¿Cuándo dos países pobres recuperan sus campos petrolíferos, por qué se alborotan sólo por uno?

La hipocresía de los críticos

Publicado el: 2006-05-26 0 min. + -
El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress

George Monbiot(The Guardian/Traducción Jorge Soria).- La civilización tiene un nuevo enemigo. Es un ex cocalero llamado Evo Morales, el actual presidente de Bolivia. Él explicó al Parlamento Europeo porqué había enviado tropas para recobrar al control de los yacimientos de gas y petróleo de su país. Los recursos de Bolivia, él dice, "han sido saqueados por las compañías extranjeras", y él los está reclamando en beneficio de su gente. La semana pasada, él dijo ante la cumbre de líderes latinoamericanos y europeos en Viena que las corporaciones que han estado extrayendo los combustibles fósiles de su país no serán recompensadas por las tomas.

Puedes probablemente adivinar cómo ha ocurrido todo esto. Tony Blair lo impulsó a utilizar su poder de manera responsable, que es como la Mark Oaten enseñando continencia sexual al Papa. Condoleezza Rice lo acusó de "demagogería". The Economist anunció que Bolivia "retrocedía". The Times, en una editorial maravillosamente arrogante, llamó a Morales "petulante", "xenófobo" y "caprichoso", y etiquetaron las tomas de los campos de gas como "un gesto tan infantil como llamativo".

Nada importa que la privatización de los hidrocarburos bolivianos en los años 90 fue casi ciertamente ilegal, pues ocurrió sin la aprobación del congreso. Nada importa que - hasta ahora - su riqueza natural sólo ha empobrecido a su gente. Nada importa que Morales había prometido recuperar el control nacional de los recursos naturales antes de convertirse en presidente, y que esta política tiene un apoyo masivo entre los bolivianos. No falta mucho para que Donald Rumsfeld lo llame el nuevo Hitler y que Bush haga otro discurso acerca de la libertad y de la democracia que son amenazadas por la libertad y la democracia.

Este enfado y estos resuellos se visten de preocupación por el pueblo boliviano. The Financial Times se preocupó sobre el potencial para "mala gestión y corrupción". The Economist advirtió que mientras que el gobierno "puede hacerse más rico, su gente muy probablemente se hará más pobre". The Times se lamentó que Morales haya "retrocedido el desarrollo de Bolivia en algo así como 10 años ... los grupos más vulnerables encontrarán que su cuerda de salvamento económico quedará pronto fuera de su alcance". Todo esto es una patraña.

Cuatro días antes de que Morales retomara sus campos de gas - el 1o de mayo - una expropiación incluso más grande ocurrió en un país incluso más pobre: la república africana de Chad. Cuando el gobierno de Chad reafirmó el control sobre sus réditos de petróleo, no sólo se aseguró de que la cuerda de salvamento prevista para los pobres realmente quedara fuera de su alcance, sino que también destrozó las afirmaciones del Banco Mundial que proclamaba que usaba el petróleo como un programa de la asistencia social. ¿Y cómo respondieron esos atrevidos críticos de Morales? Toda la horda de hipócritas se hizo de la vista gorda.

El Banco Mundial decidió financiar el programa masivo de petróleo de Chad el año 2000, después de arrancar una promesa del gobierno de Idriss Deby - que tiene un expediente terrible de los derechos humanos - para que los beneficios sean utilizados en beneficio de la gente de ese país. La administración de Deby aprobó una ley que asignaba el 85% de los réditos del petróleo del gobierno a la educación, la salud y el desarrollo, y colocando el 10% "para la seguridad de las generaciones futuras". Esto, dijo el banco, ascendida "a un sistema de salvaguardas sin precedentes que garantizaba que estos réditos serían utilizados para financiar el desarrollo en el Chad".

Sin el Banco Mundial, el proyecto no habría podido continuar. Fue Exxon, la empresa líder del proyecto, quien pidió la participación del banco para proveer seguro contra riesgos políticos. Los diversos brazos de préstamos del banco contribuyeron con un total de $333m, y el Banco Europeo de Inversiones lanzó otros $120m. Las compañías petroleras (Exxon, Petronas y Chevron) comenzaron a perforar 300 pozos en el sur del país, y a construir un oleoducto a un puerto en Camerún, que se abrió en el 2003.

Los ecologistas predijeron que la tubería dañaría los bosques tropicales de Camerún y desplazaría a los indígenas que viven allí; que las compañías petroleras consumirían gran parte de las escasas reservas de agua de Chad y que una afluencia de trabajadores petroleros sería acompañada por una afluencia del SIDA. También cuestionaron que una subvención de las compañías petroleras a nombre de la asistencia social era una reinterpretación radical del mandato del banco. Ya en 1997, el Fondo de Defensa Ambiental advirtió que el gobierno de Chad no honraría sus promesas de utilizar el dinero para aliviar la pobreza. En 1999, los investigadores del Colegio de Abogados de Harvard examinaron la ley que el gobierno había pasado y predijeron que las autoridades "tienen poca intención de permitir que afecte la práctica local".

En el 2000, las compañías petroleras dieron a gobierno de Chad de "bono firmante" de $4.5m, que se usó inmediatamente en armas. Entonces, a principios del 2006, el gobierno chadiense hizo simplemente pedazos la ley que había aprobado en 1998. Redefinió el presupuesto de desarrollo para incluir seguridad, se apropió del fondo asignado a las generaciones futuras, y desvió el 30% de los réditos totales para "gastos generales", que, en Chad, es otro término para armas. El Banco Mundial, desconcertado por el cumplimiento de todas las predicciones que sus críticos había hecho, congeló los fondos que el gobierno había depositado en Londres y suspendió el resto de sus préstamos. El gobierno de Chad respondió advirtiendo que simplemente cerraría los pozos de petróleo. Las corporaciones acudieron a su papá (el gobierno de los E.E.U.U.) y, el 27 de abril, el banco se rindió. Su nuevo acuerdo con Chad da derecho a Deby a todo lo que ya ha tomado.

Las tentativas del banco mundial para salvar la cara son casi divertidas. El año pasado, dijo que el programa era "un esfuerzo pionero de colaboración... para demostrar que los gandes proyectos de petróleo crudo pueden mejorar perceptiblemente las perspectivas del desarrollo sostenible a largo plazo". Es decir, era un modelo digno de ser seguido por los países productores de petróleo. Ahora nos dice que el proyecto en Chad era "menos un modelo para todos los países productores de petróleo que una solución única a un desafío único". Pero, no obstante el culebreo, no puede disfrazar el hecho de que la retoma del control por parte del gobierno de Chad es un desastre para el banco y para la gente empobrecida que dice ayudar. Desde que el proyecto comenzó, Chad ha caído desde el pueto 167 al 173o en el índice humano del desarrollo de la ONU, y la esperanza de vida ha caído a de 44.7 a 43.6 años. Si, por el contrario, Morales cumple lo que ha prometido y utiliza los réditos adicionales de los campos de gas de Bolivia de la misma forma que Hugo Chávez ha utilizado el dinero del petróleo de Venezuela, el resultado será probablemente ser una mejora importante en el bienestar de su pueblo.

Así pues, a un lado, tenemos un hombre que ha cumplido sus promesas recuperando el control sobre el dinero de la industria de hidrocarburos, para utilizarlo para ayudar a los pobres. Al otro lado, tenemos un hombre que ha roto sus promesas recuperando control sobre el dinero de la industria de hidrocarburos, para comprar armas. El primero es agredido como irresponsable, infantil y caprichoso. Al segundo lo dejan en paz. ¿Por qué? Bueno, las acciones de Deby no lastiman a las compañías petroleras. Las acciones de Morales sí lo hacen. Cuando Blair y Rice, The Times y todos los otros apologistas del poder no-democrático dicen "pueblo", quieren decir corporaciones. La razón por la que odian a Morales es que cuando él dice "el pueblo", quiere decir el pueblo.

Las referencias a esta y columnas recientes de George Monbiot se pueden encontrar en www.monbiot.com

Atrás