Para imponer sus paros, los cívicos cruceños contratan nada menos que a los barras bravas de Oriente y Blooming

Barras bravas con mucho poder mandan en el fútbol y en la política

Marcelino Villarreal

Publicado el: 2007-02-02 0 min. + -
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(ASC-Noticias).- Ángel “Chichi” Pérez, líder de la Barra Brava de Oriente Petrolero, la delincuencial, numerosa y autodenominada “Pesada Verde”, junto a un grueso grupo de sus seguidores, sorprendió a propios y extraños cuando el jueves 18 de enero por la tarde invadió la sede del club albiverde, ubicado en el barrio San Aurelio de la ciudad de Santa Cruz, intentando agredir al director técnico Néstor Clausen.

Según testigos, los “orientistas de corazón” estaban en estado de ebriedad. En las imágenes de televisión se los vio lanzando petardos, empujando y pateando puertas de las oficinas de la sede, con actitud abiertamente hostil, entonando cánticos acompañados de insultos y ademanes al estilo inconfundible de los barras bravas argentinos, que al parecer son su modelo.También se sacaron sangre con jeringas y escribieron carteles que decían “Fuera Clausen corructo” (sic). Inmediatamente después se dirigieron hacia la cancha de la sede donde se encontraba el equipo en pleno en sus prácticas rutinarias, tras su derrota ante el plantel de Bloomimg, en el marco de la copa “Aerosur”.Los barra bravas “pesados” buscaban al profesor Clausen con la intención de agredirle, porque estaban molestos por los resultados del “clásico” de la noche anterior y creían tener “el derecho” de exigir la renuncia del director técnico. Además señalaron que querían “reclamarle” por las declaraciones que vertió hace 3 años, el año 2003, en una entrevista en Argentina para la cadena Fox Sport, donde Clausen reveló ciertas irregularidades en Oriente Petrolero que serían el motivo de su renuncia al cargo, que la directiva de Oriente le quedó debiendo dinero y que para remate el dirigente de la barra mandó a pedirle 500 dólares para hacer un asado (parrillada o churrasco).Ante la arremetida de "Chichi" Pérez, molesto Clausen gritaba que él ya tuvo que renunciar a parte del monto adeudado para hacer posible que los directivos de Oriente le paguen y encima tener que dar plata para “un asado”. “Yo les dije que ¡no! porque la plata me la ganó trabajando y si Chichi quiere comer asado que trabaje y que se lo gane”.Al parecer, "Chichi", con el pretexto de la última derrota de Oriente ante Blooming, quiso dejar bien claro quién es el que manda en Oriente y que no perdona a quienes lo subestiman y no le reconocen su condición de “representante oficial y legítimo de la hinchada orientista”. Con la seguridad de tener unos diez o veinte de sus seguidores guardándole las espaldas gritó e insultó a Clausen, le invitó a los puños y le pidió su renuncia cual si fuese el dueño del Club. Clausen se salvó por muy poco de ser agredido, por la oportuna intervención de los presentes que lo alejaron de los barras bravas y lo llevaron a las oficinas de la sede mientras respondía como podía a los insultos de Pérez y compañía.Pablo Del Granado, vicepresidente recién electo de Oriente, inmediatamente declaró a los medios que no pasaba nada, que “esto aquí es normal y no sucederá de nuevo, vamos a poner seguridad en la puerta”. A la mañana siguiente "Chichi" Pérez en una entrevista televisiva le respondió desafiante: “No me pueden detener, seguiré yendo a la sede de Oriente, los dirigentes pasan pero los hinchas quedan”. Por el mismo medio, afirmó que le amparaba la existencia de la democracia para protestar como le dé la gana. Hasta ahora no hay ninguna respuesta oficial de los dirigentes. Dicen que el silencio otorga y parece que en Oriente Petrolero ahora “esto es normal”."La prensa deportiva y la hinchada orientista se preguntan ¿cómo es que un barra brava, que ni siquiera es socio del club, “Chichi” se cree con el poder de entrar en la sede de una institución seria y grande como Oriente Petrolero, empujar puertas, insultar al que se le cruza en su camino, pedir la renuncia del director técnico y con una veintena de mozalbetes ebrios agredir a este último?Ni directivos ni jugadores tuvieron el coraje de sacar a estos energúmenos de la sede que pertenece a cientos de socios, ni de defender al director técnico que se supone es el máximo encargado del plantel, referencia moral y deportiva, tanto así que recibe el apelativo de “profesor”.¿Qué relación puede haber con Pérez para que ni jugadores ni directivos los hayan parado y haya tenido que mediar la propia voluntad de "Chichi" Pérez para retirarse de las instalaciones de Oriente Petrolero? ¿Le tienen miedo a un barra brava que, reiteramos, ni siquiera es socio de esa institución? ¿Cómo es que "Chichi" puede decir que él está en su derecho de hacer lo que le venga en gana, que él es la hinchada misma y que nadie lo va a detener?La respuesta es que Chichi Pérez no es un don nadie, es un personaje émulo en chiquito de un Cara Cortada o Al Capone. Creció a la sombra de los que tenían poder y plata para pagar sus servicios, tal como el ex alcalde y ex dirigente de Oriente Jhonny Fernández de la UCS, que lo premió con el puesto de “Fiscal de Obras” en el municipio, cargo que todavía conserva.Ya cree estar al nivel de los poderosos que alquilan su ferocidad y los desafía, así demuestra que quiere generar poder para si mismo en base a su propia mecánica de miedo y terror, que es su especialidad… y lo saborea, pero... ¿quién le sigue dando la oportunidad de tener poder?, ¿quién le permite degustarlo tanto que ahora busca más y más?“A 'Chichi' lo hicieron los dirigentes” afirma un periodista y cree que Pérez maneja todo un negocio de extorsión al interior del club y de venta de entradas que recibe de parte de los dirigentes de Oriente. “En los días de pugna entre Chávez y Del Granado (durante las últimas elecciones de la nueva directiva de Oriente) su respaldo fue muy buscado. “Cómo no se va a sentir con semejante derecho” (de tomar la sede y amedrentar al técnico) dice el periodista. El propio Clausen aclara que en Argentina igual se da este fenómeno, según él “los dirigentes así consiguen el apoyo de los barras bravas para las elecciones y luego no pueden sacárselos de encima”.Otro analista deportivo, el ex jugador de Oriente Petrolero, “Minina” Ardaya, asegura que “en Oriente no hay liderazgo” y por eso se da todo esto y que “alguien le dio (a Pérez) mucha ala y ahora se cree el dueño de Oriente”. Revela que estos mismos que invadieron la sede de Oriente hacían de cuerpo de seguridad el día en que Mario Chávez se posesionó como nuevo presidente albiverde tras unos comicios internos cuestionados por fraude, irregularidades y donde la presencia y actuación de Pérez fue fundamental para inclinar la balanza a favor de Chávez, quien para muchos es continuidad de la mediocre y oscura gestión de su hermano Carlos Chávez. Este último, del entorno de las logias cruceñas, es señalado como el actual padrino del líder de “La pesada verde”.Chávez, a pesar de ser conocido por su nefasto papel en la dirigencia de Oriente Petrolero, a pesar de todas la criticas y animadversiones que despierta en la gente que tiene pasión por el fútbol, fue nombrado el año pasado nada menos que presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), la máxima entidad del balompié nacional. Qué poder tiene y todavía hoy, desde el occidente, donde están las oficinas de la FBF, para manejar los hilos en Oriente Petrolero en Santa Cruz, a través de su hermano.Es verdad, a "Chichi" lo hicieron los dirigentes pero hay que agregar algo más, los cívicos empresarios cruceños lo terminaron de pulir.La democracia vigilada por lumpens y para lumpens

El pasado viernes 8 de septiembre los cívicos empresarios cruceños impusieron a palos un paro cívico en contra del gobierno del MAS, en defensa de los 2/3 y de la “democracia”, medida que también se ejecutó, con la mismas características, en Pando, Beni y Tarija.Para imponer la medida, los cívicos contrataron nada menos que a los barras bravas de Oriente y Blooming, los dos equipos más grandes de la ciudad, y a grupos de jóvenes y pandilleros de barrios. En realidad cometieron un error.La acción de “vigilancia y seguridad de las calles” encargada a los barras bravas, vestidos con la polera de sus equipos y con banderas de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), comenzó desde las cero horas de ese día y se desarrolló en medio de golpizas a ciudadanos sorprendidos por el paro y que se negaban a retirarse a sus casas o irse de locales públicos ante la simple orden de unos mozalbetes envalentonados por tener la autorización de la institucionalidad cruceña, hechos los dueños de las calles por un día. Dejaron a su paso autos con vidrios rotos y llantas pinchadas, locales nocturnos saqueados, transeúntes agredidos e insultados.Muy temprano, por la mañana de ese viernes, la ciudadanía llamó de manera incesante a diferentes medios denunciando a los barras bravas que estaban en las calles con la UJC, en estado de ebriedad, insultando a la gente del interior y compartiendo con jóvenes de comparsas y fraternidades cruceñas. Se sabe que en algunos puntos extorsionaban a los conductores hasta con 100 Bs. U obligaban a tocar la bocina en apoyo a la autonomía para permitirles el paso.Un canal de televisión mostró cómo un grupo de ellos con punzones en mano arremetían contra las llantas de un automóvil que intentó pasar el bloqueo de la avenida Omar Chávez. El periodista se les acercó y les preguntó por qué actuaban de esa manera, a lo que un mozalbete contestó, con una botella de cerveza en la mano, “no sé, los del comité nos dijeron que no dejemos pasar a nadie”.Ante tantas denuncias, los cívicos ordenaron inmediatamente el repliegue de sus barras bravas y se vio a Chichi Pérez en camiones alquilados a la empresa de radio taxis “Vallegrande”, dando la orden de retirada y recogiendo a todos los miembros de “la pesada” que le obedecían militarmente al instante.La prensa oficialista afirmaba que lo que la gente veía en las pantallas era la captura y retirada de los alborotadores. Para el mediodía de aquella jornada los cívicos invirtieron la realidad, como ya es costumbre en ellos, y dijeron que los que incurrieron en excesos fueron “infiltrados del gobierno” que buscaban desprestigiar la medida.Al final de ese paro cívico Chichi Pérez, reapareció detrás del presidente de la UJC, en ese entonces Jorge Hollweg, quien leyó un comunicado “a Santa Cruz”, convocando a los jóvenes a renovar su compromiso con su tierra y afirmaba que los unionistas siempre estarían para defender a Santa Cruz de los “infiltrados”.Un periodista deportivo afirma que otros responsables del creciente protagonismo de Chichi Pérez son sectores de la prensa que le han dado cobertura a todo lo que hace. Hay que ver cómo lo han vestido con el “inmaculado” manto del “civismo”. Unitel y la Red Uno fueron quienes lo presentaron, junto a los barras bravas de Blooming (malentretenidos encargados de controlar el Plan 3000 durante los paros por encargo de los cívicos), como autores del obsceno cántico “Evo Evo Cabrón, la puta madre que te parió”.Ambos medios sensacionalistas afirmaron que gracias al amor que las “barras” le tienen a Santa Cruz, desde septiembre pasado en cada clásico cruceño donde se enfrentan Oriente y Blooming, se entona el himno cruceño de manera solemne, como muestra de “que todos los cruceños estamos con nuestro comité, nuestro prefecto y la autonomía”. Así se convirtió a los barras bravas, ya no sólo en dueños y señores de las calles, sino también en “respetables” activistas políticos, hasta elaboradores de ideas de “alta talla”, con incuestionable “espíritu autonomista” y “cruceñismo de convicción”, medios alquimistas que convierten el plomo en oro.El pasado 16 de enero, en la incursión realizada por los cívicos a la Plaza del Mechero, en el Plan 3000, el mismo Pérez escoltó al presidente del Comité Cívico, Germán Antelo, desde su automóvil hasta la testera, dirigiendo la seguridad personal de los que iban a hablar y del evento en general, coordinando con los barras bravas blooministas que parecen guardarle algo más que respeto.Al mismo Pérez se le vio “escoltando” a un supuesto infiltrado masista en el “cabildo”. “Le pedí amablemente que se retirara y lo escolte para que no lo agredan” explicó a los medios. Una variante para quienes lo conocen por pelear constantemente en las graderías del estadio y por retar a los novicios de su “Pesada Verde” a atacar y manosear a las mujeres que pasan por delante de la barra.Lo que ASC-Noticias advirtió hace cuatro mesesA este paso los cívicos ponen en peligro a la sociedad civil al alquilar a lumpens, barras bravas y delincuentes para inflar sus movilizaciones, huelgas, “cabildos” y sobre todo para imponer a la fuerza sus paros cívicos a una población atemorizada, desinformada, desorganizada y desarmada.Como en los paros cívicos o en el reciente “cabildo” del Plan 3000, los cívicos, que se definen como “querendones de esta tierra”, entregan al lumpen el control y el poder de las calles, derecho para definir la circulación peatonal, “encargados de la seguridad”, de hacer política a nombre de Santa Cruz, de ejercer violencia contra cualquiera que sea apuntado como “enemigo de Santa Cruz” o de la “autonomía”.El lumpen que ha sido alquilado por los cívicos y por inescrupulosos que buscan apoderarse de instituciones claves, para ejercer violencia sobre los opositores a nombre de defender la democracia y “nuestras instituciones”, ya ha probado el poder. Comienza a gustarle, y tarde o temprano adquirirá su propia fuerza, su propia mecánica, y hallará la clave del manejo de la cosa, y entonces esta gente será verdaderamente imparable, dueña y señora de las calles y tal vez incluso de la economía, como ha sucedido en otras partes donde el fascismo puso en pie grupo irregulares que terminaron volcándoseles y a los cuales tuvieron que eliminar a bala, aunque en algunos casos sin éxito.Lo que ha sucedido en Oriente Petrolero es un adelanto de lo que se viene, “la democracia del lumpen”, que será producto de cierta visión anárquica y díscola que la institucionalidad cruceña tiene de la democracia.Los barras bravas en la política expresan también el agotamiento de la política criolla y del desmoronamiento del Estado. El lumpen alquilado, alimentado, vestido e ideologizado por el fascismo se potencia. En un determinado momento creerán, como la guardia pretoriana de Roma, que los césares ya no les son necesarios y se volverán contra ellos.Eso es Chichi Pérez y los barras bravas que le siguen, incluidos los de Blooming. Ya ahora se dan cuenta que el discurso de “defensa de la democracia” les resulta útil para cualquiera de sus fechorías.Época de decadencia la que vivimos y que hace que los poderosos cedan espacio a los ignorantes. Como tienen la orden y la impunidad para hacer cualquier acción en nombre de “la autonomía” o “por Santa Cruz”, estos grupos han paladeado poder, paralizan la ciudad, deciden quién circula y quién no, quién trabaja y quién no, quién es extorsionado y golpeado en las calles por pedir paso a los “hinchas” bloqueadores o quién no.Con un Estado en crisis, con un gobierno del MAS incapaz de salvarlo por ser también expresión del agotamiento de la política criolla, cuando el MAS chapucea en el manejo del Estado y por sus contradicciones, democratizante a ultranza por un lado e inconsecuente con el respeto a la ley por otro, deja que la democracia del lumpen y cívicos ya campee por casi todo el territorio nacional y en varios aspectos de la vida social.El fútbol en manos de lo más derechista y conservador de la sociedad

Este deporte nacido en los estratos más pobres y populares (algunos historiadores afirman que lo inventaron los marineros ingleses y en el cual no participaba la alta oficialidad por que lo veían muy bajo para ellos) es un fenómeno de masas propio del siglo XX. La mayoría de los equipos modernos, sino todos, nacieron en barriadas populares u obreras alrededor de las fábricas productos de la revolución industrial. Se convirtió en un elemento importante de identidad y de unión para esta clase.Por eso muchos dicen con razón que antes se jugaba al fútbol con el corazón. Eso fue así hasta que el capitalismo penetró en él y algo tan sagrado para mucha gente se convirtió en negocio. El neoliberalismo lo degeneró aún más convirtiéndolo en una maquina fría donde se hace mucho dinero, donde se compra el apoyo de “barras bravas” que nada tienen que ver con la hinchada, donde se limpia el dinero del narcotráfico, donde se amasan turbias fortunas y se manipulan las ansias populares apoyando a regímenes fascistas y derechistas, como en el Mundial de Argentina 78.Macri, en Boca, la “cosa nostra” en el Nápoles, los narcos en Atlético de Cali y Medellín, son unos cuantos ejemplos. Es la barbarie en el deporte. Ellos definen el manejo no sólo de sus clubes sino también de sus ciudades, de los estados. Exigen se limpien las calles de vendedores ambulantes, de desempleados y mendigos porque arruinan sus comercios y la llegada de los turistas. También de prostitutas, homosexuales y los vendedores de droga en algunos casos si son de la competencia.En fin quienes manejan un deporte que apasiona a los estratos más populares y obreros son férreos enemigos de los intereses de estos últimos y de los más miserables.Oriente Petrolero fue una vez de los trabajadoresEn el caso de Oriente, este nació en el barrio Petrolero Sur, donde se asentaban, y siguen hasta ahora viviendo, ex trabajadores de la otrora poderosa empresa estatal YPFB, hace más o menos cincuenta años. Lo que comenzó como un equipo propio del barrio se convirtió en un club donde los trabajadores aportaban con descuentos de su sueldo. En su momento llegó a codearse con los grandes, derrotar a equipos importantes del exterior cuando ya se había formado la Liga de Fútbol Profesional Boliviano, a la cual Oriente ingresó con el esfuerzo de los mismos trabajadores petroleros.Este emprendimiento de clase tuvo al principio un fuerte germen socialista, casi como todos los emprendimientos cooperativistas que se dieron en Santa Cruz. Tal vez esto fue lo que hizo potente y “peligroso en la cancha” a Oriente, que consiguió en aquellos años numerosos éxitos que ahora sólo son nostalgia que alivia los fracasos futbolísticos que no dejan de llegar.Oriente fue penetrado por la presencia poderosa del capitalismo y por lo más derechista de la sociedad cruceña. Gracias a la acción de los burócratas del sindicato petrolero, los trabajadores como socios fueron desplazados poco a poco por empresarios e inversionistas privados que se propusieron “modernizar Oriente”. Por esa vía llegó incluso el apoyo de los narcotraficantes, y luego con el neoliberalismo y la capitalización de YPFB llegó el acabóse.Como ya no habían los trabajadores para aportar, pues fueron despedidos, se recurrió, primero, a los nuevos ricos como Johnny Fernández, y después, a elementos de las logias que ahora lo controlan para manipular el sentimiento popular hacia las autonomías, el fanatismo racial y regional, y claro, también para hacer negocios porque al final esto es lo que cuenta para ellos.Hoy los socios de Oriente, ex trabajadores petroleros, jubilados y ya viejos, ven con impotencia cómo los Chávez, los Del Granado, los Suárez y otros convirtieron al equipo que ellos pusieron en pie en un negocio privado que no rinde cuentas de su manejo económico a nadie porque pedirlo es como ir “contra Santa Cruz y sus instituciones”. La última elección de la directiva de Oriente prueba lo que decimos, los socios ya no valen nada, tanto así que hasta Chichi Pérez los falsifica para favorecer al que más le ofrece.Del Oriente de ayer ya no queda nada, ni su sede campestre, sólo la nostalgia para que la masquen los viejos y cuenten lo que fue a las nuevas generaciones cansadas de tantos tropiezos de su equipo. El poder del club quedó en manos de Chichi Pérez desde el pasado miércoles 18.

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