en la zona más baja y empieza a correr por allí, ayudándo a socavar más profundamente. Una vez quitada la primer capa, si se trata de un suelo mineral pobre en arcillas y en materia orgánica, el derrumbre de material es muy fácil y ocurre en cortes verticales. La cárcava es retrogradante, es decir, va zigzageando y creándose a sí misma. La caída de agua dentro de ella excava el material que le permite crecer y avanzar - y el aumento de tal trinchera aumenta el caudal que puede captar.

La diferencia entre un suelo desnudo atacado de cárcavas bajo la lluvia torrencial y un suelo protegido por el monte es, claro, lo que le ocurrió a Tartagal por segunda vez en tres años: un alud de lodo y agua que arrasa parte de la ciudad.

La causa de tales desmontes es el avance de la frontera agrícola en Salta, principalmente para la siembra de soja. Al respecto cabe recordar que cuando el conflicto por los niveles de retenciones a la oleaginosa se dijo que unas tasas altas desalentarían el desmonte... Quizás era sólo un argumento más al voleo pero conviene desarmarlo: no, el precio regalado de la tierra selvática en el Norte hace que convenga aún cuando deban afrontarse largos fletes y quitas de precio.Las medidas económicas - ciertas o pretendidas - son demasiado difusas. Debe haber una política especifica de protección de los montes, en particular en áreas sensibles como cuencas hídricas arriba de poblados humanos.

Al respecto se sancionó en 2007 una Ley Nacional de Bosques, de por sí un tanto ingenua en sus propósitos: mandar una moratoria total de talas hasta que cada provincia hiciera un inventario de bosques y regulara la actividad. Establecer un fondo para premiar el mantenimiento de las áreas boscosas y otras nobles intenciones. La reglamentación de dicha Ley aún está pendiente - cajoneada por el mismo lobby que antes demoró su sanción: los legisladores de las mismas provincias donde ocurren estos desastres.

Y es que los intereses económicos forestaleros y agrícolas son muy fuertes y no pocas veces están muy emparentados con la política local. Lo único que puede torcerles la intención es un grado alto de concientización pública por tanto hay que saber:

- Que no es simplemente por el "cambio climático" que pasan estas cosas, porque llueva más seguido o más intenso.

- Que el desmonte contribuye, si, al famoso "cambio climático" pero ése es un fenómeno global donde los autos de New York inciden mucho más que unas miles de hectáreas en Salta. O sea, incide marginalmente nuestro desmonte nacional - y si uno se equivoca en el argumento, le dirán eso: no hace la diferencia. Ojo, que al cambio climático como monstruo grande que pisa fuerte ya lo usaron para justificar la remoción de glaciares andinos (total se iban a derretir...)

- Pero el desmonte si contribuye centralmente a borrar la biodiversidad, perder la fertilidad del suelo, obturar los ríos naturales con sedimentos y aumentar mucho la magnitud de aludes y crecidas. Así como a aumentar los daños de las sequías en el ciclo opuesto. Y todo ese daño es local, ocurre donde ocurre el desmonte.

Publicado en Actividad Siglo XXI, origen: http://carnotistas.blogspot.com

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