Urea en duda, nada de propilenos

El arranque de la industrialización está en riesgo de postergación indefinida

¿La austeridad marca el fin de la industrialización? Se pregunta el analista del CEDLA, Carlos Arze, tras las recientes denuncias de corrupción en YPFB, al advertir que la decisión de anular  el proceso de contratación de las plantas de Propileno y Polipropileno sugiere que la “fuerte austeridad” implicaría no sólo su postergación por varios años, sino inclusive por un tiempo indefinido. La insuficiencia de reservas de hidrocarburos, no sólo debilitaría la posición del país para nuevas exportaciones sino que obligaría a priorizar  la actual producción para cumplir con los compromisos externos y el creciente consumo interno. En el transfondo, está, aparte de  la difundida corrupción en las acciones de los funcionarios de gobierno,  la idoneidad de la planificación e implementación del proceso de industrialización, bajo la administración del MAS. (Foto-Freddy Zarco/ABI: EL 1 de mayo de 2016, el Presidente anuncia la licitación para la construcción de la Planta Petroquimica de Propileno-Polipropileno)

 

BOLPRESS / CEDLA

Las recientes declaraciones del ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, sobre el inicio de una “reingeniería” de la gestión de YPFB y la “reconceptualización” de la industrialización, parecen marcar un hito en el desprolijo proceso de industrialización.

Acuciado por la débil e incierta recuperación del petróleo y por la caída estrepitosa de los precios de muchos productos petroquímicos, el gobierno habría optado por dar un “golpe de timón” a la gestión de la empresa estatal, priorizando la búsqueda y el desarrollo de nuevas reservas de hidrocarburos y, por tanto, la generación de ingresos fiscales.

http://plataformaenergetica.org/node/39384

 

En ese marco, el desarrollo de los proyectos de industrialización (se menciona específicamente la producción de Urea) se vería en problemas y la misma industrialización –como programa central de la política del actual gobierno– estaría sujeta a cambios en sus prioridades.

Por ello, la decisión de anular el proceso de contratación de las plantas de Propileno y Polipropileno sugiere que la “fuerte austeridad” implicaría no sólo su postergación por varios años, sino inclusive por un tiempo indefinido, que dependería de la situación de la economía internacional.

Más aún, esta decisión estaría revelando que la insuficiencia de reservas de hidrocarburos, producto de la falta de inversiones en exploración, no sólo debilitaría la posición del país para encarar la negociación de nuevos contratos de exportación masiva de gas, sino que obligaría a priorizar el uso de la actual producción para cumplir con los compromisos de exportación y de consumo interno, relegando los proyectos de industrialización.

La reciente decisión gubernamental de anular el proceso de contratación de la construcción de las plantas de propileno y polipropileno, pone nuevamente en el debate público no sólo la difundida corrupción en las acciones de los funcionarios de gobierno, sino la idoneidad de la planificación e implementación del proceso de industrialización, bajo la administración del MAS.

Por ello, con el propósito de proveer de información relevante sobre dicho proceso, el último Boletín Perspectiva Energética reproduce fragmentos del libro Industrialización en el Proceso de Cambio. La modernización populista del MAS publicado por Cedla en 2014.

El reciente análisis de Arze da cuenta de las condiciones en que se desarrolló la proyectada industrialización de los hidrocarburos, al margen de las separadoras de gas, que no constituyen industrialización precisamente, según  diversos expertos, y concluye que la política de industrialización del actual gobierno no prioriza el fortalecimiento de la participación ni de la capacidad del sector público.

Ello se refleja en el relativamente pequeño número de proyectos y los bajos niveles de inversión en relación a los valores de las rentas apropiadas fiscalmente y del gasto corriente.

Enfatiza en que ninguno de los planes de industrialización sectorial propuso la producción de máquinas que produzcan máquinas/equipos de producción (bienes de capital).

Arze destalla además que la mayoría de los proyectos previstos tienen un carácter básico, en el sentido de que se trata de la transformación simple de materias primas, lo que ocurre tanto en la minería y la metalurgia, en los hidrocarburos con los procesos de separación/extracción de líquidos y en la manufactura de alimentos.

Por tanto, los proyectos no implican encadenamientos o articulación intersectorial, contribuyendo a consolidar la característica desarticulación de la matriz productiva nacional, y dependen de insumos y materias primas importadas.

Es el caso, subraya, de las petrocasas y tuberías de polietileno, fabricación de ácido sulfúrico, fabricación de baterías de litio, fabricación de papel y ensamblaje de computadoras.

En el caso de la manufactura, en especial, se trata de proyectos de pequeña escala productiva y limitados por la dinámica y capacidad de los pequeños productores en su calidad de proveedores y de las comunidades locales como consumidores.

¿TRANSFORMACION ESTRUCTURAL?

“Por todo ello, la política de industrialización del gobierno no descansa en un proceso de planificación económica que supone la fijación de objetivos de transformación estructural, es decir, de transformación  de las relaciones de producción prevalecientes en amplios sectores de la economía boliviana y la elevación de la productividad, como medio para ampliar la división social del trabajo y la especialización productiva”

 

(VER BOLETIN:  http://plataformaenergetica.org/node/39384?utm_source=phplist1641&utm_medium=email&utm_content=HTML&utm_campaign=Bolet%C3%ADn+Perspectiva+Energ%C3%A9tica+N%C2%BA+15

 

 

 

 

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