Tortura y muerte de Luis Espinal

Guillermo Vilela D. de M.

Publicado el: 2007-03-20 0 min. + -
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Un 22 de marzo del año 1980, aparecía el cuerpo del compañero Luís Espinal con fuertes signos de haber sido sometido a tratos crueles y tortura, había sido victimado cruelmente por sus secuestradores.

Este sacerdote jesuita, que se destacó en el cine comprometido, intelectual y ferviente luchador por los derechos humanos, había vivido sin "… la prudencia cobarde", como decían sus "oraciones a quema ropa" y sacrificó su vida para defender los derechos de los más necesitados y construir una sociedad justa y solidaria.Su muerte conmovió a todo el pueblo boliviano y principalmente a los luchadores sociales y de derechos humanos, como: el Padre Julio Tumiri J. Presidente de la APDHB y el dirigente Juan Lechín Oquendo Secretario Ejecutivo de la COB, habían dispuesto investigar su muerte y encarcelar a los culpables.El 28 de marzo de ese año fatídico, presentaban una denuncia preparada por el abogado Aníbal Aguilar Peñarrieta, que en sus partes salientes señalaba:"El día 22 de marzo de este año apareció muerto el reverendo Padre Luis Espinal, víctima del más infame acto criminal que termino con una vida humilde y fraternal con sus semejantes, crimen cometido sin piedad ni misericordia, aumentando toda culpa con actitudes tibias y malvadas amparándose para ello en privilegios y ventajas que en esta acción deben desaparecer"El memorial continúa con un análisis sobre las causas de tan horrendo crimen y los preparativos de un golpe de estado y continúa con su requerimiento:" Por lo expuesto, presento querella criminal, contra Luis Arce Gómez, Guido Benabides Alvizuri, Rafael Loayza, los agentes de la DOP y SIE conocidos por los anteriores bajo los nombres y seudónimos de: Nayo, Beto Chacón, Mister Atlas, Jorge Ramírez, el Tombo Gemio, el Gordo, Julio Torres, Melquiades Torres Vilela, Guillermo Moscoso, Goyo Ormachea, el Indio, Galo Sandoval, el Abuelo y otros de generales conocidas y desconocidas."Próximos a los 27 años de una irreparable pérdida, la acción no prosperó, los asesinos no han sido encarcelados por este crimen y la impunidad en este caso, como en tantos otros ha salido victoriosa. No podemos seguir llorando, debemos dejar los lamentos y lograr justicia para las víctimas, en estos tiempos de cambio, hemos planteado terminar con la impunidad con la aprobación de una Ley para que ponga en vigencia la "Comisión de la Verdad y Justicia" para que nunca más vivamos los horrores de la intolerancia.

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El autor es presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia
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